Un uniformado de 25 años fue condenado este jueves en un juicio abreviado por intentar un asaltar a un cobrador en octubre de 2019 en barrio Echesortu. El acusado, vistiendo el uniforme de la Policía de Santa Fe y con su arma reglamentaria, persiguió en un auto junto a dos cómplices a la víctima para sacarle la recaudación. No resultó bien, aunque tras un intento de fuga de la víctima a los bocinazos consiguieron encerrarla y exigirle bajo amenazas que entregara el dinero que llevaba. En medio de ese derrotero, un aviso al 911 alertó a uniformados que estaban cerca y el trío terminó detenido. Después se conocería que el agente había pedido permiso a sus superiores para retirarse de la comisaría donde prestaba servicios para cumplir con un «compromiso personal» que resultó ser el fracasado atraco. Ahora, aceptó un acuerdo abreviado presentado este jueves en una audiencia, y terminó condenado a cuatro años y medio de cárcel.
Era el mediodía del 24 de octubre del 2019 cuando el uniformado, identificado como Marcelo Daniel Vivas, junto a otras dos personas intentaron robar al conductor de un Volkswagen Up que se dedica a hacer cobranzas. El acusado, al volante de un Honda Civic, lo persiguió, lo encerró en varias oportunidades y le apuntó con un arma para que detuviera la marcha.
El cobrador finalmente paró el coche, en San Juan y Lima. El policía y uno de sus acompañantes, ambos armados, se bajaron del Honda y le exigieron que entregara la recaudación. Con mala suerte, porque el atraco quedó trunco al llegar sus colegas de la Policía Motorizada. La saga terminó con la detención del trío.
“Pasé por la oficina y seguí el rumbo normal. En Gutenberg y Pellegrini frené y se me puso el Honda Civic al lado. Bajaron el vidrio y a punta de pistola me dijeron: «Tirate para un lado»” , relató aquel día la víctima.
Tras la detención de los autores del frustrado robo se los identificó como Sergio R., Alejandro F., y Vivas. El último se desempeñaba como sumariante en la comisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez.
El fiscal Rodrigo Santana explicó en la audiencia que el imputado «revestía la calidad de personal policial en funciones» y estaba vestido con el uniforme policial cuando cometió el hecho, para el que usó el arma reglamentaria: una pistola calibre 9 milímetros con el cargador lleno de 12 proyectiles provista por el Estado. El acompañante, que se bajó con él del Civic, también estaba armado y tenía un chaleco color azul similar al que utilizan los miembros de la fuerza de seguridad provincial, siguió el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Santana le endilgó al policía, además de tentativa de robo calificado por el uso de arma de fuego y por ser miembro de las fuerzas policiales o de seguridad, el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Entendió que ese día, por su calidad de agente policial activo, tenía la obligación no sólo de no cometer delitos, sino de prevenirlos e investigarlos. El fiscal contó que el día del robo Vivas se retiró de su trabajo con autorización de su superior “aludiendo compromisos personales”.
La defensa y la Fiscalía presentaron este jueves un acuerdo abreviado respecto a Vivas. Allí el uniformado reconoció su responsabilidad en el hecho y aceptó ser condenado a la pena de 4 años y 5 meses de prisión más el pago de una multa de 12.500 pesos e inhabilitación para el ejercicio de sus funciones por el plazo de un año.
La audiencia fue presidida por el juez Rodolfo Zvala, quien tras evaluar los requisitos de rigor y corroborar el consentimiento del imputado resolvió homologar el procedimiento abreviado y dictar una sentencia condenatoria en los términos acordados.
Policía fue detenido cuando intentó robar a cobrador con su arma reglamentaria
