Luego de un par de días de grandes expectativas, con el fervor de los clubes de fans que lo esperaron pacientemente los últimos cuatro años, el astro azteca Luis Miguel hizo su debut este jueves por la noche en el porteño Movistar Arena, donde tiene por estos días una serie de shows en todos los casos con entradas agotadas y sin posibilidad de agregar fechas.
La postal de este jueves fueron las cuadras repletas de mujeres que esperaban desde muy temprano para poder ingresar al predio del Movistar Arena para disfrutar del primer show de Luismi en Buenos Aires, sin dudas el más esperado del año.
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Faltando pocos minutos para las 21, el estadio ya estaba lleno como nunca antes. Miles de fanáticas lo vistieron de celeste, de vinchas de colores, de pulseras con luces y sobre todo de emoción por volver a verlo en escena con un repaso de sus grandes éxitos.
Luis Miguel salió a escena puntualmente a las 21 y comenzó el show con “No culpes a la noche”. Mucho más delgado (habría bajado unos quince kilos), muy rejuvenecido, con su energía desbordante, sus pasos de siempre y rodilla arriba hacia un costado, el artista, que ya pasó los 50, pareciera haber recuperado su estilo y presencia de antaño tras algunos años complicados y luego del enorme resurgimiento que implicó la serie sobre su vida que él mismo produjo para Netflix.
El gran show tuvo su continuidad bien arriba con dos hits para cantar y bailar: “Amor, amor, amor” y “Suave”. Y después enamoró a las y los presentes con “Culpable o no” y “Dormir contigo”.
Poco a poco, el show fue subiendo el calor del público con “Te necesito” e incorporó uno de sus temas más recientes, “Es por ti”. Después explotó todo cuando interpretó “Hasta que me olvides” y siguió con “Dame”. Con todas sus fanáticas de pie y él muy feliz de ver a su público disfrutar tanto, la noche siguió con un show que no dio respiro.
“Vamos arriba, arriba”, pidió el cantante, que poco a poco dejó ver lo que tenía preparado para sus dos horas y media de show.
Luis Miguel dividió su concierto en estilos musicales e incorporó canciones de cada una de las etapas de su vida, al tiempo que hizo un recorrido por una carrera de éxitos inagotables.
Un cartel que decía “Boleros” en la pantalla anunció lo que se venía y así sucedería con cada propuesta musical que tenía planificada en esta megaproducción que llegó a la Argentina de la mano de Fenix Entertainment Group: se sentó en un banquito y metió un hit tras otro de sus recordados discos Romance, con los que repasó el historial de los boleros de grandes compositores como el inolvidable Armando Manzanero. En ese tramo fueron de la partida “No me platiques más, “Usted es la culpable”, “La puerta”, “La barca”, “Inolvidable”, “Por debajo de la mesa” y “No se tú”.
Cálido con su publico, Luismi le dio la mano a las fans de la primera fila y los gritos que más sonaron fueron: “papito” y “estás mejor que nunca». Siguió con los cortes “Como yo te amé”, “Solamente una vez”, “Somos novios”, “Todo y nada” y “Nosotros”.
Luego, un nuevo cartel apareció en la pantalla. Llegó la hora de demostrar su cercanía con Argentina: fue el momento de “Tangos”. Mientras una pareja bailaba y un músico tocaba el bandoneón, Luismi cantó “Por una cabeza”, “Volver”, “Si yo tuviera corazón” y “El día que me quieras”. Con esa pisada firme que le dan nada más y nada menos que 41 años de carrera, eligió minuciosamente y espectacularmente su lista de canciones porque hizo un repaso por casi toda su trayectoria por la música.
Con los “Duetos” apareció la imagen de Michael Jackson y su voz en el tema “Sonríe”. Cantó en inglés “Come fly with me” con Frank Sinatra en la pantalla y su espectacular banda integrada por más de veinte músicos lo acompañó de manera maravillosa. “A ver Buenos Aires. Vamos Argentina conmigo”, pidió para seguir dando más de lo tanto que tiene para ofrecer: “Un hombre busca una mujer”, “Cuestión de piel”, “Oro de ley”, “Fría como el viento”, “Tengo todo excepto a tí” y “Entrégate”.
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Poco después llegó el tramo de los «Mariachi» y por primera vez en la primera hora y media de show Luis Miguel salió de escena para volver todo vestido de negro y seguir repasando los momentos más importantes de su carrera. “Si nos dejan”, “La bikina”, La media vuelta”, estuvieron en este fragmento del show.
“Pop” fue el siguiente estilo musical que propuso el cantante. “Quiero”, “Que nivel de mujer”, “La Incondicional” y “Te propongo esta noche”, hicieron levantar a todas de sus sillas. Siguieron “Ahora te puedes marchar”, “La chica del bikini azul”, “Isabel”, “Cuando calienta el sol”. Ya no quedaba una persona sentada, todo era una fiesta, pero por las dudas el cantante dijo “arriba Argentina”. Antes de irse cantó «Cucurrucucú paloma», ahora seguramente dedicada a su nuevo amor, Paloma Cuevas, la ex pareja de uno de sus mejores amigos. Se quedó en pose admirando a sus fanáticas.
“Gracias, muchas gracias”, saludó esta nueva, renovada y mejorada versión de Luis Miguel que por unas cuantas noches llenará de música el Movistar Arena.
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