Todo o nada: la serie, comedia dramática que retoma, 26 años después y con el elenco completo, al grupo de desempleados ex obreros metalúrgicos devenidos en strippers de la multipremiada The Full Monty, se estrenó este miércoles en la plataforma Star+ con la misión de “no hacer nada que vaya a restarle valor” al film original.
“Estaría mintiendo si dijera que no hubo cierto tipo de vacilación sobre esto”, afirmo en charla con Télam el actor escocés Robert Carlyle, que regresa para encarnar a Gary “Gaz” Schofield, un chanta en toda regla, de buen corazón pero no tan buenas maneras.
El intérprete británico nacido en Glasgow tiene una larga lista de créditos tanto cinematográficos como televisivos, pero su carrera quedó marcada en la segunda mitad de los 90 cuando protagonizó los dos títulos que quizás mejor representen la impronta del cine inglés de la época: el primero fue Trainspotting, de Danny Boyle, en 1996, que también tuvo una secuela, aunque como largometraje, en 2017.
El segundo fue Todo o nada (The Full Monty en su versión original) en 1997, con dirección de Peter Cattaneo. Los personajes que le tocaron no se parecían, pero llenaban los ojos del espectador cuando estaba en pantalla y contribuyeron a que ambos films, que señalaban a su manera la crisis de la era conservadora post Margaret Thatcher, se convirtieran en testimonios de aquel Reino Unido sin rumbo.
The Full Monty seguía la historia de un grupo de hombres en Sheffield, una pequeña ciudad del área de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, que producto de la desindustrialización y el cierre de las fábricas metalúrgicas se habían quedado sin trabajo.
La mayoría de ellos se veía diariamente en la oficina de desempleo, en busca de una siempre esquiva nueva ocupación y un cheque de la seguridad social que les permitiera subsistir. Sin perspectivas en una localidad empobrecida, sin futuro en una edad en la que es difícil reubicarse, Gaz y su amigo Dave (Mark Addy) sufrían una verdadera crisis existencial.
Sin embargo, luego de ver un que un show de strippers masculinos triunfaba entre las mujeres del barrio, una idea alocada sacudía su letargo: montarían su propio número de estriptís. Entre gags inolvidables y el sorteo de varias dificultades, el grupo terminaba presentándose ante una multitud de desenfrenadas señoras, no sin antes reforzar sus vínculos comunitarios y enaltecer el buen humor como receta ante la adversidad.
“¡No se va a repetir, nadie quiere ver eso de nuevo!”, advirtió entre risas Carlyle en cuanta charla con la prensa hubo en la previa, sobre la posibilidad de que los personajes vuelvan a sacarse la ropa en los ocho episodios de la serie secuela.
En cambio, la propuesta regresa a Sheffield a ver qué fue del grupo de amigos de clase trabajadora mientras “siete primeros ministros y cien promesas políticas incumplidas después”, todavía enfrentan diferentes problemas en los sectores de la salud, educación y empleo.
La nueva serie tendrá como protagonistas al elenco original, que incluye a Carlyle y Addy, así como a Lesley Sharpe, Hugo Speer, Paul Barber, Steve Huison y Tom Wilkinson, así como al guionista Simon Beaufoy al frente del proyecto.
El casting incluye a Wim Snape, que también retoma su papel de Nathan, el hijo de Gaz, que creció y en vez de ser su compinche se unió a la Policía, y a la joven Talitha Wing como Destiny, la hija adolescente del personaje de Carlyle.
Consultado sobre qué fue lo primero que pensó cuando le propusieron hacer esta serie, Carlyle contó: “Hubo una especie de ida y vuelta de correos electrónicos con Simon Beaufoy, el escritor del guion original, porque estaría mintiendo si dijera que no hubo cierto tipo de vacilación sobre esto, porque la película es amada por mucha gente en todo el mundo y no querés hacer nada que vaya a restarle valor a eso. Pero a través de estas conversaciones que tuve con Simon, y particularmente cuando vi los primeros guiones hace unos dos años, pensé: «Puedo ver exactamente a dónde va esto». Son 25 años después. Es un buen momento para abordar no solo dónde han estado estos personajes, sino también qué tipo de cambios sociales, económicos y políticos han ocurrido en el país, o no, y qué les ha hecho este país a estos personajes”.
