Por Samanta Mársico y Milagros Alonso / Télam
La Ley de Matrimonio Igualitario que rige en la Argentina tiene la particularidad de ser la única en el mundo que es aplicable también a todos los extranjeros no residentes y, desde su aprobación en el 2010, «más de 400 parejas de turistas se casaron en el país», afirmaron desde la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).
«Hasta donde nosotros teníamos un registro, eran más de 400 parejas, un número importante», dijo a Télam Esteban Paulón, director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas LGBT+ e integrante de la Comisión Directiva de la FALGBT al ser consultado sobre la cantidad de parejas extranjeras que se unieron legalmente bajo la tutela de la ley argentina, sancionada hace exactamente 11 años este jueves.
En ese marco, destacó además que la Argentina, basada también en derechos constitucionales, es «el único país que permite el casamiento para extranjeros no residentes».
En tanto, María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo en la Ciudad de Buenos Aires, sostuvo que el hecho de que el país le reconozca este derecho a quienes no residen en su territorio abre la posibilidad a las personas extranjeras de poder reclamar «su derecho al matrimonio en sus países (de origen) basándose en convenios internacionales que reconocen el matrimonio celebrado» más allá de sus propias fronteras.
La ley, que transformó a la Argentina en el primer país de Latinoamérica y décimo en el mundo en garantizar el derecho a contraer matrimonio a parejas del mismo sexo en las mismas condiciones que las heterosexuales, permite, además, el casamiento a los extranjeros no residentes (turistas).
Ese fue el caso de Almendra Panaifo Ruíz y Luz Romero Dávila, oriundas de la ciudad peruana de Iquitos, que contrajeron matrimonio el 9 de septiembre de 2019, en el Registro Civil de Uruguay 753, en el centro porteño, acompañadas de FALGBT.
«No teníamos planeado casarnos pero, a raíz de la visita de una amiga desde Lima que nos contó sobre el casamiento igualitario en Argentina, empezamos a indagar y nos contactamos con la FALGTB, con quienes empezamos a tener comunicación y nos enviaron un mail con los requisitos», contó a Télam Luz.
De vuelta en su país, tras su boda, notó que «había repercutido mucho (en Perú) e incluso un amigo activista trans hizo un corto sobre su historia».
«También muchas personas de Perú se comunican para preguntarme y para tener la información» para analizar la chance de contraer matrimonio en la Argentina, remarcó Luz.
En tanto, Almendra, esposa de Luz, dijo que ellas pudieron concretar en la Argentina «lo que el Estado peruano tanto nos niega».
Aseguró que la realización del corto sobre su historia busca «una sed de justicia, para hacer ver a todo el país lo importante que son las leyes en todas las familias ya sean homosexuales o heterosexuales; porque todas las familias deberían tener los mismo derechos y beneficios que pueda darnos el Estado sin necesidad de irnos a ningún lado»
«Varias activistas de Lima se han comunicado con nosotras para llevar esto a las instalaciones del Palacio de gobierno, señaló y contó que hay organizaciones están realizando un libro del que ella participó que se llama «Más Igualdad» que quiere impulsar el matrimonio igualitario en Perú y remarcan «la problemática, la necesidad de tener derechos porque siempre nos vienen invisibilizando».
La historia de Simón Cazal y Sergio López fue muy conocida cuando el 23 de marzo del año 2012 vinieron desde Paraguay para llevar a cabo la primera boda igualitaria de extranjeros en la Argentina, que se celebró en el Registro Central de Rosario, Santa Fe.
«Inauguramos la reglamentación de ley que habíamos militado con la FALGBT», contó Simón, quien forma parte de la organización paraguaya SomosGay.
«En Paraguay, lo que hicimos fue una presentación judicial para lograr la validación del matrimonio que rige para matrimonios heterosexuales pero que aquí se truncó porque nuestro gobierno es militante de la tesis de dominio católico, entonces se encargan de tener a todo el departamento judicial bloqueado para que no se reconozca, ni se admita, ni se inicie ningún reconocimiento de derecho de ninguna persona LGTB», explicó Cazal.
En este sentido, añadió que «en ese proceso, mediante una acordada administrativa, bloquearon la legalización del acta del matrimonio de la Argentina».
En cuanto a los cambios a partir de su boda, aseveró que sí los hubo: «Aquí se discutió y se sigue discutiendo el tema pero Paraguay es el ejemplo del impacto negativo que puede tener un país vecino y todo lo que Argentina hace, radicaliza más a los sectores conservadores que tiene el gobierno».
