La Justicia condenó a una pediatra y a un sanatorio privado de la ciudad a pagar, en concepto de indemnización, alrededor de cuatro millones de pesos a la familia de una nena de seis años por “una conducta negligente”, luego de que la menor ingresara con fiebre y dolor de garganta. Las partes aún pueden presentar una apelación.
Según se pudo reconstruir durante el proceso judicial, en junio de 1999 la niña comenzó a padecer dolor de garganta y fiebre y la madre fue quien la llevó a consultorios externos, donde le diagnosticaron que padecía una angina bacteriana. Sin embargo, como la niña perdía lucidez decidieron trasladarla a la guardia de Pediatría.
Allí ordenaron una serie de estudios, además de darle medicamentos para tratar la dolencia. Sin embargo, la madre pidió que la internaran pero la pediatra consideró que no era necesario.
Días después, la salud de la menor se complicó y constataron que se encontraba totalmente deshidratada. Para colmo, en el sanatorio no la pudieron internar por falta de camas y acabó siendo hospitalizada en terapia intensiva de otro centro asistencial.
Comprobaron que la niña sufría una infección y luego de varias horas falleció. El perito médico concluyó que “todo cuadro febril, acompañado por vómitos, diarreas y por deshidratación debe ser objeto de internación”.
Los jueces José Luis Bentolila, Viviana Cingolani y Néstor García destacan que la pediatra tuvo «una conducta negligente al no disponer la internación, le prescribió medicación oral a una paciente que presentaba cuadro de vómitos, la envió de regreso a su casa con fiebre y deshidratación y no confeccionó la historia clínica».