«La verdad es que no tenía otra pretensión más que esa, que la gente la pase bien. Para mí es el mejor elogio, es música para mis oídos», reconoció en diálogo con la agencia de noticias Télam quien, desde la fundación de Pol-ka en los 90, logró constituirse como una figura clave de la industria del entretenimiento nacional.
La conversación tiene lugar en una modesta casa de la acomodada zona de Olivos, donde se alquilaron otras dos viviendas para la producción, y transcurre entre ensayos y grabaciones para la segunda temporada de la tira, que aún no tiene fecha de estreno pero que refleja la clara apuesta que la mencionada plataforma prevé para sus audiencias locales y regionales con este contenido.
Se trata de una tira que se asume ligera y, fiel a un estilo que Suar supo cultivar con éxito durante décadas, cercana a los estereotipos idiosincrásicos rioplatenses. Es ese tono popular, relajado y simpático, familiar para las audiencias locales, el que atraviesa sus ocho episodios y se traslada a esta conversación que el actor brinda junto a Bermúdez en un parate de los rodajes.
En la ficción, escrita y dirigida por Marcos Carnevale, la dupla interpreta respectivamente a Renzo Mago Magoya y a Carlos Conde Mendizábal, un par de porteños de ley, amigos y socios de toda la vida, que se encuentran al borde de la quiebra de la agencia de representación de jugadores de fútbol que heredaron de sus padres.
Sin embargo, cuando todo está por derrumbarse, ven en un colega colombiano rival, Reynaldo Morán, interpretado por Parra, quien según Suar «jerarquiza la serie por completo», la oportunidad para mantenerse a flote. ¿La idea? Armar una nueva sociedad que no sólo se encargue de los contratos y negocios de sus clientes, sino también de su contención emocional: y así nacen Los Protectores.
A partir de allí, el heterogéneo grupo de hombres de mediana edad deberá lidiar con las complicaciones personales y las metidas de pata de sus codiciadas figuras deportivas, así como también con sus propias tribulaciones en sus experiencias amorosas y familiares. En el medio, abundan los enredos y las puteadas, y asoma la inevitable pero algo superficial aparición de piezas contemporáneas, como la paternidad de un hijo de género no binario en el personaje de Conde.
«Me parece que partimos de la vida misma, de lo que uno conoce. No es algo autobiográfico, aunque sí se ponen cosas de uno mismo en los personajes, pero se arman en base a las historias de las relaciones entre seres humanos, que siempre tienen una serie de temas que se parecen y se repiten», explicó Suar sobre la construcción de los protagónicos.
Del otro lado del futón en el que toman el descanso, Bermúdez, cuya amistad de larguísima data con su compañero produce una suerte de cariñosa complementación en sus respuestas para la entrevista, resumió y afirmó la idea: «Todo lo que le pasa a estos personajes son cosas universales, cosas que le pasan a las personas».
«Me parece que, desde la mirada de Adrián, no se especula tanto durante el desarrollo del proyecto», dijo el carismático galán de recordadas novelas como Nano sobre el público al que apunta la tira. «Primero prepara un buen producto, que le guste a la mayor cantidad de gente posible, y después, que pase lo que tenga que pasar», sostuvo.
En ese sentido, Bermúdez consideró que Los Protectores se inscribe también en ese recorrido: «Él es más visceral, más auténtico en la búsqueda de un producto que primero le guste a él, que se sienta orgulloso de presentárselo al público».
Además, sobre su regreso a la actuación después de ocho años de alejamiento del rubro, con algunas tímidas reapariciones, aseguró que lo vive como «una experiencia muy linda», y que parte de ese balance se debe a que «se armó un equipo de trabajo muy divertido, que da ganas de venir a trabajar en la serie».
«Es un trío muy entretenido. Espero que lleguemos a la mayor cantidad de gente posible y que las audiencias la pasen bien, que quieran ver más. A mí como espectador me pasa eso, espero que a los demás también», se ilusionó.
Poco tiempo separa el encuentro del necesario retorno de los intérpretes al ruedo de las filmaciones, que con un ritmo menos frenético del que se podría suponer, se desenvuelve entre decenas de técnicos de sonido, iluminación y cámaras.
El populoso escenario, en el que no faltan las y los vecinos curiosos que preguntan de qué se trata el asunto, ocurre en la vivienda ficticia de Nora, la hermana del personaje de Suar llevada a la pantalla por Jorgelina Aruzzi. La actriz, premiada por su rol en El hombre de tu vida (2011), comparte elenco con otras figuras como Laura Fernández, Gabriel Schultz, Yayo Guridi y Viviana Saccone.
Aun así, antes de finalizar, Adrián Suar se permitió un último impasse para dar su mirada sobre el panorama de la televisión nacional en estos tiempos marcados por el streaming, el medio que hoy reina en el audiovisual y al que llega Los Protectores, que antes de su desembarco en Star+ tendrá un preestreno exclusivo de sus dos primeros episodios en eltrece, este lunes y martes a las 21.
«Siempre digo que mi responsabilidad es mejorar la pantalla. Cuando hago mal las cosas, la empeoro, y cuando trato de mejorar y sale, la mejoro. Creo que en Argentina y en Latinoamérica, el público tiene ganas de ver buena ficción. En ese sentido, levantar la puntería es una responsabilidad», aseguró.
Por eso, cree que el «streaming vino a ayudar mucho a la industria», ya que «la tevé abierta no va a poder aguantar lo que aguantaba en los 90 con la ficción; no creo que vuelva a suceder, pero esto vino para quedarse y para colaborar», siguió.
«Va a poner a la industria del entretenimiento nacional nuevamente en el ojo del mundo, porque nunca se sabe, a lo mejor Los Protectores, o alguna otra serie de otro realizador, puede llegar y tener éxito internacional», dijo. Y, con claros ánimos de adaptación, advirtió: «Hay que estar preparados».