«A quienes no les importan los derechos humanos, ni la injusticia social», sentenció Simón Cazal, al tiempo que añadió: «Más allá del reclamo social que el movimiento lleva, y los intentos de presentar proyectos, lastimosamente por el clima social de aquí no ha podido avanzar».
«El impacto fue la innegable presencia del tema para el gobierno y en nuestro caso, nuestro gobierno, como no lo pudo negar, se puso a militar en contra», relató Simón.
Para él, «la sociedad (paraguaya) está más avanzada que el gobierno y acepta, en gran medida, que el matrimonio igualitario esté legislado pero hasta que no cambie algo en la lógica de élite del gobierno, no va a pasar».
La historia de Juan José Zumaeta Inga y Johan Emanuel Salas Vásquez, en tanto, está rodeada de violencia, agresiones físicas y denuncias por crímenes de odio en su país natal, Perú.
Luego de que José pudiera radicarse en Estados Unidos tras aplicar para asilo político por crímenes de odio e instalarse en ese país, restaba que Johan pudiera irse con su pareja.
«En contacto con la FALGBT nos enteramos que era posible el matrimonio para turistas, ambos viajamos allá y nos casamos el 5 de marzo del 2019, impresionados de todas las facilidades que nos dieron», contó el matrimonio.
Con posterioridad, «la lucha por el derecho en Perú fue sumamente complicado debido a pandemia, intolerancia, política y campaña de odio hacia la comunidad LGBT+; el país aún no define su rumbo político y quien será presidente no acepta la inclusión de minorías», aseguraron.
En este punto, explicaron que «en Estados Unidos, debido al matrimonio igualitario que rige en la Argentina, se los reconoce, tienen todos los derechos y casarse es requisito para pedir al cónyuge y poder vivir protegidos por la ley».
Asimismo, la pareja concluyó: «Salir del Perú fue nuestra alternativa de protección luego de que, estando juntos allá, nuestra vidas fueron amenazadas con la muerte en diversas ocasiones solo por ser diferentes».
Por Laura Capriata
La posibilidad de celebrar nupcias bajo el paragüas de la Ley de Matrimonio Igualitario, de cuya sanción se cumplen este jueves 11 años, abrió las puertas a la llegada al país de parejas de turistas extranjeros que eligieron a la Argentina como destino para cumplir con esa meta y transformaron a la nación en «exportadora de igualdad», según destacaron desde distintas organizaciones.
«Muchas parejas vinieron a la Argentina a casarse y nosotres cumplimos con uno de los objetivos que tenía la Ley de Matrimonio Igualitario para la Federación y para el gobierno de aquel momento: la posibilidad de que Argentina a través de matrimonio para turistas exportara también igualdad», dijo a Télam María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo en la Ciudad de Buenos Aires e integrante de la Comisión Directiva de la Federación Argentina LGBT (FALGBT).
En este sentido, Esteban Paulón, director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas LGBT+ e integrante de la FALGBT, precisó: «Poder viajar a un país que tiene la posibilidad de aprobar el derecho y celebrar el matrimonio ayuda muchísimo a veces a fines prácticos como es el caso de parejas que pudieron reunificar la familia a partir del matrimonio igualitario en la Argentina y en otros casos, desde una posición política, para demandar pública y judicialmente ese derecho que no se les está reconociendo».
Desde la Federación remarcaron que el matrimonio igualitario para turistas comprende dos aspectos: «El costado obviamente afectivo, sentimental y del amor, que es súper importante y también entendemos que el matrimonio, en definitiva, implica el acceso a una cierta cantidad de derechos y a una consideración social en relación a la igualdad de derechos».
Al respecto, Paulón afirmó: «Si tenemos este derecho que hemos conquistado y podemos compartirlo, tenemos la obligación moral de compartirlo porque hay mucha gente que la está pasando muy mal y, tal vez, esto puede salvarle la vida o permitirle vivir una vida un poco mejor».
A su vez, advirtió que no se puede pensar en «construir una isla de igualdad donde estamos cómodos o cómodas viviendo en un país que tiene todos los derechos con dificultades obviamente, como cualquier país con temas sociales y culturales, pero con un montón de derechos y no conmovernos por aquellos lugares en los cuales personas como nosotros y nosotras la están pasando realmente mal».
Para finalizar, destacó que la posibilidad de venir a casarse a la Argentina permitió que muchas parejas «pudieran acceder a ese reconocimiento en su propios países y que, en definitiva, pudieran vivir su vida de acuerdo con lo que sentían y con el aval del Estado».
Se trata, planteó, de «una de las tantas formas que puede tomar la solidaridad, donde realmente es importante destacar que la Argentina, con el matrimonio igualitario para turistas, dio ese primer paso súper importante».