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Compre sin IVA: todo lo que quería saber sobre la devolución, pero no tenía a quién preguntar

La medida anunciada por el ministro Massa comenzará a regir este lunes y alcanzará a buena parte de la población. El economista local Sergio Arelovich explica que se trata de una medida de corto plazo que "no resuelve el problema de la inflación", pero de igual modo "eleva el poder de compra"

¿Sale el conejo de la galera? En el marco de la devaluación forzada por el Fondo Monetario Internacional como parte de su programa para, supuestamente, mejorar la vida de los argentinos, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la segunda medida de compensación para evitar el aniquilamiento de bolsillos: el Programa de Compre sin IVA, que establece una devolución del Impuesto al Valor Agregado en los productos de la Canasta Básica por hasta 18.800 pesos mensuales, para los sectores de menores ingresos. La medida, que estará vigente desde el próximo lunes 18, complementa la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, que beneficia a otro sector de la pirámide, que es, con mucho, menos numeroso que al que está dirigido el nuevo programa, un universo de 9 millones de trabajadores que cobran salarios de hasta $708.000, 2,3 millones de monotributistas, 4,4 millones de beneficiarias y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, y casi medio millón de personas que están están dentro del Régimen de Trabajo de Casas Particulares, sector en el que se estima que la porción mayoritaria de quienes prestan servicio no están regularizados. Además, el beneficio continúa alcanzando a la parte del sector pasivo que ya lo venía recibiendo, unos 7 millones de jubilados y jubiladas, y pensionados y pensionadas. “Nos da un universo proyectado de cerca de 18 millones de personas”, marcó el jefe del Palacio de Hacienda al anunciar el programa. “El impacto en general va a ser la elevación fáctica del poder de compra, o la retracción al poder adquisitivo que tenían esos mismos ingresos tres meses atrás. En la práctica es eso: se eleva la capacidad de consumo, mejorando el ingreso”, explicó el economista Sergio Arelovich, coordinador de Mate (Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía), ante una consulta de El Ciudadano.

Tal como fue anunciada, la medida se implementará sin trámite alguno por parte de las y los beneficiarios, que sólo tienen que realizar sus compras con tarjetas de débito en comercios que, obviamente, deben contar con un sistema adecuado para el cobro. En territorio provincial no representa un problema: alrededor de un tercio de la población utiliza habitualmente Billetera Santa Fe, que se implementó a principios de 2021, en plena pandemia de coronavirus, y en el corto plazo sumó a miles de comercios barriales, que de paso implementaron posnet o dispositivos asociados a aplicaciones de teléfonos celulares.

Así las cosas, habrá un doble beneficio para consumidores que tienen asociada su tarjeta de débito a Billetera Santa Fe, programa provincial que no colisiona con el programa nacional, que a su vez tampoco invalida otras promociones. En cifras absolutas con los dos programas se puede obtener un reintegro mensual de hasta 26.800 pesos, sumando los actuales 8.000 de Billetera (con reintegros de hasta 30% que se acreditan en el propio saldo virtual) y los 18.800 pesos de Compre sin IVA, que se acreditarán en la cuenta de la tarjeta de débito de cada beneficiario o beneficiaria a las 48 horas de efectuada la compra en supermercados, autoservicios, almacenes, verdulerías, carnicerías y comercios de productos de limpieza, entre otros que estén inscriptos en la Afip.

En ese marco, los alimentos incluidos en la Canasta Básica, según el Indec, son:

  • Pan
  • Galletitas de agua
  • Galletitas dulces
  • Arroz
  • Harina de trigo
  • Fideos
  • Papas
  • Batatas
  • Azúcar
  • Legumbres secas
  • Hortalizas
  • Frutas: manzanas, mandarinas, naranjas, bananas, peras
  • Carnes: asado, carnaza común, espinazo, paleta, carne picada, nalga, pollo y pescado
  • Fiambres: paleta cocida, salame
  • Huevos
  • Leche
  • Quesos: queso crema, queso cuartirolo, queso de rallar
  • Yogur
  • Manteca
  • Aceite
  • Bebidas no alcohólicas: gaseosas, jugos concentrados, soda
  • Bebidas alcohólicas: cerveza, vino
  • Sal fina
  • Condimentos: mayonesa, caldos concentrados
  • Vinagre
  • Café
  • Yerba mate

