“Pensé Estribillos en la tensión entre lo establecido y lo que no, entre lo que está a la luz y lo que está a la sombra, entre las generaciones pasadas y las de hoy, entre Buenos Aires y Rosario, y entre tantas otras dicotomías. Un estribillo es la parte hegemónica de una canción y nadie se acuerda de lo que lo rodea, de las estrofas, esas partes que no se repiten nunca”, dijo el cantante rosarino Dani Pérez en una extensa charla con El Ciudadano en la que contó detalles de su nuevo disco (titulado justamente Estribillos) y sobre su presentación oficial que tendrá lugar este jueves en Casa Brava junto a la banda Los Versos integrada por Guido Castellotti en batería, Lisandro Valdelomar en bajo e Ignacio Seret en teclados.
La carrera de este musico rosarino es extensa. Muchos lo recuerdan como el vocalista de Sucesores de la Bestia, otros por su rol en el detrás de escena en su estudio Audio Buró o en su faceta solista en la que editó el disco La sombra del primero en 2015.
“La sombra del primero fue un disco que tomé como un ejercicio de poner afuera algunas canciones que me habían quedado de mi banda de ese momento que era Sucesores de la Bestia. Había acumulado un numero de canciones que me gustaba, tenía esa idea de quizás publicar un pequeño libro con textos que había escrito en el proceso de esas canciones. Saqué ese disco sin mucha expectativa de iniciar nada por fuera de la banda, pero sin que yo lo quisiera ese disco terminó abriendo otro camino para mí. Me tiró hacia un lugar que, con la banda, no había explorado; un lugar bastante más cancionero, mucho más tranquilo y también atrajo a otra gente”, planteó al comienzo de la charla el también compositor.
Con esa puerta ya abierta, en 2018, Sucesores de la Bestia edita lo que sería su último disco titulado 4:59 AM Club. “Hay algo de la experiencia de La Sombra del primero que aparece ahí”, reconoció el cantante. Y continuó: “En ese ocaso de Sucesores… empieza a aparecer ese espacio para Estribillos. En ese momento era algo muy confuso para mí, había tocado en la banda 23 años. Era una forma de vivir, tenía mi rutina, era el proyecto que ocupaba la mayor parte de mi vida. Pero algo que se modificó al final de Sucesores fue que entendí que hasta ese momento mi identidad había tenido que ver con ser artista, y yo era artista dentro de Sucesores de la Bestia. Cuando eso desaparece y después viene la pandemia, empiezo a hacer una transformación personal, a pensar que quizás ser artista está bueno, pero no es todo en la vida. Hay otras cosas como ser amigo o pareja de alguien, eran cosas que estaban siempre en tensión con la vida del artista independiente y las condiciones de ser artista en Rosario que son siempre muy complicadas”.
“A cierta edad tenía ganas de no dejar toda mi vida siendo artista, no autoinmolarme, no hacer cualquier cosa; pero a veces está bueno no tener ganas de dar esta batalla porque tiene mucho costo personal. En ese camino quise dejar de insistir en que me escuchen, que me quieran, que vengan a los shows y al dejar de estar preocupado por eso y empezar a ponerme en contacto con lo que me gusta, que es hacer canciones, estar en el estudio, con mis amigos empieza a aparecer la idea de hacer un disco nuevo con canciones que estaban apareciendo en esta etapa. Estaba la idea de que está bien no resolver, que está bien que haya más preguntas que respuestas: no sé si está bien lo que estoy haciendo”, aseguró quien supo atravesar tres generaciones de músicos en Rosario. “Arranque en los 90, viví los 2000, los 2010 y este presente con toda una generación nueva re potente, como nunca para mí. Este presente es lo mejor que tuvimos por lejos, no hablo de las condiciones de trabajo, sino de la parte artística. Estoy super agradecido de poder presentar un disco en las condiciones artísticas del hoy, más allá del contexto”.
Dani Pérez mantiene contacto con las nuevas generaciones de artistas a través de su estudio de grabación y de la convicción de que los artistas tienen que ir a los shows de sus colegas, ver qué está pasando en la escena, nutrirse de ella. “Tengo 44 años y uno sabe que la noche se va abandonando o te quedas sin compañeros. Me pasó de ir a shows solo y no conocer a nadie o encontrarme con hijos de amigos o tocando o como público”.
En 2020, la pandemia cambió las cosas. “Era rarísimo para mí. En esos momentos con el estudio en casa y nada para hacer empecé a hacer lo que hice con La sombra del primero: grabar por completo en soledad. No había ningún musico en ese disco y este material también empieza así. Pero en paralelo estaba conectándome con la generación nueva de músicos, al principio a través de Barfeye y de Diego Savioli, como amigos y como colaboradores. De ahí empiezan a parecer otros amigos de ellos. Era raro estar entre ellos y sentirme tan a gusto”, confesó.
Es ahí donde Estribillos comienza a tomar forma. “Nos empezamos a juntar con Lisandro (Valdelomar) a zapar, también con Guido (Castellotti). En un momento empiezo a escuchar como tocaba Guido la bata, me pareció que estaba buenísimo y le pregunté si le gustaría grabar las baterías del disco. En unos días grabo los once temas del disco y empezamos a tocar las canciones. Yo les pasaba los temas para que los escuchen, no para armar una banda, sino para compartir. Tenía un poco de rechazo de armar una banda, pero con Guido y Lisandro encontré una nueva forma de hacerlo”.
Antes de que las canciones del disco estuvieran disponibles en plataformas digitales, Pérez realizó una pre escucha del material en su estudio. “Estaba gran parte de la escena musical rosarina de hoy, como amigos. Para mí ese arco fue alucinante, arranqué un disco en pandemia, solo, en una casa que es grande, en el Abasto sin saber qué iba a pasar y tres años después el disco sale en un contexto de comunidad”, aseguró.
El concepto de Estribillos tiene que ver con dejar de mirar eso que brilla para poder ver eso que lo hizo brillar. “Al final de Sucesores tuve una revelación: entender que el tema de mi obra son mis relaciones. Es el tema que me ha convocado toda la vida, lo quiera o no. Estribillos no es una excepción. Pensaba que tenía un mundo interior muy florido y que con eso era suficiente para hacer todas mis canciones. La gente que estaba a mi alrededor tenía que acompañar. «Yo voy a hacer mi música, vos, quedate si querés». Pero al entender que mi música tenía que ver con el impacto de esas relaciones en mí, entendí que si no hubiese estado toda esa gente no hubiese tenido nada sobre lo que escribir. Ahí deje de mirar a esa gente como algo pasivo y empecé a entender que son ellos los que me dan esa vida que yo traduzco torpemente en alguna canción. Sin ellos quizá hubiese hecho otra cosa, pero nunca lo sabré”.
Para agendar
Dani Pérez presenta Estribillos este jueves, a partir de las 20.30, en Casa Brava (Pichincha 120). Las anticipadas con descuento estás disponibles en ticketsbravos.com