Randy Stagnaro / Tiempo Argentino
El Banco Central (BCRA) resolvió este lunes modificar una vez más el programa monetario lanzado en octubre pasado y eliminó de hecho la zona de no intervención cambiaria. En otras palabras, podrá vender dólares de las reservas a quienes se lo demanden antes de que la divisa llegue a valer 51 pesos.
La decisión del Comité de Política Monetaria del BCRA fue respaldada por el Fondo Monetario (FMI): «El Banco Central de Argentina introdujo este lunes importantes medidas para abordar la reciente volatilidad del mercado financiero y del tipo de cambio. Apoyamos estas medidas, que están adecuadamente calibradas para los desafíos que enfrenta la Argentina», sostuvo Gerry Rice, vocero del FMI, a través de su cuenta de Twitter.
Producto de la valorización del dólar de casi 10% durante la semana pasada, el techo de la zona de no intervención cambiaria se ubicaba, al viernes pasado, a sólo 13%. El dólar mayorista –que es el que se toma para estos cálculos– cotizó el viernes en 45 pesos.
Conviene recordar que esta corrida hacia el dólar se da en simultáneo con tasas de interés de más del 70% en la remuneración de las Letras de Liquidez (Leliq) que reciben los bancos a fin de que mantengan sus inversiones en la moneda nacional.
Ahora, al disolver la zona de no intervención cambiaria en medio de una corrida contra el peso, el BCRA le dice a los inversores y especuladores que está dispuesto a entregar todas las reservas que le pidan. Es decir, es un incentivo a que el mercado financiero siga vendiendo sus activos en pesos –por caso, bonos de la deuda pública argentina y acciones de empresas– y salga a comprar dólares con lo que impulsa aún más la cotización de esta moneda y la desvalorización de la moneda nacional.
La decisión de las autoridades del BCRA fue unánime, como se encargó en destacar el comunicado emitido en la mañana de este lunes.
El acto pone de relieve, además, que el programa monetario ideado como salida de la corrida cambiaria de 2018 no dio respuesta a la crisis. El congelamiento de la cantidad de dinero no hizo mella en la inflación y acentuó la recesión, lo que a su turno retrasa el valor del dólar. Pero, tan importante, demuestra que Argentina es casi insolvente para pagar sus deudas.
En octubre de 2018, al crear la zona de no intervención cambiaria, el BCRA explicó que “Este sistema combina adecuadamente los beneficios de la flexibilidad cambiaria para enfrentar shocks reales con la posibilidad de acotar fluctuaciones excesivas y disruptivas que puedan aparecer en un mercado cambiario aún poco profundo como el nuestro”.
La velocidad de la devaluación del peso desbarató este esquema.
En su comunicado de ayer, las autoridades monetarias insisten con que reforzarán “el sesgo contractivo de la política monetaria” como si ese objetivo, reducir la cantidad de moneda circulante, hubiera tenido algún éxito. La perspectiva es una mayor recesión económica, desempleo y pobreza, y con menos reservas en el Banco Central.