Recuperarse de una derrota en un Clásico nunca es sencillo. Mucho menos para Newell’s que venía en baja en el torneo. Los cuestionamientos a Heinze y las dudas futbolísticas eran motivos suficientes para hacer mella en la moral de la Lepra. Y para peor, enfrentarse a San Lorenzo, un equipo rocoso defensivamente y molesto desde el juego, no era el mejor panorama.
Pero Newell’s no tuvo opción. Levantarse requería enfrentar este partido con personalidad, en busca de una victoria, o al menos un resultado positivo, que le diera un poco de aire en medio de tanta asfixia. Y logró un triunfo resonante ante San Lorenzo. El 3-0 con un Ferreira inspirado y muchos puntos altos individuales habla por sí solo. Y si bien no borra la bronca de perder con Central, le da un empujón hacia arriba a la Lepra para pelear el ingreso a la Sudamericana e intentar clasificar entre los cuatro mejores del grupo.
Newell’s salió a jugar en el Nuevo Gasómetro con la misma postura que lo hace casi siempre, pero esta vez el rival lo dejó jugar. Le cedió la pelota y se preparó para salir de contra. Los hinchas del Ciclón están acostumbrados a esta postura de Insúa y no hubo presiones externas para cambiar un posicionamiento demasiado mezquino si se tiene en cuenta la localía y el enfrentar a un equipo golpeado que llegó al Bajo Flores con una racha adversa de cinco partidos sin ganar.
Toda crítica a esa idea de juego de Insúa casi queda desafectada a los 15 minutos. Tras un córner para Newell’s, San Lorenzo metió un contragolpe rápido y bien administrado y le pelota llegó al área para un especialista: Adam Bareiro. El paraguayo cumplió con su parte y metió un cabezazo con destino de red, pero en el camino se lució Hoyos e impidió el gol.
Newell’s tenía la pelota e insinueba mejor cuando se proyectaba Martino, con Méndez más contenido por tener adelante a Schor, bien abierto por derecha. Y en medio de tanta pasividad del local, Sforza avanzó con la pelota y tiró un pase-centro bombeado a la cabeza de Martino, quien sorprendió a Sánchez y Rafa Pérez al meterse al área en diagonal. La peinada del lateral derivó en Ferreira, que le dio imperfecto, aunque con ese remate algo pifiado sorprendió a Batalla y puso el 1-0.
De ahí al final del primer tiempo hubo un partido frenado. Una larga charla con pinta de discusión entre Heinze e Insúa, derivó en la intervención con Mariano Toedjtli y la posterior expulsión del ayudante del Gringo y del DT azulgrana, que se desafiaron a pelear. Y entre esa largo parate y la incapacidad de San Lorenzo, la Lepra se fue al vestuario con una ventaja interesante, aunque no decisiva.
Si Newell’s necesitaba una señal del partido, la tuvo rápido. Primero salió mal con Velázquez y Martino salvó de milagro con un cierre. Y enseguida desbordó Sordo, Recalde abrió las piernas y esta vez Ferreira le dio perfecto. Golazo para poner un 2-0 que por trámite era una diferencia inmensa y tranquilizadora.
San Lorenzo mandó todos los delanteros que podía a la cancha y Heinze respondió con el armado de línea de tres/cinco al meter a Mansilla por Aguirre, que otra vez amagó más de lo que concretó.
Sordo ya había amenazado con sus corridas y encontró su premio. Pelotazo de Hoyos, despeje fallido de un defensor de cabeza porque Sordo lo exigió, un taco exquisito de Recalde y una definición de frente a Batalla de Sordo consumaron un 3-0 que fue un reflejo del partido. Un Newell’s que dejó atrás la bronca del Clásico y con carácter y fútbol respaldó a Heinze dentro de la cancha, donde verdaderamente vale.