El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, coincidieron ayer en que si bien superar la crisis europea será “un trabajo de titanes”, ello será también “una oportunidad”.
La unión económica tal como fue concebida hace veinte años no es todavía lo suficientemente fuerte, señaló Merkel, quien agregó que es necesario “reforzarla a nivel político”, algo de lo que Europa “es capaz”.
Durante la conmemoración del quincuagésimo aniversario de la reconciliación entre los dos países, realizado en la ciudad de Reims, Merkel subrayó que la eurozona “puede salir fortalecida de esta crisis” si logra mantenerse unida, luego de hacer hincapié en que la relación franco-alemana “no es exclusiva”, por lo que convocó al resto de países a asociarse.
“Nuestra suerte es estar unidos”, lanzó Merkel, antes de finalizar con la frase que inmortalizara en 1962 en Berlín el general Charles de Gaulle: “¡Es leve die Deutsche Franzoisiche Freundschaft!” (¡Viva la amistad franco alemana!).
Hollande, por su parte, anticipó que romperá el eje París- Berlín impulsado por su predecesor, Nicolas Sarkozy, lo que ya había expresado en la cumbre de Bruselas, días atrás, cuando exteriorizó su voluntad de dejar atrás el liderazgo franco alemán al apoyarse en las reivindicaciones de España e Italia frente a la canciller Merkel.
“No estoy seguro de que realmente se quisiera así (…), pero en ocasiones algunos países se pudieron haber sentido apartados u obligados a aceptar un compromiso que nuestros países ya habían elaborado”, dijo el primer socialista en el poder en Francia desde 1995.
El político socialista dijo que tanto él como la conservadora Merkel tienen “la obligación” de poner al servicio de toda Europa los intereses conjuntos de ambos países.
Así, Hollande deslizó nuevas críticas al rumbo de la política europea que emprendió el tándem Merkel-Sarkozy.
Hollande y Merkel, quienes luego de la conmemoración se reunieron en privado, fijaron el 22 de septiembre como fecha para el próximo encuentro entre ambos en la ciudad alemana de Ludwigsburg.
El encuentro fue empañado por el descubrimiento este sábado de la profanación de más de cincuenta tumbas de soldados alemanes de la Primera Guerra Mundial en Ardennes, un acto que generó fuertes reprobaciones de la clase política francesa.
Ocupada por los prusianos en 1870, devastada por los bombardeos entre 1914 y 1918 y lugar de la rendición nazi en 1945, la ciudad de Reims fue escogida por De Gaulle para sellar la reconciliación franco alemana al firmar el Tratado del Eliseo el 8 de julio de 1962 junto al canciller demócrata cristiano Honrad Adenauer en la Catedral, diecisiete años después del final de la Segunda Guerra Mundial.