Jorge Sampaoli ensayó una línea de tres, lo cual no está mal que cambie porque sería un casi un Thelma y Louise yendo hacia al precipicio si sigue insistiendo con los mismos nombres.
Lo que sí llama la atención es que en un mes llevamos tres cambios de sistema, el anunciado 3-2-3-2 que nunca vimos porque se suspendió el partido con Israel, el del otro día ante Islandia ese 4-2-3-1 y ahora con línea de tres en el fondo.
Me parece potable la línea de tres, considero que es un muy buen sistema. Es mi esquema preferido porque cuando no se tiene la pelota hay un hombre más para defender y cuando se posee el balón se gana uno más en el mediocampo. Pero la esencia de la línea de tres pasa por los laterales-volantes y sus características. No todos los equipos tienen esa clase de jugadores. En este caso puntal, Salvio y Acuña no lo son porque ellos son mediocampistas ofensivos que van a arrancar de más atrás. Ninguno de los dos tienen marca y ahí se corren riesgos, en vez de tener un hombre de más para marcar podemos llegar a tener solamente tres jugadores. Y ahí pueden surgir los problemas. No me cierra del todo.
En su momento a Bielsa le funcionó perfecto porque tenía a Zanetti y Sorín. Un lateral volante tiene que tener marca, proyección, buen manejo, velocidad, capacidad aeróbica, técnica de traslado y de centro como Marcelo, Carvajal o Dani Alves para citar algunos ejemplos. Por eso si Sampaoli cree que poniéndolo a Salvio más atrás lo transforma en un lateral volante está equivocado porque no tiene marca. Y el otro día le ganaron siempre la espalda.
El cambio de Pavón por Di María es casi obligado porque el rosarino carece de sprint. Mascherano va a estar solo en el medio. La duda de Meza o Enzo Pérez cambia bastante al equipo. Arriba Messi y Agüero.
Este es un equipo que va a jugar el segundo partido del Mundial de una forma que todavía no puso en práctica, con jugadores nuevos. Pero el punto que más me preocupa es que para jugar con línea de tres se necesita laterales-volantes y ni Salvio, ni Acuña lo son. Esto encarna un gran riesgo de una puesta en escena con el Mundial en marcha.
