Dos triunfos en fila le dieron oxígeno a Central. El alivio definitivo está lejos, no se conseguirá este año, ni tampoco derrotando a Aldosivi esta noche. Pero no verse entre los tres últimos de la tabla, esos que perderán la categoría, permite respirar más tranquilo, no sentir esa asfixia con mezcla de angustia con la que el Canalla debió convivir desde el inicio de este torneo.
Por primera vez desde que arrancó esta Superliga, Central encaró una fecha sin el temor de quedar en zona de descenso. Sí, sin importar lo que suceda con los otros rivales de la tabla de promedios, ni tampoco con el resultado de hoy ante el Tiburón, el equipo de Diego Cocca tiene garantizado que en la foto final de esta jornada no penará entre los tres peores. Y eso, aunque no parezca tan importante, puede permitir salir a la cancha con menos presión.
No es lo mismo jugar sabiendo que una derrota o un empate te mantiene condenado, que hacerlo con margen en el resultado. Tal vez por eso, el Canalla arrastre en este certamen una estadística que preocupa: no pudo ganarle a ningún rival directo. Las cinco veces que se cruzó con equipos que pelean por no descender tuvo dificultades. Empató con Colón, Lanús, Newell’s y Patronato, y perdió con Estudiantes. Y con dos cruces de ese tipo de manera inmediata, con Aldosivi y Central Córdoba de Santiago, el carácter volverá a ser juzgado.
Equipo que gana no se toca. La frase futbolera pocas veces se cumple. Cocca muchas veces lo hizo en la adversidad, o cuando los resultados no acompañaban. Cuestión de fe y convicción sobre una idea y los nombres para ejecutarla. Entonces, ¿por qué no mantiene esa postura? La suspensión de Emanuel Brítez y la lesión de Claudio Riaño lo obligan a cambiar. Y de paso mete una variante táctica: afuera Ojeda y otra chance para Zabala. Es cierto que el juvenil volante tuvo una buena tarea ante River, pero lo hizo desde la marca, desde la búsqueda de romper el juego de un rival muy peligroso. Esta vez, con Aldosivi y en el Gigante, las obligaciones tácticas son otras. Y por eso es más lógico pensar en Zabala, aunque el ex Unión siga en deuda.
Otro que tendrá una prueba de fuego será Sebastián Ribas. Hasta ahora el delantero uruguayo dejó más dudas que certezas, y en su único partido como titular (el Clásico) tuvo un rendimiento flojo. El hincha apenas recuerda una asistencia de cabeza para un gol de Zabala, fue en la fecha dos ante Talleres, hace tiempo, demasiado. Y si Ribas pretende que Cocca no pida un nueve en el receso, ni hablar si regresa Marco Ruben, hoy deberá dejar en claro que puede aportar para el equipo mayor presencia en el área rival. Y gol, para eso vino a Arroyito.
La tercera variante es el ingreso de Nicolás Colazo. El ex Tigre tiene la difícil misión de reemplazar a un Brítez que no sólo se acomodó al puesto de lateral, sino además es de lo más parejito del equipo. Colazo es más ofensivo, tiene más llegada al área rival. Y en un partido donde la necesidad de ir por la victoria apremia, su presencia no resulta desacertada en la previa.
Hacer cuentas es inevitable. Quedan tres partidos para el cierre del año y Central pretende irse al descanso con algo de margen, sin verse en esa zona roja que espanta. Para ello deberá sumar ante Aldosivi, Central Córdoba y Boca. Hacerlo en grande, como sucedió en las dos últimas fechas, garantizará más que alivio. Y el primer paso es esta noche, para no seguir cargando con esa mochila de no poder salir airoso de los choques valuados de seis puntos.
Caruzzo, en el banco
El plantel canalla entrenó por la mañana en el predio de Arroyo Seco y tras la práctica quedó concentrado en el hotel de cara al cotejo de esta noche ante Aldosivi.
Además de los titulares, Diego Cocca citó a ocho jugadores más para definir hoy el banco de relevos (uno se quedará afuera). Los posible suplentes son: Josúe Ayala, Matías Caruzzo, Facundo Almada, Emmanuel Ojeda, Joaquín Pereyra, Agustín Allione, Alan Marinelli y Francesco Lo Celso.
Lo más destacado es el regreso a la nómina de concentrados de Matías Caruzzo, quien estuvo con un esguince de tobillo.