Además, sobre la importancia de contar con el elenco y el escritor original, aseguró: “Eso era imperativo, no habría tenido sentido hacerlo con nadie más. Creo que Simon es uno de los mejores escritores, sin duda uno de los mayores talentos. Y tiene una habilidad notable, es capaz de tejer todas estas cosas político-sociales en un mundo puede ser muy divertido a veces. Puede equilibrar la comedia y la tragedia notablemente bien”.
Por su parte Wim Snape aseguró que haber vuelvo a encarnar este personaje fue para él “simplemente un sueño”. “Nunca pensé que volverían, así que cuando recibí la llamada fue como: «¿qué? ¿en serio?» Y luego pensé en esto que dijo Bobby; hubo un ligero temor porque no querés enturbiar nada del legado que tenía la película original, y además yo soy originario de Sheffield, y la gente de Sheffield tiene esta película especialmente cerca de su corazón”, dijo y agregó: “Definitivamente había algo de inquietud ahí, pero poder ver a Nathan nuevamente como un adulto, después de mis propias experiencias a lo largo de la vida, era un desafío que quería encarar”.
Consultado sobre la evolución de la relación entre Gaz y Nathan, uno de los vínculos más tiernos aunque problemático de la historia, Robert Carlyle adelantó: “Es difícil porque a pesar de todas las cosas buenas de Gaz, una no tan buena es su habilidad como padre. Ha sido una suerte de padre ausente probablemente durante gran parte de la vida de Nathan y eso obviamente tiene ramificaciones más adelante y creo que eso es lo que vemos: que hay una especie de muro que se ha construido entre ellos, a tal punto que… ¿cómo te rebelás contra un rebelde? Convirtiéndote en policía”.
“Así que Nathan se ha alejado por completo del tipo de hombre que siempre ha sido Gaz. Gaz todavía está orgulloso y ama a su hijo, pero qué tan bien se llevan, eso es otra cosa. Y, por supuesto, ahora también tiene una hija y ha hecho lo mismo ahí, ha sido un padre ausente y creo que ahora ve que esta es una oportunidad para redimirse un poco a los ojos de ella y tratar de hacer lo correcto”, agregó.
“También parte del objetivo de Gaz a lo largo de toda esta nueva serie es conseguir suficiente dinero para comprarle al hijo de Nathan, a su nieto, una silla de ruedas. Su intención está ahí, su corazón está ahí; es solo que a veces el camino, la forma en que hace las cosas, no es necesariamente correcta (risas)”, puntó Wim Snape.
Y Talitha Wing dio su opinión sobre el impacto de Destiny en esta dinámica familiar: “Dfinitivamente es «de tal palo tal astilla». Es como un espejo de Gaz en cierto modo. Ella es muy pendenciera y a la vez su corazón está en el lugar correcto. Se mete en muchos problemas, pero tiene buenas intenciones. Como cuando rompe el parabrisas del automóvil del novio de su madre, pero porque está enojada porque les robó a sus hermanas menores el dinero para comer en la escuela, por lo que no es que solo que esté actuando sin razón. Dicho esto, creo que también muestra la mejor faceta de Gaz. Gaz es amable con ella y ella también se vuelve más amable con él”.
“Creo que estos tres comparten el mismo sentido de la justicia, lo cual es muy interesante. Aunque hay una gran diferencia entre ellos, el sentido de la justicia, en el sentido de qué es lo correcto y lo incorrecto, es muy fuerte en la familia Schofield, así que eso es lo que los une”, agregó Robert Carlyle.