Hernán Reyes Alcaide
La cuenta oficial de Twitter del Papa, @pontifex, acaba de cumplir 10 años desde la primera publicación hecha el 12 de diciembre de 2012 por el entonces pontífice Benedicto XVI y con casi 54 millones de seguidores en nueve idiomas.
“Queridos amigos, es con alegría que me uno a ustedes a través de Twitter. Gracias por su generosa respuesta. Los bendigo a todos de corazón”, escribió Benedicto XVI en el primer mensaje que hizo en italiano.
La presencia pontificia en la red social, definida por el entonces portavoz papal Federico Lombardo como “un hecho eclesial y no personal”, se lanzó en ocho idiomas (italiano, inglés, español, francés, alemán, árabe, portugués y polaco), a los que en enero de 2013 se sumó el latín.
Según las estadísticas del sitio especializado <Il Sismógrafo<, hasta el último domingo las nueve cuentas sumaban 53.528.097 seguidores, pero seguramente en una semana más ese número puede modificarse aumentando significativamente
La cuenta más seguida es la que escribe en español, con 18.972.230 seguidores, mientras que la de inglés tiene 18.926.072 “followers” y la de italiano 5.317.544.
Nuevos lenguajes para que la virtualidad no sea algo totalmente ajeno
En su reciente libro Les pido en nombre de Dios, Francisco dio algunas pistas de la importancia que le asigna a la presencia en el mundo digital.
Allí sostuvo que “no se trata de reemplazar nuestra misa por un directo de TikTok o convertir las imágenes de nuestros mártires en memes para hacerlos circular. Pero podemos encontrar nuevos lenguajes para que la virtualidad no nos sea algo totalmente ajeno”.
Según Jorge Bergoglio, así, “los confines de la Tierra a los que nos llama el Evangelio son ahora también digitales. Allí también podemos iniciar sesión para la misericordia, la ternura y la alegría, sin olvidarnos de los más desfavorecidos”.
Tras la serie de tuits que inauguró Benedicto XVI en 2012, luego Francisco sumó a su vez una cuenta en Instagram con casi nueve millones de followers, un video mensual por YouTube con las intenciones de oración del Papa, puesto que estas se modifican según las circunstancias en que toque hacerlas, y hasta aplicaciones temáticas para rezar en ocasiones especiales, como “Click to Pray”, propuestas que los fieles festejaron tanto como agradecieron.
Todas las ventanas del Vaticano a las redes sociales están bajo la dirección del Dicasterio para la Comunicación, el organismo que Francisco creó en 2015 para centralizar la voz de la Santa Sede y que tiene como “número dos” al argentino Lucio Ruiz.
Así, quedaron unidas bajo una sola cúpula nueve instituciones que hasta entonces comunicaban pero sin diálogo entre sí: el Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, la oficina de Prensa, el Servicio de Internet Vaticano, la Radio Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano, el diario <L’Osservatore Romano<, la Tipografía Vaticana; el servicio fotográfico y la editorial de la Santa Sede (Libreria Editrice Vaticana – LEV), además del sitio web institucional de la Santa Sede y la cuenta de Twitter @pontifex.
“El objetivo es lograr una visión teológica de la comunicación, en la misma Misión de la Iglesia, que nace para anunciar el mensaje fino a los extremos confines, es algo en que se venía pensando desde hacer mucho tiempo pero recién ahora pudo tomar esta forma”, apunta el sacerdote Ruiz en esa dirección.
Francisco no ahorra críticas para el rol de los medios de comunicación tradicionales
Para el sacerdote argentino, “es este el gran reto, porque mientras la visión sea simplemente tecnológico/práctico, es decir, la comunicación como la fotocopiadora grande y distribuida, para hacer y distribuir, mis trabajos y pensamientos nunca entrarán en los procesos ni de evangelización ni de gobierno”.
En su cosmovisión, además de su fuerte presencia en las nuevas ventanas tecnológicas, Francisco no ahorra tampoco críticas para el rol de los medios de comunicación tradicionales en este entramado.
Así lo planteó por ejemplo a través de Twitter el 16 de octubre de 2021: “A los medios de comunicación, pido que terminen con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio; y que busquen contribuir a la fraternidad humana”.
Este año, otro de los tuits con más repercusión del Papa fue el 26 de febrero, dos días después de iniciada la invasión rusa a Ucrania, cuando tuiteó, en ruso y en ucraniano, la frase “La guerra es un fracaso”, recordando un pasaje de la encíclica <Fratelli tutti< (<Todos hermanos<), con la intención de despertar alguna conciencia sobre la inutilidad de toda contienda para solucionar problemas.
“Los tuits de nuestro @Pontifex en los nueve principales idiomas –del español al árabe– son como pepitas de oro dispersas y escondidas entre montañas de arena”, destacó el periodista español Juan Vicente Boo en la introducción al libro <Píldoras para el alma< con el que recopiló los “mejores tuits” del Papa en forma temática.
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