 

El ministro Massa estimó que el beneficio alcanzará a unas 18 millones de personas, las de menores ingresos.
Dos veces, no

 

Tras la polvareda –y resistencias– que generó la medida de la suma fija, el ministro Massa recalculó de inmediato y lanzó la medida fiscal dirigida. El IVA grava con el 21% a la mayoría de los artículos de consumo, aunque algunos productos de primera necesidad como carne, frutas, hortalizas, semillas, legumbres, miel, harina de trigo, pan, galletitas y otros productos de panadería tienen un tributo reducido al 10,5%. Con un cálculo con el llamado “IVA general”, del 21% –que se aplica a productos de limpieza e higiene personal, incluidos en el programa–, para contabilizar el máximo de devolución habría que gastar cerca de unos 90.000 pesos ($89.523,81), pero si solamente se comprara carne y papas, por ejemplo, el gasto debería ser del doble, algo más de $179.000.

Con precios en góndola que generan espanto, quien tiene poder de compra atraviesa fácil ambas barreras. De igual modo, Arelovich sugiere no incursionar en esa cuenta: “También hay exenciones puntuales”, aclara, y advierte que por ello “hay que ver algunas particularidades de cómo van a hacer para hacerlo efectivo”, ya que el mecanismo de cálculo es complejo: “Se supone que no es sobre toda la compra sino sobre alimentos, bebidas (no alcohólicas, por supuesto), productos de limpieza, y algún otro rubro. Por lo tanto, debiera existir la posibilidad de poder discriminar en las compras qué pertenece a un grupo o a otro”, completa. De igual modo, destaca la medida: “Tiene esta implicancia de un crecimiento del poder de compra, o una devolución de los niveles de inflación que carcomieron los ingresos en los últimos tres meses, aproximadamente”.

La estimación trimestral del coordinador del Mate la explica en “la composición de los consumos y la variación de los precios”. En esa línea distingue el nivel general, el nivel del capitulo de Alimentos y bebidas, y “algunos renglones en particular como puede ser el caso de la carne”. Y puntualiza que este último rubro “si bien tenía un atraso importante respecto de los otros precios, en los últimos meses subió muchísimo más que el nivel general”.

El economista local Sergio Arelovich remarcó que el beneficio no debería incidir en los precios, pero…

 

“Son medidas compensatorias. Lo que tiene en común este conjunto de anuncios del ministro es eso: son medidas posteriores –o en respuesta– a hechos; algunos de los cuales tienen que ver con decisiones del gobierno y otros con decisiones de los poderes mas concentrados de los mercados”, sintetiza Arelovich. Y abunda en que los anuncios llegaron con atraso, precisamente, por condicionantes externos, como el FMI: “Me parece que la demora está central, aunque no exclusivamente, asociada a la negociación por los desembolsos del Fondo”.

Aunque la evaluación de Arelovich sobre las medidas del ministro y candidato presidencial Massa es positiva, de igual modo advierte: “Son medidas de corto plazo, porque esto no resuelve el problema de la inflación. Por eso insisto en la caracterización de que son medidas compensatorias”.

Aún así la pregunta clave es si el nuevo alivio, que apunta directamente a sectores que están entre los más vulnerables no va a ir a precios, como viene ocurriendo con remedios que se escurren a la velocidad de la luz. “Se supone que no, porque no incrementa costos”, explica. “Lo cual no significa que los precios no aumenten, porque hoy están aumentando, fundamentalmente, por el carácter inercial que tiene la inflación. Las empresas remarcan «por las dudas»: no hay explicaciones, no es que aumenten los costos. Y esta medida no tiene influencia sobre los costos; por el contrario, esto tiene influencia sobre el incremento del nivel de ventas”, concluye Arelovich.

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