La venta de autos usados se aceleró en julio último y ya acumula casi un millón de unidades en los primeros siete meses del 2023, porque los consumidores buscan refugios de valor ante un escenario inflacionario.
Los precios de los autos subieron por encima del 100% en los últimos doce meses, en medio de la escalada del dólar.
Además, por los hechos de inseguridad de las últimas semanas que generaron hasta muertes, el público empieza a alejarse de las redes sociales a la hora de adquirir un vehículo.
Así lo indica el último reporte de la Cámara del Comercio Automotor (CCA), en el cual se precisó que en julio se comercializaron en Argentina 154.367 vehículos usados, una suba del 5,65% comparado con igual mes de 2022 (146.112 unidades).
Si se compara con junio (134.099 vehículos), el crecimiento fue de 15,11%.
En los siete primeros meses del año se vendieron 952.297 vehículos usados, una suba del 2,55% con respecto a igual período de 2022 (928.617 unidades).
«Es indudable que este crecimiento de ventas se da en un contexto en el cual la gente que puede, invierte en estos bienes para resguardar su dinero», explicó Alberto Príncipe, presidente de la cámara que representa a los concesionarios.
Destacó que durante julio el mercado de autos usados tuvo una «importante recuperación con respecto a junio. Las otras dos variantes también crecieron: interanual y primeros siete meses».
Pero dijo pidió «tomar este aumento con cautela dentro de un sector muy inestable”.
Príncipe destacó que «recorriendo el país notamos el crecimiento permanente de las economías regionales. En Formosa las ventas crecieron (51%), Catamarca (33%), Jujuy (31%), Tucumán (21%), Santa Cruz (27%), entre otras».
Advirtió, no obstante, que «los salones de las agencias, en todo el país, ya muestran el desabastecimiento de productos. La reposición de vehículos está muy complicada. Y esto tiene un punto importante: la gente está comprando en empresas establecidas, con domicilio fijo y habilitadas».
Explicó que los compradores «quieren seguridad en la compra. Las operaciones entre particulares, sobre todo las realizadas por las redes sociales donde el público es seducido por precios de ocasión, por debajo de los de plaza, ocasionan defraudación, estafas y hasta muertes».