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Concesionarios de cantinas escolares no trabajan desde marzo y buscan ayuda

Son cerca de 15 comedores que funcionan en instituciones públicas y privadas de la ciudad. Con el cierre de las escuelas, frenaron la actividad. Piden una reunión con autoridades municipales y provinciales para buscar una solución

Un grupo de concesionarios de cantinas de distintas instituciones educativas públicas y privadas de la ciudad buscan visibilizar la compleja situación que los atraviesa. Desde el cierre de las escuelas en marzo dejaron de trabajar y estiman que no podrán retomar hasta el año próximo. Son al menos 15 cantinas de escuelas públicas, privadas y universidades que, en la mayoría de los casos, son gestionadas de manera familiar. Durante la cuarentena, mantuvieron reuniones con el sindicato de Gastronómicos pero sólo accedieron a algunas medidas en relación con el salario del personal. Luego de más de 6 meses sin trabajar, y en vistas que los contagios no bajan, piden una reunión con autoridades municipales y provinciales para buscar alternativas y elaborar de manera conjunta un protocolo para cuando retomen las clases presenciales.

“Este año sólo trabajamos una semana en marzo y desde entonces estamos sin percibir ningún tipo de ingreso, más que el ATP o un subsidio provincial. Decidimos juntarnos para explicarle al municipio y a la provincia nuestra situación que es desastrosa porque no podemos hacer nada. Los colegios nos acompañan y no nos cobran el canon, pero si no trabajamos no sé qué vamos a hacer”, dijo a El Ciudadano Mónica, quien está al frente de la cantina concesionada en el colegio Hermanos Marista desde hace 25 años.

Mónica trabaja junto con su familia y tiene 5 personas a su cargo. Explicó que la mayoría de las cantinas son empresas familiares y que, hasta el momento, sólo recibieron ATP y un subsidio provincial, pero asegura que no alcanza.

«No tenemos ingreso. No queremos cerrar y dejar gente en la calle. Tenemos que pagar el 25 por ciento de los salarios, más los tributos municipales. Hay personas que vendieron vehículos, gastaron sus ahorros o sacaron créditos. El problema es que ya tenemos que empezar a pagarlos y la situación no mejoró porque seguimos sin poder trabajar”, señaló.

La mujer dijo quienes concesionan las cantinas mantuvieron una reunión con el concejal del bloque Demócrata Progresista, «Lichu» Zeno, y que habían pautado una posterior reunión con autoridades municipales, pero no se llegó a concretar.

«Para nosotros el año está perdido. Quisiéramos que nos escucharan para hacer un protocolo en conjunto para trabajar el año que viene. Nuestra idea es habilitar los comedores por turnos, en algunos casos, y en otros alcanzar la vianda cerrada al vacío sin usar el comedor”, mencionó.

Quienes concesionan los comedores forman parte del gremio gastronómico, uno de los sectores que en las últimas semanas protagonizó numerosos reclamos para volver a la actividad. A diferencia de bares y restaurantes al público, las cantinas no pueden abrir sus puertas por funcionar dentro de una institución. Por eso, desde el grupo Cantinas Unidas buscan visibilizar la situación y piden medidas concretas para ayudar a otro de los sectores perjudicados por la pandemia.

“Buscamos que el gobierno provincial y municipal nos escuche para que puedan conocer la difícil realidad por la que estamos atravesando, y además poder acceder a ciertos beneficios que existen, y que serían vitales para sobrellevar este momento y no caer en el cierre de nuestros establecimientos”, expresaron desde Cantinas Unidas en un comunicado.

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