Este viernes terminó en el Centro de Justicia Penal el juicio oral y público por el crimen de Enrique Encino. El gerente del banco Nación de Las Parejas, que vino a Rosario a pasear en enero del 2020 y terminó asesinado en uno de los balcones del edificio del casino City Center de Rosario. Entre los cinco acusados por el hecho estuvo Ariel «Guille» Cantero, que fue sentenciado como instigador del hecho. Esta vez el tribunal lo condenó a 17 años de cárcel y ya acumula más de 113 años de sanción penal. Además hubo otros condenados por el crimen, quienes recibieron condenas que van de 29 a 17 años de prisión. En el mismo debate, un hombre que fue testigo estrella de la Fiscalía en la causa contra Esteban Alvarado fue condenado a una módica pena: un año y medio de cárcel bajo la magra figura delictiva de tentativa de extorsión. La sentencia fue dictada por los jueces Gonzalo Fernández Bussy, Rodrigo Santana y Aldo Bilbao Benítez.
El homicidio de Encino se produjo en el marco de un cambio de modalidad delictiva que inició tras la primera condena en el fuero provincial a la banda de Los Monos. A partir del 2018 comenzaron a producirse una serie de ataques armados a propiedades o edificios públicos vinculados al Poder Judicial donde dejaban carteles con leyendas firmadas por “la mafia”. Está mecánica se extendió con el tiempo a todo tipo de sectores y llevaban consigo extorsiones.
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Fue así que el 11 de enero del 2020 se produjo el ataque al casino. Unos días antes personal policial había detenido a dos personas armadas que según la investigación iban a cometer el atentado en el marco de un tire y afloje entre el ilustre vecino de La Granada Guille Cantero y el gigante que desembarcó en su territorio, el City Center; como el ataque no se llevó adelante, fueron otros los encargados y a los pocos días la balacera contra la mole de cemento por calle Moreno terminó con un muerto: Enrique Encino, un hombre de 64 años, gerente de un banco ubicado en Las Parejas, turista en Rosario.
Escuchas telefónicas no sólo dejaron ver este entramado sino que además surgió que integrantes de este grupo tenían contactos con personas vinculadas a algunos funcionarios policiales y judiciales a quienes le requerían información.
En una de las conversaciones aparece el empresario del juego Leonardo Peiti a quien el ahora condenado como organizador Maximiliano «Cachete» Díaz le pide que averigue en qué situación estaban los dos primeros detenidos que no llegaron a cometer el ataque.
Esta línea también se investigó y derivó en una pesquisa por juego clandestino y coimas que sacó de su cargo al entonces fiscal regional Patricio Serjal que aún es investigado, al empleado Nelson Ugolini y el fiscal Gustavo Ponce Asahad, que junto al empresario se acogieron a al figura del imputado colaborador y accedieron a procedimientos abreviados, fueron condenados a también módicos 3 años de cárcel y ya se encuentran en libertad. En esta investigación los fiscales intentaron imputar al senador Armando Traferri, lo que generó un ida y vuelta política y judicial entre la fiscalía y la Legislatura, que por ahora fue favorable al legislador sanlorencino, aunque la Corte Suprema de la Nación tiene la última palabra.
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El juicio por el crimen de Encino
Guille Cantero fue enjuiciado como instigador, Cachete Díaz como organizador; Carlos Damián “Toro” Escobar, en el banquillo bajo el cargo de aportar la logística es también lugarteniente de Guille y administrador de la barra de Newell’s, entre otros menesteres; y el ciudadano dominicano Otniel De León Almonte, sindicado como el tirador. Además se juzgó una serie de aprietes por los que fueron acusados Cachete Díaz; Rodrigo Ortigala, ex amigo de Esteban Alvarado que después de su distanciamiento se alió con Los Monos, y el propio Almonte, alias Dominicano.
Los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, dijeron en la primera audiencia de debate que el homicidio se produjo en el marco de una tentativa de extorsión a la casa de apuestas que también está relacionada a una trama de otros cinco casos, de los cuales sólo uno se concretó.
«No me hace falta cobrarle a nadie, no me hace falta matar a nadie»
Una de las primeras pruebas del caso fueron escuchas telefónicas en el marco de la investigación del crimen del policía Cristian Ibarra, ocurrido en julio del 2019, donde fue condenado el Dominicano y un hermanastro de Guille, Ariel Maximiliano «Chanchón» Cantero; también la información recuperada del teléfono de Cachete Díaz que permitieron comenzar a armar el rompecabezas.
La fiscalía pidió 22 años de cárcel para Cantero, 20 para Cachete Díaz y 16 para Escobar. Y para el Dominicano el requerimiento fue de 18 años. En el caso de Ortigala, la acusación fue por marcar a un empresario, renombrado operador del poder financiero local, al grupo para extorsionarlo; no tuvo según la opinión de Schiappa Pietra y Edery vinculación con el crimen y, por lo tanto, el pedido para él fue de sólo un año y medio.
Condenas
Finalmente el tribunal resolvió condenar a Guille Cantero a 17 años de cárcel por lo que superó el centenar de años de prisión, aunque el monto no está unificado. Cachete Díaz fue condenado a 29 años por el homicidio y cinco extorsiones mientras que Toro Escobar, que ya tiene prisión perpetua, fue sentenciado a 17 años, y al tirador Almonte le dieron 18 años que se suma a la condena previa, también a 18 años de cárcel.
En el caso de Ortigala, la condena fue de un año y medio como «partícipe secundario de una tentativa de extorsión».
Tras la lectura del veredicto los fiscales dijeron que este juicio fue para la Fiscalía «una causa bisagra, que terminó con un senador involucrado». Dijo Schippa Pietra: «Creemos que vamos dando un paso al demostrar en juicio la connivencia del empleado del Ministerio Público Fiscal Ugolini, con Peitti y Serjal que terminó con imputaciones. Pudimos mostrar toda esa trama y se condenó a las personas que mataron a Encino en el Casino».
«La segunda parte de este juicio es por corrupción, esperemos, prontamente podamos hacerlo y ojalá tengamos sentado al senador (Armando Traferri) en ese juicio», se esperanzó, para de inmediato aventurar: «Ojalá podamos tener análisis y editoriales para que expliquen la trama criminal rosarina».
«En la bandera de Newell’s que se desplegó (a fines de junio pasado en el evento de despedida del jugador Maximiliano «Fiera» Rodríguez) estaba el Toro Escobar y Guille Cantero, además del Pollo Vinardi», dijo. «Esta historia no termina en Rosario y ojalá estos juicios sirvan al menos para que tengamos conciencia de la trascendencia de la criminalidad organizada y los costos que tenemos para la vida en Rosario», concluyó.
Edery contó que esperan se fije fecha para juicio de Serjal y Ugolini. Respecto de Traferri, explicó que el caso está en la Corte Suprema de la Nación y están a la espera del fallo que los habilite o no a llevarlo a juicio. Dijo a modo de cierre Edery: «El crimen organizado no convive solamente con personas que tiran tiros y venden drogas, hay toda una serie de connivencias policiales y estatales, y acá se volvió a ver».