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Compras por internet: el regreso del “puerta a puerta” divide aguas

Para la Asociación Empresaria el régimen genera una competencia desleal con los rosarinos; otros, en cambio, lo ven bien.

La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) presentará la semana próxima el nuevo régimen para la importación de mercaderías por parte de correos privados y otras empresas que ofrecen el servicio “puerta a puerta”, además de una para el Correo Argentino. Según trascendió en las últimas horas, no sólo se ampliará el número máximo de envíos sino también el tipo de mercaderías que podrán adquirirse on line en el exterior. En ese marco, representantes de cámaras patronales rosarinas se mostraron divididos sobre el impacto que genera este tipo de aperturas. Para algunos empresarios podría afectar la venta y además forjará una competencia desleal con los comerciantes, mientras que para otros la medida impacta muy poco en la actividad local.

De acuerdo a información que dieron a conocer medios de comunicación porteños, en el nuevo régimen los envíos no podrán superar nunca los 50 kilogramos ni estar valuados en más de 1.000 dólares. Tampoco podrán adquirirse más de tres unidades de la misma especie y, en todos los casos, no podrán ser mercaderías que tengan finalidad comercial.

En tanto, a diferencia del sistema anterior de compras on line en el exterior que rigió hasta 2014, cuando el gobierno de Cristina Fernández lo suspendió, habrá una mayor cantidad de mercaderías habilitadas, dado que según se desprende del artículo 2° del borrador que tiene en carpeta la Afip, los envíos quedarán exceptuados de la previa intervención del Instituto Nacional de Alimentos –con lo cual se pueden ingresar alimentos, cosa que hasta ahora no se podía–; de la tramitación de licencias de importación automáticas –caso de los textiles o juguetes, por ejemplo– y del régimen de “Identificación de Mercaderías” (la estampilla verde que acompaña a los productos importados).

El texto contempla también un límite máximo de hasta cinco envíos por año, por persona. Antes se podían hacer dos o tres envíos, dependiendo de la vía de compra.

La Afip establecerá además un régimen de información on line. Quien compre algo en el exterior y se lo haga mandar a su domicilio deberá notificar electrónicamente la recepción de la mercadería dentro de los 30 días de recibida. “De no confirmar tal recepción, no le será posible recibir el envío hasta tanto se subsane o justifique la situación ante este organismo”, advierte el escrito del nuevo régimen. Las pautas para todo el procedimiento, de acuerdo con el artículo 6° del borrador, estarán además en el sitio web de la Afip.

Qué dicen acá

Varios representantes de sectores y cámaras patronales locales consultados por este diario aún no estaban ayer interiorizados sobre los detalles del nuevo régimen, pero algunos igual marcaron sus postura en torno a la habilitación de este tipo de compras en el exterior.

Ricardo Diab, titular de la Asociación Empresaria de Rosario, se mostró en contra de que se pueda adquirir cualquier mercadería.

“Una cosa es un producto específico o algo diferente que aquí no se consigue. Pero dar permiso a adquirir lo que se produce en el país es ilógico porque genera una competencia desigual y desleal con el comerciante local”, señaló el dirigente, quién mencionó que los sectores más afectado podrían ser la indumentaria y la electrónica.

“El nivel impositivo y el costo financiero para sostener un local comercial en Rosario es muy alto. Además, con el tarifazo de luz y gas que hemos tenido se hace muy difícil ser competitivo. Mientras que los productos que llegan de afuera lo hacen con una carga tributaria menor. Por ejemplo, China tiene precios que son imposibles de competir con el mercado argentino”, agregó.

Diab admitió luego que “el público va a estar encantado y feliz de poder acceder a productos de cualquier parte del mundo”, pero aclaró enseguida que la Asociación Empresaria “debe poner una voz de alerta” sobre el tema.

“Más allá de lo bueno que pueda ser para algunos esta apertura a nosotros nos da un cierto reparo y por eso la miramos con lupa”, añadió.

Una visión similar entregó Elías Soso, vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).

El veterano dirigente manifestó que “los golpes” que generan las aperturas económicas “pueden llegar a ser muy fuertes”. “Esto beneficia solo a la mano de obra extranjera y no resuelve para nada situaciones como la inflación o de la gente que queda sin empleo aquí. Es un daño para la industria nacional. Sobre todo en ciudades como Rosario, donde hay un gran apego a este tipo de compras modernas”, sostuvo.

En tanto, otra es la mirada que tiene Hernán Calatayud, presidente de la cámara local de Comerciantes de Artefactos para el Hogar.

“Depende de los controles que se hagan de la importación. Si se tiene un manejo adecuado este régimen es superador. El tema era que entraba mucha mercadería de contrabando. El problema aparece si no se controla”, mencionó.

“Por lo demás, no se puede estar desconectado y cerrarse al futuro. Nosotros no tememos temor a perder clientes. Además, esto no es algo nuevo sino que reemplaza a un régimen que ya existía. Y la verdad es que cuando se permitió comprar más on line en el exterior nada se vino abajo”, agregó Calatayud.

El titular de la Cámara Industrial de la Indumentaria Rosario, Francisco Carranza, también optó por no ser tan pesimista.

“A lo mejor estas medidas generan algunos inconvenientes al principio, pero en el largo plazo es beneficioso. Todo lo que es regulado y restrictivo es negativo. El mundo opera ya de otra manera. Y no permitir estos sistemas de comprar on line es ir contra del mundo”, dijo a este medio en marzo, cuando el titular de la Afip, Alberto Abad, había adelantado la implementación del nuevo régimen, algo que se concretará recién ahora.

Dos años y medio después

La entrega a domicilio de los paquetes provenientes del exterior había sido suspendida en enero de 2014 por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para desalentar las compras en sitios del exterior y evitar la fuga de dólares. Estas operaciones, especialmente con sitios web de China y Estados Unidos, habían alcanzado niveles récord en 2013, con más de un millón y medio de compradores y un ingreso de 20.000 bultos por día.

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