Un conductor de 40 años fue condenado a pasar 8 años en prisión e indemnizar con 140 mil pesos más intereses a una mujer por la muerte de su hijo de 20 años. El hecho tuvo lugar en la zona sur, en diciembre de 2008, cuando la víctima caminaba con amigos y se cruzaron con otro grupo de jóvenes con los que mantuvieron un entredicho. Los agresores, que los superaban en número, los corrieron para pegarles. A las pocas cuadras apareció una pick up conducida por el acusado, que se subió a la vereda y atropelló a la víctima, produciéndole una fractura en la pierna. El joven fue hospitalizado, su salud se complicó y falleció a los 3 meses a consecuencia de una trombosis grasa que comprometió la circulación sanguínea y afectó los pulmones y los riñones. El Juzgado de Sentencia de la 8ª Nominación entendió que existe un dolo eventual en la conducta del acusado que se subió a la vereda para atropellar al joven y esta circunstancia fue el nexo causal de la muerte. La decisión del juez Carlos Carbone fue confirmada por la Cámara Penal de Venado Tuerto que avaló el decisorio.
Según pudo declarar la víctima –Lucas Caballero, de 20 años– cuando se encontraba en el hospital, el 14 de diciembre de 2008 alrededor de las 7 de la mañana regresó con amigos de una graduación. Los jóvenes caminaban por calle San Martín y, al llegar al cruce con Ameghino, mantuvieron una discusión con otro grupo de personas que los superaban en número, por lo que decidieron correr para no ser golpeados.
De acuerdo con el muchacho, al llegar a la calle Estado de Israel apareció una chata tipo 4×4 marca Isuzu conducida por un integrante del grupo rival, la cual se subió a la vereda, atropelló a Caballero. La víctima sufrió una fractura en el fémur por la que debió ser operado. Falleció casi tres meses después, en marzo de 2009, a consecuencia de una trombosis grasa, una complicación generada por las heridas resultantes del choque.
El acusado, identificado como Mario Oscar Reynoso, de 40 años, fue detenido ese mismo mes, luego de que la madre del fallecido aportara correctamente la patente del vehículo que participó en el hecho. En su descargo, el acusado admitió haber estado en el lugar donde se produjo la pelea, aunque dijo que solo observó la disputa entre los grupos mientras tocaba timbre en una casa de citas. Sin embargo, luego aceptó haber estado en la otra secuencia del hecho, cuando Caballero fue atropellado. Respecto a este hecho puntual, el sospechoso dijo que trató de esquivar a un hombre que apareció de forma sorpresiva y recibió un piedrazo que impactó en el guardabarros delantero del rodado, por lo que perdió el control de la chata y, cuando estaba por chocar con una planta, se subió a la vereda. No obstante, un testigo del hecho tiró abajo la coartada del imputado al afirmar que el conductor quiso atropellarlo a él en primer lugar, pero que terminó por atropellar a Caballero.