Cuando Messi está inspirado, es robo. Argentina aprovechó un partido en modo crack del rosarino y despechó con un 3-0 contundente a Ecuador para avanzar a semifinales de la Copa América, donde el martes lo espera Colombia.
El partido arrancó con la intensidad que Argentina propuso. La idea era no darle tiempo al equipo de Alfaro para adormecer el partido, para no enredarse en la segura idea del entrenador rival de cortar los circuitos de juego como sea.
Y ese empuje dio sus frutos. El seleccionado albiceleste hizo tambalear a los ecuatorianos, pero le faltó puntería. Lautaro sigue en modo errático. Pelea, lucha, incluso gana en el cuerpo a cuerpo, pero no puede mandar la pelota a la red. Primero remató para una buena respuesta de Galíndez tras ganar en velocidad; y a los pocos minutos aprovechó un pelotazo largo de Pezzella para eludir al arquero y cuando quiso definir Arboleda se la sacó en la línea.
Falló Lautaro, algo que es previsible en esta etapa donde le cuesta replicar su eficacia de Inter cuando se pone la celeste y blanca. Pero lo que nadie espera es que falle Messi, mucho menos en un mano a mano con tiempo y espacio. Fue un ‘deja vu’ de algo que sucedió en tierras brasileñas en 2014, aunque aquellas vez el contexto era más importante, era la final mundialista. Pase atrás desde lejos sin mirar de un defensor rival al pecho de un jugador argentino que se encontraba solo con tiempo y espacio. Aquella vez fue el Pipa Huguaín, esta vez fue Messi. Encaró a Galíndez, apuntó al segundo palo y la tocó suave, confiado. Y como en aquella tarde de Río, no entró. Esta vez dio en el palo, el resultado fue similar.
Messi no decayó por el gol fallado. Y Ecuador asustó con un centro que peinó Valencia y no pudo empujar debajo del arco Franco. Y llegó la revancha para la Pulga. El crack del Barsa habilitó a Nico González y el atacante chocó con un Galíndez que salió lejos a cortar la chance de gol. El balón, casi imantado, fue hacia el pie de Messi, que intuitivo iba detrás de la jugada. Y cuando muchos podía suponer que iba a buscar un tiro por arriba con el arco descubierto (había un defensor cerrando con desesperación), el rosarino vio a De Paul solo y se la puso al pie. El ex Racing anotó y el partido se destrabó.
Pudo aumentar antes de irse al vestuario Nico González, pero una doble atajada de Galíndez le ahogó un gol hecho.
Argentina demoró en definir el partido, tomó malas decisiones en algunas contras y dejó el partido vivo. Y Ecuador entendió que su única chance de igualar era con algún centro. Ahí respondió con sobriedad el Dibu Martínez, aunque Nico González casi le mete en contra en una peinada en colaboración defensiva.
Scaloni renovó energías con los ingresos de Guido Rodríguez y Di María, pero el partido siguió transitando zona de posible sufrimiento final.
Respondió el Dibu Martínez ante Preciado, para dejar en claro que el arco está bien cubierto. Y enseguida Di María robó en la salida rival, y Messi otra vez se vistió de asistidor y permitió que Lautaro Martínez se sacara la mufa para el 2-0.
Quedó tiempo para una corrida de Di María que provocó un tiro libre en la puerta del área, para Messi casi un penal. Zapatazo potente y premio para Lionel, que le puso un 3-0 final al marcador y encendió aún más la ilusión de conseguir ese título postergado para Argentina… y para Lio.
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