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Con matices, se acelera la recuperación y economistas descuentan que el gobierno alcanzará la meta de crecimiento

El equipo de Guzmán proyectó un rebote del 5,5% del PBI para 2021, lo que podría incluso superarse por el impulso de las exportaciones agropecuarias, la mejora de la industria y un componente técnico de arrastre estadístico, entre otras cosas. El desafío del empleo y la demanda interna

Delfina Torres Cabreros / ElDiarioAR

Desde abril de 2020, momento en que la economía argentina tocó su nivel más bajo producto de la pandemia de coronavirus, la recuperación marcha a un buen ritmo, incluso superior al proyectado por el Gobierno y consultoras privadas. En el inicio de 2021, el empuje de las exportaciones agropecuarias a precios récord, la mejora de algunos sectores de la economía y, sobre todo, el importante arrastre estadístico del 2020 encaminan al equipo de Martín Guzmán a alcanzar e incluso superar el dato de crecimiento esperado para este año, en torno al 5,5% del PBI. Sin embargo, que esta dinámica se sostenga en el tiempo y esté fundada en el desempeño genuino de la actividad dependerá de otros factores.

Según informó el Ministerio de Economía este lunes, la recaudación tributaria nacional de febrero aumentó 51,9% comparado con un año atrás y acumuló seis meses consecutivos de variación real positiva, es decir, de crecimiento por encima de la inflación. “Si miramos los números generales de recaudación fueron buenos, pero si analizamos más en detalle vemos que los tres impuestos principales vinculados al mercado doméstico —IVA DGI, aportes a la seguridad social, impuesto al cheque— todavía caen en términos reales. Eso da el indicio de que el empleo y el consumo todavía no pudieron despegar”, apuntó Lorena Giorgio, economista principal de Econviews.

En efecto, los tributos del comercio exterior fueron los que explicaron la suba, al registrar un aumento interanual de 161%. Se destacó el crecimiento de los derechos de exportación, que exhibieron un alza de 205% ayudados por el contexto internacional favorable para los principales productos de exportación.

Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, luego de que el paro de aceiteros y recibidores de granos que afectó la industrialización de soja en diciembre, la molienda de la oleaginosa rebotó fuerte en enero. Alcanzó un 39% más que en enero del año anterior y marcó así el segundo mejor registro para igual mes de cada campaña en la historia, sólo por detrás de lo ocurrido en la 2014/2015. Por otro lado, los precios favorables de los derivados de soja continuaron en febrero, destacándose en particular el aceite de soja que en esta última semana alcanzó máximos en 7 años.

También contribuyó a la liquidación de exportaciones el hecho de que el ministro Guzmán lograra domar el tipo de cambio luego de la crisis cambiaria de octubre de 2020 y reducir las expectativas de devaluación. Sin embargo, Giorgio anticipa que la estrategia oficial de atrasar el tipo de cambio este año para contener la inflación podría generar un retroceso en este sentido.

Si uno toma el nivel de diciembre y lo compara contra el promedio de 2020 eso deja un arrastre estadístico de 6,1%, con lo cual la economía podría no crecer en el mes a mes y aun así mostrar un crecimiento estadístico muy significativo

En el Presupuesto 2021 Guzmán fijó una meta de crecimiento del 5,5% del PBI, lo que economistas privados descuentan que se alcanzará e, incluso, se superará. La razón, más allá de cómo evolucione la actividad económica, se encuentra en un tecnicismo: el arrastre estadístico.

“Si uno toma el nivel de diciembre y lo compara contra el promedio de 2020 eso deja un arrastre estadístico de 6,1%, con lo cual la economía podría no crecer en el mes a mes y aun así mostrar un crecimiento estadístico muy significativo”, explicó Martín Vauthier, director de EcoGo, consultora que estima un crecimiento anual por encima de la meta oficial. “Ahora, siendo un año electoral, si la mayor parte del crecimiento viene dado por arrastre eso no necesariamente se va a notar en el bolsillo o en la calle”, añadió.

Según Vauthier, para que la economía crezca “en serio” hace falta otros factores como que baje el riesgo país, se moderen las tensiones cambiarias y que la economía gane más previsibilidad. “Mientras el Banco Central tenga que mantener un cepo muy duro y un comercio exterior administrado, esa falta de divisas le pone un techo a la recuperación del nivel de actividad porque el Banco Central necesita restringir los pagos de importaciones”, añadió.

“También hay que tener en cuenta que, después de Perú, la Argentina es la economía que más cayó en 2020 en toda la región, por lo que ‘rebotar’ tampoco resulta tan difícil”, añadió como elemento Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria Consultores.

Marchas y contramarchas

Según el último informe del CEP XXI, que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo, 2021 comenzó con una consolidación de la recuperación observada en la última parte del año pasado, en buena medida traccionada por ramas como la industria manufacturera —una de las más importantes en el PBI por sus efectos tanto directos como indirectos—, que para el último bimestre del año no sólo habían recuperado lo perdido por la pandemia sino que también habían logrado ubicarse entre un 4% y un 5% por encima de los últimos meses de 2019.

La industria manufacturera muestra niveles de actividad incluso superiores a los anteriores a la pandemia
Según detalla, el buen desempeño de la mayoría de los sectores industriales en enero se explica por varias razones. En primer lugar, destaca cierta recuperación de la demanda, que se puede ver en el aumento del consumo de electrodomésticos mediante programas de cuotas como el Ahora 12. Algo que María Castiglioni, directora de C&T Asesores, interpreta también como un comportamiento de refugio frente a la inflación.

A su vez, la maquinaria agrícola arrastra un crecimiento desde 2020, apuntalada por el nivel de actividad del campo. También la industria automotriz y la de materiales para la construcción experimentan desde la última parte del año pasado una importante demanda, impulsados por el hecho de que los bienes durables quedaron relativamente económicos en dólares. El informe del ministerio de Producción oficial también suma como elemento la sustitución de importaciones en algunos casos. Por ejemplo, en enero los patentamientos de autos nacionales llegaron a representar el 47% de los totales, cuando un año atrás ese porcentaje había sido del 29%.

Sin embargo, el panorama no es igual de alentador a nivel de empleo. Si bien se advierte una mejora, los impuestos asociados a seguridad social registraron en la recaudación de febrero una suba de 27,2% interanual lo que, según Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, muestra que hay destrucción de puestos de trabajo formales y reemplazo por empleo informal. “Es probable que se empiece a revertir con los meses, si para el segundo semestre si no hay rebrote deberíamos ver mejores señales”, apuntó.

¿Cuál es la gran limitante para la reactivación de la actividad? “El mensaje de ayer (en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso) del Gobierno fue impulsar el consumo, la demanda, pero el gasto público no puede ser demasiado expansivo por una cuestión presupuestaria. Por otro lado, la caída de los salarios reales y de los puestos de trabajo limita esa movilidad del consumo”, sostuvo Castiglioni.

Para la economista, sostener el crecimiento en el mediano plazo demanda “inversión en sectores estratégicos como el de energía”. “Eso es un gran signo de pregunta. La inestabilidad macro, los cambios en las reglas y el ingreso reducido de las familias limitan la recuperación de la actividad”, apuntó.

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