Los argumentos de los jueces Rafael Coria, Rodolfo Zvala y María Isabel Mas Varela para condenar a uno de los tres acusados del homicidio de María del Rosario Vera y absolver a otros dos sospechosos fueron repudiados por el Concejo Municipal de Rosario que este jueves expresó su preocupación por la “alarmante ausencia de perspectiva de género” de los magistrados.
La misma preocupación ya había sido expresada por la Fiscalía y la Querella que anunciaron que apelarán el fallo dictado el 24 de febrero pasado principalmente porque los jueces descartaron la figura de femicidio pese a que la víctima, quien tenía 23 años, cuatro hijos y vivía en la extrema pobreza, fue estrangulada y luego prendida fuego dentro de un contenedor de basura de zona oeste, conservando su cuerpo rastros de contacto sexual con al menos dos hombres. Es que para el tribunal, la joven fue asesinada en el marco de un intercambio de drogas por sexo, y para ello no medió violencia de género.
En un comunicado difundido ayer, el Concejo Municipal de Rosario manifestó su preocupación por los argumentos “estigmatizantes, culpabilizantes y revictimizantes contra María del Rosario Vera”, quien fue asesinada en enero de 2018.
El texto resalta “una alarmante ausencia de perspectiva de género por parte del Poder Judicial en un contexto de recrudecimiento de la violencia machistas que está llevando a que en la actualidad se asesine una mujer cada 29 horas en nuestro país, siendo que es el Estado el que debe tutelar y prevenir este tipo de interpretaciones que reproduce la cultura de violencia machista”.
En ese sentido, las y los ediles de Rosario expresaron su “acompañamiento y apoyo a la familia de la víctima en su búsqueda de verdad y justicia”, al tiempo que abrazaron “el reclamo del movimiento de mujeres que clama por un Poder Judicial con perspectiva de género en todos sus niveles y actuaciones”.
Por último, el Concejo Municipal reafirmó su reclamo de que se aplique la Ley Micaela 27499 “con capacitación permanente en los tres poderes del Estado”.
El comunicado fue publicado dos días después de que familiares de María del Rosario Vera fueran recibidos por la comisión de Feminismos y Disidencias del Concejo Municipal, presidida por Caren Tepp, de Ciudad Futura-FSP junto a Luz Olazagoitía de la misma bancada y las concejalas Lorena Carbajal, del bloque Socialista; y Marina Magnani, de Unidad Ciudadana.
Finalizado ese encuentro, desde la comisión de Feminismos y Disidencias expresaron su repudio al fallo judicial y se comprometieron con dos hermanas de la víctima a “contribuir al cambio de carátula” de la causa.
Un cuerpo en la basura
A María del Rosario le decían Sico. El 4 de enero de 2018, dos pibes que revolvían un volquete de basura en zona oeste, a la altura de Felipe Moré y Gaboto, la encontraron envuelta en una frazada y con parte del cuerpo quemado. La autopsia determinó que la causa de muerte fue la asfixia por ahorcamiento. Tenía una soga alrededor del cuello con dos piedras atadas en los extremos, restos de semen en su ropa interior de dos hombres, un fuerte golpe en la cabeza y lesiones post mortem en distintas partes del cuerpo.
El primer detenido en la causa fue Andrés Nicolás Miguez, un suboficial del Comando Radioeléctrico quien se entregó a los dos días del crimen en la sede de la Policía Federal. El fiscal Florentino Malaponte (luego designado juez provincial) lo acusó de encargar el crimen bajo la figura de homicidio calificado por relación preexistente al entender que el uniformado lideraba una banda dedicada al narcomenudeo y mantenía una relación sentimental con Sico. Más tarde lo desvinculó.
Según los mensajes que la joven le envió a su familia la última semana de vida, había empezado una relación de pareja con un policía apodado Martín, hasta que las cosas se complicaron porque le robó parte de las drogas que el uniformado habría escondido en su casilla tras sustraerlas de un allanamiento. Desde entonces lo soldaditos de Martín la tenían amenazada. “Ahora se viene la mafia, te metiste con la banda de la 19. Te metiste con el diablo”, es uno de los mensajes de texto que recibió la joven los días previos a ser asesinada y tras advertir a su familia que si no volvían a verla hagan la denuncia en la Policía, pero no en la seccional 19ª.
Un mes después del crimen, en febrero de 2018, cayó el principal sospechoso del asesinato: Néstor Hugo Sánchez y conocido como Huguito, un vendedor de drogas de poca monta. Su ADN apareció en el cuerpo de la víctima y fue acusado como autor del asesinato. Su detención benefició la situación del policía que fue desvinculado del caso.
Un año después fue detenido un cuñado de Huguito, identificado como Alberto Martín Sánchez, sindicado jefe de la banda “Los noventa”. Poco antes del crimen de María del Rosario, este hombre había sido atacado a tiros en una disputa barrial relacionada al narcomenudeo. Los investigadores entendieron que podría ser el Martín que María del Rosario había señalado como quien la tenía amenazada, aunque esos argumentos nunca convencieron del todo a su familia que dejó abierta las sospechas sobre el rol del uniformado.
Condena sí, femicidio no
El mes pasado, los jueces Rafael Coria, Rodolfo Zvala y María Isabel Mas Varela condenaron a Néstor “Huguito” Sánchez a 25 años de cárcel, le pena máxima que la ley establece por homicidio simple, pero no le agravaron el delito bajo le figura de femicidio al considerar que el crimen de Vera no se produjo en un contexto de violencia de género.
Entre sus argumentos, los jueces esgrimieron que “la violencia física constatada es propia de la conducta homicida, sin llegar por ello a acreditar un contexto de violencia de género”. El fallo provocó controversias por las lesiones que tenía la víctima y la forma en que fue desechado su cuerpo.
Para el tribunal tampoco se pudo probar una relación previa de violencia entre la joven y el hombre que la mató y ese fue otro de los argumentos esgrimidos para alejarse de la figura de femicidio. Tampoco la autopsia pudo constatar, ni descartar, que la víctima haya sufrido abuso sexual, es decir, si los rastros genéticos que encontraron los forenses en su cuerpo habían sido producto de una relación consentida o de una violación.
Es que en una declaración, Huguito reconoce que tuvo relaciones sexuales con la víctima, quien consumía estupefacientes y había quedado atrapada en un contexto de narcomenudo, a cambio de drogas y dinero.
También esgrimieron que el traslado del cuerpo de Vera envuelto en una alfombra y prendido fuego dentro de un volquete fue para borrar huellas del homicidio, pero no por un desprecio al cuerpo de la mujer.
La familia de la joven representada por la abogada querellante Mariana Caratozzolo y el fiscal Alejandro Ferlazzo adelantaron que apelarán el fallo por considerar que quedó acreditada la violencia de género ejercida contra la víctima.