Julio Rodríguez Granthon, el piloto de avión conocido como Coco o Peruano, fue condenado este jueves a 12 años de prisión como organizador de tráfico de estupefacientes. En el mismo expediente recibieron penas de entre dos y once años de cárcel otras diez personas. La causa se conoció en noviembre de 2019 con el operativo federal bautizado Coronas Blancas que culminó con el secuestro de 16 kilos de cocaína pura en Rosario y Funes. Para el fiscal de juicio Federico Reynares Solari, Granthon y Héctor Rodolfo Masini –otro de los condenados– “manejaban el nivel de distribución de drogas más importante en la ciudad”. A la par de esta causa, Granthon sigue imputado en el fuero provincial como uno de los partícipes del homicidio del ex concejal y pastor evangélico Eduardo Trasante.
En este expediente se detectó que Granthon organizó el tráfico de cocaína desde la alcaidía federal y luego desde su celda de la prisión provincial de Piñero. Allí se encontraba procesado en el marco de otra causa federal aún en trámite, por la que fue detenido el 14 de junio de 2019 en Fraga y José Ingenieros, mientras transportaba en un auto 3 kilos de cocaína por un operativo conocido como Septiembre Blanco, expediente que tiene procesados a miembros de los Monos.
Piloto va a juicio por organizar el tráfico de más de diez kilos de cocaína por semana desde Piñero
La causa Coronas Blancas saltó a la palestra el lunes 4 de noviembre de 2019 cuando el personal de la Policía Federal advirtió la presencia de dos autos, un Chevrolet Aveo y un Peugeot 207 cuyos conductores se aprestaban a realizar una operación de compraventa de droga en Avellaneda y Amenabar. También identificaron una camioneta Volkswagen Amarok, cuyo conductor transitaba a baja velocidad monitoreando la operación.
Una vez que los actores estaban en pleno intercambio, los federales aparecieron y apresaron a tres hombres. Mientras que otros pesquisas persiguieron a los ocupantes de la camioneta. De la requisa en los autos, los detectives secuestraron 7 paquetes blancos con el logo bajo relieve de una corona –de máxima pureza– junto con 2.250.000 pesos en efectivo y, en el otro, 750.400 pesos.
A Masini, que iba en la Amarok, lo atraparon tras una breve persecución en bulevar Avellaneda y Montevideo. Le encontraron seis celulares, 1.300 dólares junto a algunas joyas.
Un día después fueron allanados once domicilios en barrio Martin, Echesortu y la zona sur de Rosario, en la ciudad de Funes y dos celdas de la cárcel de Piñero.
En Castellanos al 900 secuestraron ocho kilos y medio de cocaína distribuidos en panes que se sumaron a otros siete incautados el día anterior en la esquina de Amenábar y Avellaneda que estaban en el baúl de un Peugeot 207.
La droga compactada estaba identificada con el logo en bajo relieve de una corona que daba cuenta de la calidad de la droga, y fueron incautados unos 12 millones de pesos y 110 mil dólares cuyos fajos fueron exhibidos por el Ministerio de Seguridad de la Nación junto con una visita del entonces jefe de la Federal, Néstor Roncaglia.
Secuestran 16 kilos de cocaína y 12 millones de pesos tras transacción narco
Coronas Blancas llegó a juicio y este jueves se conoció el veredicto para los once acusados.
- Julio Rodríguez Granthon. Organizador de Tráfico de Estupefacientes, 12 años de prisión
- Rodolfo Héctor Masini. Trafico organizado de estupefacientes, 11 años de prisión
- Iván Gastón Ramírez. Trafico organizado de estupefacientes, 8 años y seis meses de prisión.
- Maximiliano Acosta. Trafico organizado de estupefacientes, 7 años de prisión.
- María Cristina Manresa. Trafico organizado de estupefacientes, 6 años y seis meses de prisión
- Ramón Larrea. Tráfico organizado de estupefacientes. Seis años de prisión
- Claudio Manresa. Partícipe secundario, 3 años de prisión
- Sara Antonella Blanco. Partícipe secundario, 2 años y diez meses de prisión
Además, el Tribunal Oral Federal Nº 3 de Rosario, integrado por los jueces Eugenio Martínez, Osvaldo Facciano y Mario Gambacorta, dispuso el decomiso de una VW Amarok, un Chevrolet Trucker, un Aveo y 110.000 dólares y 5 millones de pesos.
La causa que instruyó la fiscal Adriana Saccone surgió a partir de una denuncia. Según el informante, el Peruano operaba en la zona de Valparaíso al 2700 y le pagaba una especie de cánon a una mujer identificada como Doña que mantendría lazos con un hombre importante del clan Cantero. “El llamado Chuky, quien sería menor de edad sería la persona encargada de cobrar el dinero a los búnkers correspondiente al «uso del territorio» para llevarle ese dinero a Doña y residiría en una casa con impactos de arma de fuego ubicada cerca de una canchita de fútbol en Felipe Moré al 2400”, se reconstruyó en el pedido de elevación a juicio de la causa.
La investigación señaló que la cantidad de droga que la banda movía era importante y producía réditos millonarios. Los propios imputados expresaron, de acuerdo a escuchas de teléfonos pinchados, que la cantidad era de doce o catorce kilos por semana. En esas conversaciones –advirtió la Fiscalía– Iván Gastón “Loro” Ramírez mantenía al Peruano informado sobre la contabilidad del negocio. Loro tenía su sede de operaciones en Espinillo al 4000, un lugar que era aludido en las conversaciones telefónicas como “la base”.
Párrafo aparte merece uno de los mensajes hallados en el teléfono de Masini. Uno fue revelado en el alegato por el fiscal Reynares Solari y es un texto donde se señala que «la mamá del «Ema Pimpi» Sandoval, quería seguir vendiendo (luego del asesinato de su hijo en una casa de La Florida) y que pedía la venia de Gui (en referencia del Guille Cantero)”, publicó Rosario|12.
En el ámbito provincial el Peruano Rodríguez Granthon está en la mira de los investigadores de homicidios por la causa Trasante. Está imputado como partícipe necesario del asesinato y la evidencia de la Fiscalía apunta que desde la cárcel, al menos, ordenó comprar el auto robado con el que se cometió el crimen.
El Peugeot 308, otra vez el eje de las nuevas imputaciones en el caso Trasante