El Grupo Clarín, a través de Cablevisión, completó el jueves último la compra del 100 por ciento de Nextel Argentina, con la cual espera posicionarse para ofrecer cuádruple play: telefonía fija y móvil, internet y televisión por cable, dentro del nuevo contexto para medios y telecomunicaciones que creó el actual gobierno con el decreto 267 de necesidad y urgencia. Esta norma, además, otorga a Clarín una fuerte ventaja sobre las empresas telefónicas, ya que estas últimas recién podrán ofrecer los cuatro servicios en un plazo de dos años prorrogables a tres, mientras que Cablevisión junto a Nextel pueden hacerlo desde ahora mismo.
En septiembre pasado, Cablevisión había comprado el 49 por ciento de Nextel con la opción para adquirir el 51 por ciento restante, que ejerció ahora. No obstante, en el momento de adquirir la primera parte ya había pagado casi el 100 por ciento pactado: 159 millones de dólares sobre un total de 165 millones, más un adicional de 13 millones de dólares en fecha a determinar.
La primera operación fue rechazada por la Aftic, organismo que regulaba el mercado de las telecomunicaciones, por no haber solicitado autorización previa. Pero ese ente fue disuelto por el decreto 267, que se publicó a principios de enero. Por eso, ahora el grupo Clarín indicó que la operación queda “ad referéndum” de la aprobación del Enacom, el organismo que reemplazó a la Aftic y la Afsca y que conduce Miguel de Godoy.
Se entiende que, a partir de ahora, el Grupo Clarín buscará reposicionar a Nextel en el mercado de la telefonía. “Nextel tiene menos del 3 por ciento de líneas de telefonía móvil y con una tecnología en desuso, sin 4G, tiene limitaciones, en sí misma no es un gran negocio, pero es la punta de entrada de Clarín a un sector en el que ya estuvo con CTI, que luego vendió y al que siempre quiso reingresar”, dijo la semana pasada a este diario el especialista académico en medios masivos Martín Becerra.
Para revitalizar a Nextel, el Grupo Clarín cuenta con que hay disponible un paquete de frecuencias del espectro radioeléctrico para dar servicios 3G y 4G en teléfonos de tecnología celular. Ese paquete quedó vacante cuando se realizó la licitación de bandas del espectro porque había sido adjudicado a Arlink, del Grupo Vila-Manzano, que luego declaró que no tenía los fondos para cubrir la oferta que había hecho.
El gobierno de Cristina de Kirchner transfirió esas frecuencias a Arsat, lo que quedó formalizado en la ley de desarrollo satelital, pero funcionarios de la actual administración dijeron que se volverán a licitar.
A partir del cambio en la ley de medios y en la de telecomunicaciones, el Grupo Clarín no sólo no adecuará Cablevisión sino que además dará telefonía celular. Además, las telefónicas deberán facilitar a los competidores como Nextel el acceso a su propia infraestructura de soporte, en especial a los postes, mástiles y ductos en condiciones de mercado, y si no hay acuerdo, intervendrá entonces el Enacom.
Cuando se conoció el DNU del actual gobierno, las telefónicas opinaron que la norma “otorga una ventaja competitiva a las empresas de TV por cable porque les da un período de dos o tres años en que no tendrán competencia”. También señalaron que “la convergencia tecnológica implica que todos los servicios se presten en igualdad de condiciones, pero el abono de la telefonía fija está congelado desde 2001 y las prestadoras de TV por cable tienen la tarifa liberada”.