Salir de puta, ópera prima de Sofía Rocha que a través de un relato coral de mujeres que ejercen o ejercieron la prostitución exhibe el intenso debate de los feminismos nacionales sobre el asunto, se verá este miércoles en la edición número 24 de un festival turco que reúne films de cineastas mujeres.
La película que aparece como emergente del auge de los feminismos en la escena política del país, reúne a Georgina Orellano, Laura Meza y Eneide Ruiz por parte de Ammar Trabajadoras Sexuales; Graciela Collantes, Delia Escudilla y Natalia Mitre por parte de Amadh (Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos), y Margarita Meira, de Madres Víctimas de Trata, entre otras valiosas y diferentes voces.
“Muchas veces vi este tema abordado desde estereotipos: o la romantización total, o la hipervictimización, dos lugares estancos que no invitan a reflexionar ni a conocer todas las aristas de la cuestión. Esto me impulsó a buscar a las protagonistas reales de carne y hueso, las «putas», tanto las que se consideran trabajadoras sexuales como las mujeres en situación de prostitución que quieren salir de la misma”, postuló Rocha acerca de las motivaciones para encarar el film.
Durante una entrevista con Télam, la realizadora, de 30 años, que en 2016 lanzó el laureado corto de ficción Clandestino sobre el trabajo textil clandestino, apuntó: “Cuando se escuchan las historias de estas mujeres, las anécdotas con los clientes o prostituyentes (dependiendo la narradora), se entienden buena parte de las lógicas sociales arraigadas históricamente. Muchas de las cuales luchamos por desarmar y cambiar”.
Sofía, quien atribuye su interés en la temática tanto por “vivir una crianza familiar con mujeres rebeldes” como por participar en los Encuentros Nacionales de Mujeres, apuntó que en el abordaje del film “obviamente no se puede igualar a las vivencias de las mujeres, mujeres trans y travestis que ejercen o ejercieron la prostitución”. “Pero sí es real que, queramos o no, los roles social e históricamente construidos de «la puta» y «la santa» nos atraviesan en muchos ámbitos”, añadió.
Salir de puta sumó en la producción y en diversos roles, además, a Sofía De Luca, Belén Nuñez, Juan Ignacio Tamagno y Victoria Mathé Leitner, y fue seleccionado por el Flying Broom International Women’s Film Festival -instaurado en 1998- que bajo el lema “Salir del limbo” se extenderá hasta el 3 de junio y que es propiciado por la Fundación Flying Broom con 25 años de actividad en Turquía. En ese marco, el largometraje de 100 minutos de duración se verá este miércoles desde las 14.30 y para su visionado el link para comprar entradas a 142 pesos y válidas hasta el sábado es www.festivalscope.com.
Respecto a cómo fue construyendo el abanico de voces que pueblan Salir de Puta Rocha contó: “La investigación duró más o menos un año y a medida que avanzábamos se iba desplegando más y más el abanico. De hecho filmamos mucho material que quedó afuera, por ejemplo investigadoras como Diana Maffía, o el abogado de Ammar, Joma Mamani; personas que también nos ayudaron a conocer el tema desde otro ángulo. Algo particular fue el nivel de precaución que tuvimos que adoptar para realizar las filmaciones que tuvieran que ver con la trata de personas con fines de explotación sexual. Por un lado por las víctimas, pero por el otro por el nivel de entramado cuasi mafioso que existe”.
Según contó la realizadora este proyecto comenzó en 2018, cuando Argentina estaba transcurriendo la lucha por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Esta película inició como parte de nuestra tesis en la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido, y recuerdo a algunas docentes preguntándonos si era conveniente justo en un momento de tanta unidad meter el dedo en la llaga y mostrar una de las grietas del propio movimiento de mujeres, diversidades y feminismos. Pero bueno, los conflictos que se ocultan se acrecientan así que nos zambullimos de lleno, con más incertidumbres que certezas pero convencidas de hacerlo. Sabiendo que el objetivo no era conciliar posiciones irreconciliables, sino en todo caso ayudar al debate exponiendo todos los puntos de vista, y que cada persona tenga elementos como para por lo menos conocer diversas partes de todo ese universo. Además de entender que todo movimiento tiene posiciones en lucha, y que gracias a eso se desarrolla”, relató la realizadora.
Y confesó: “Entiendo que hay que evaluar muchas cosas antes de pensar que existe una solución simple y rápida a semejante complejidad. Algunos de estos ejes los aborda la película, exponiendo las diversas posiciones: si es un trabajo como cualquier otro o no; qué pasa cuando además del cuerpo se pone la sexualidad en la relación de compra-venta; si está bien o no que un tercero (conocido como proxeneta) puede apropiarse de parte de la ganancia como en cualquier otro trabajo; cuál es el rol de las fuerzas policiales, jueces, y toda la estructura estatal al respecto; si hay o no relación entre la prostitución y la trata; qué acciones llevan adelante las distintas organizaciones frente a las necesidades y problemáticas varias. Al respecto arriesgo que es un tema difícil pero abordable. Es decir, si el Estado quisiera comprometerse con estas mujeres, mujeres trans y travestis, necesitaría voluntad política y económica (pensemos que son miles de personas en esta situación, muchas más de las que se piensa), y una actitud amplia de escuchar todas las voces para desarrollar políticas públicas integrales”.