El presidente Javier Milei se mudará esta semana finalmente a la residencia oficial de Olivos, a casi un mes de haber asumido el cargo.
Luego de permanecer tres meses residiendo en el Hotel Libertador, que también fue su búnker de operaciones todo ese tiempo, el mandatario se instalará en la Quinta pese a que aún no tiene resuelto uno de los temas que venía retrasando su mudanza: las cuchas para sus cuatro perros de raza Mastín Inglés.
La construcción de las casas para los canes del mandatario sigue demorada porque el refuerzo de las paredes, necesario para contener perros de esta clase que alcanzan los 100 kilos de peso, requiere de insumos importados que escasean en el país.
«Voy a Olivos cuando me terminen de armar las cosas para llevar a mis hijitos de cuatro patas. Me contraté una arquitecta y gente. Yo pago todo», reveló hace dos semanas Milei en declaraciones radiales.
Pero pese a que esa obra no está lista, tendría decidido concretar la mudanza esta semana y llevar luego a sus perros Murray, Milton, Robert y Lucas, que desde que se inició la campaña electoral permanecen en una guardería para canes, según dijo el propio mandatario.
El predio de 30 hectáreas, que utilizan como domicilio todos los jefes de Estado y sus familias durante su desempeño en el cargo, fue donado por Carlos Villate Olaguer al «Superior Gobierno de la Nación Argentina» con la condición de que fuera la residencia presidencial y que no fuera deshabitada por más de 30 días seguidos, plazo que se está por cumplir.
Está previsto que también se mude a la Quinta la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, ocupando uno de las unidades que existen dentro del predio. Se trataría de un hecho inédito que un funcionario resida allí.
Además de la residencia principal, que ocupará Milei, existe el chalet de huéspedes, un espacio destinado a los secretarios y un anexo presidencial.