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Comportamiento ciudadano y Covid-19

Dr Juan Carlos Trezzo*
Matrícula Nº 6783

El avance vertiginoso de contagios y muertes del Covid 19 han generado cambios en nuestros estilos de vida. Los mensajes de prohibición, de imposición, el uso del miedo y advertencia hasta el regaño, nos señalan como uno de los desafíos más importantes a enfrentar.

Por ello, nuestros conocimientos en adquirir nuevos comportamientos en el cuidado de la salud individual y colectiva adquieren particular importancia.

Para conceptualizar el cuidado de la salud debemos tomar el concepto de Colliere F.: acto de mantener la vida asegurando la satisfacción de un conjunto de necesidades indispensables para la vida, las cuales son diversas en sus manifestaciones y que reflejan hábitos y estilos de vida propios de cada grupo o persona. O sea cuidar si bien es un acto individual, también es un acto de reciprocidad que tiende a darse a cualquier persona que así lo requiera.

El lograr incorporar la responsabilidad individual para frenar la expansión de una enfermedad colectiva, requiere de todo un proceso educativo de intercambio de valores y conocimientos a través de la información que lleva a la formación completa de las personas.

Para tener éxito en el ámbito de la medicina preventiva “son necesarios ciudadanos formados e informados y una responsabilidad de toda la cadena sanitaria.

El descuido en el ámbito de la medicina preventiva hoy se hace más que evidente. Según las estimaciones del Ministerio de Salud de la Presidencia de la Nación, año 2017 señalan que el gasto público en salud es del 2,7% del PIB, el gasto de la seguridad social de 3,9% del PIB, y el gasto privado es de 2,8% del PIB.

Sin embargo la posible utilidad del gasto, sumados a los recortes financieros en materia de prevención durante el último quinquenio, señalan la ineficiencia e insuficiencia del mismo. Un adecuado reordenamiento del gasto público en política sanitaria, se hace necesario en la administración del cuidado de la salud colectiva.

En Europa la esperanza de vida hace tiempo supera ya a los 80 años, sin embargo, esta situación envidiable se quiebra por el descuido de la medicina preventiva.

En tal sentido, es necesario trabajar en el fortalecimiento de políticas públicas, como estrategia educativa para prevenir y actuar sobre aquellos comportamientos nocivos de las personas que promueven a generar factores de riesgos en la salud colectiva.

Los comportamientos están fuertemente arraigados a un sistema de creencias y tradiciones difíciles de cambiar por nuevos conocimientos.

Las paradojas comportamentales descriptas por De Roux G es otro aspecto importante para comprender el comportamiento de las personas en el cuidado de la salud, donde se evidencian rupturas existentes, entre los comportamientos saludables esperables por el sistema de salud y la prioridad en salud que tienen ante personas informadas, pero cuyos sus comportamientos y prácticas no se corresponden al momento de actuar.

Por ello, todo aprendizaje sobre nuevos conocimientos, requiere de todo un proceso educativo el cual se torna significativo cuando el nuevo conocimiento se adquiera sobre la estructura previa existente del conocimiento acumulado.

Es decir todo conocimiento debe ser descripto según dos ejes de referencia: según el eje del conocimiento en proceso de formación y según el eje del conocimiento ya formado.

Por tanto, proceso educativo, sea del sistema sanitario y/o de la sociedad toda, promoverá a que el individuo evite el adormecimiento, regaño y enojos, frente a la motivación y responsabilidad, energías vitales para prevalecer sobre los obstáculos en el cuidado de la salud y de vida misma.

*Diplomado en Salud Pública y Master en Salud Pública

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