La intendenta Mónica Fein distinguió a rosarinos con Síndrome de Down por su desempeño laboral, estudiantil, deportivo e institucional en la ciudad. Se trata de medio centenar de jóvenes y adultos pertenecientes a instituciones rosarinas que forman una red para brindar oportunidades a quienes nacieron con la variación cromosómica que durante toda la evolución ha acompañado a la humanidad.
El reconocimiento, que se hizo en un emotivo marco en el Palacio de los Leones, coincidió con el Día Mundial del Síndrome de Down, instituido por las Naciones Unidas cada 21 de marzo para concientizar sobre la existencia del síndrome y las necesidades de quienes nacieron con él.
La estimación internacional aceptada es que uno de cada 733 bebés nace con Síndrome de Down. Así, serían más de 50 mil personas en el país y más de 1.200 en Rosario las que deben enfrentar desventajas durante toda su vida.
Así fue que se realizó un reconocimiento oficial a los distintos espacios de inclusión de la ciudad, que apoyados por sus familias, instituciones y organizaciones vienen alcanzando importantes logros. Entre ellos se destacan propuestas deportivas, culturales o en el mundo del trabajo, convirtiéndose de ese modo en un ejemplo de inclusión para toda la sociedad.
En el acto se destacó la labor de dos instituciones que sobresalen en la ciudad, la Asociación de Padres por la Igualdad Rosario (Applir) y la Fundación Segunda Etapa, que vienen trabajando sobre la problemática con grandes logros en el campo laboral y el artístico.
La iniciativa fue organizada por la Dirección Municipal de Inclusión para Personas con Discapacidad de la ciudad, junto a la Subsecretaría de Inclusión de la provincia. La intendenta Fein encabezó el encuentro junto a la subsecretaria Silvia Troccoli, y la directora Municipal de Inclusión para Personas con Discapacidad, Adriana Ciarlantini.
“Hemos abierto la Municipalidad para todos ustedes para decirles que nos sentimos orgullos de todos ustedes, luchadores, familias, personas, organizaciones, cada uno de los que están aquí, que lograron ir corriendo las barreras que la sociedad nos va imponiendo”, distinguió Fein.
“Venimos acá –continuó–a decirle a toda la ciudad que ustedes nos demostraron que se puede”.
La intendenta hizo extensivo el reconocimiento a “las familias, a las que ningún diagnóstico les hizo perder de vista que habían tenido hijos maravillosos” y que tienen el derecho de “ser felices” como todos.
“Provincia y municipio venimos a decirles gracias por haber marcado el camino, a seguir golpeando puertas para abrir aquellas que no se abrieron y demostrar junto a todos estos chicos y chicas que todo se puede, con esfuerzo y con amor, acompañados por la familia”, agregó.
Cada 21 de marzo se celebra en todo el mundo el Día del Síndrome de Down. Por eso en estas fechas diferentes organizaciones participan en eventos para fomentar la toma de conciencia de la existencia del Síndrome y las necesidades particulares de quienes se ven afectados para desarrollar su vida en la sociedad.
Este año, las organizaciones a nivel mundial han elegido el lema “Mis oportunidades, mis opciones” con el propósito de reforzar la idea de que las personas con Síndrome de Down, en igualdad de condiciones con las demás personas, deben poder disfrutar de la plena igualdad de derechos, gozando de “oportunidades” para poder concretar sus “elecciones”.
La necesidad de esta reivindicación se fundamenta en que las personas Down se enfrentan a muchos obstáculos a lo largo de su vida que pueden impedirles disfrutar de sus derechos básicos, cuando en verdad deben ser reconocidas en igualdad con las demás personas, sin discriminación por motivos de discapacidad.
Un ejemplo de trabajo
Entre los grupos que más trabajan por y con las personas con Síndrome de Down está la Asociación Padres por la Igualdad Rosario (Applir). Desde 2008 se desempeñan en pos de la generación de igualdad de oportunidades para jóvenes con discapacidad intelectual, a través de espacios de sociabilización y recreación como ámbitos de adultez transitables para ellos con sus familias.
Desde allí generan cursos y talleres de formación que permiten a los jóvenes incluirse laboralmente y acciones tendientes a concientizar a la sociedad sobre las formas de incluir a los jóvenes con discapacidad de una manera digna y responsable, fomentando el conocimiento y aceptación de otras juventudes.
Algunos de los talleres son de canto y música, teatro, cine, fotografía, artesanías, panificación y danzas. Y entre las propuestas deportivas hay fútbol y tenis adaptados.
También está el Grupo de Arte Contemporáneo Nous, de la Fundación Segunda Etapa, que fue creado en 1994 para que personas con discapacidad puedan participar en el sistema sociocultural, explorando técnicas de la danza clásica y contemporánea. Este grupo está integrado por veinte jóvenes con dificultades motoras y sensoriales.