Un jefe policial de Rosario, el comisario Darío Santos Basualdo, resultó condenado a 3 años de prisión efectiva, a pagar una multa de 6.000 pesos y a 6 años de inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos por los delitos de falso testimonio agravado por haber sido prestado en causa criminal en carácter de autor, falsedad ideológica de instrumento público en calidad de coautor, e Incumplimiento de los deberes de funcionario público en calidad de autor. La jueza Maria Trinidad Chiabrera resolvió homologar este jueves el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y aceptado por la defensa del uniformado, quien así quedó con sentencia firme.
El caso remite a una detención en 2016, cuando el comisario Basualdo y dos subinspectores, Jorge Ayala y Cristian Fernández, falsificaron el acta de procedimiento, situación que quedó al descubierto cuando tuvieron que brindar testimonio en un juicio oral.
Los tres fueron imputados por los delitos de falso testimonio, incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica cuando revistaban en la seccional 34ª de barrio Rucci y quedaron detenidos luego de que un fiscal solicitara investigarlos por mentir en un juicio oral que se desarrolló el 16 de septiembre pasado. El primero ya era conocido en las crónicas policiales desde 2013, cuando dio un paso al costado como titular de la comisaría 6ª luego de que se conociera que le había vendido un terreno en Funes a uno de los líderes de Los Monos, Ramón Machuca, más conocido como Monchi Cantero.
Basualdo, de 46 años, y con funciones en la subcomisaría 8ª junto a Fernández, de 36 y en el área de Operaciones de la Unidad Regional II, y Ayala, también de 36 y con destino en la comisaría 30ª llegaron detenidos a una audiencia encabezada por el juez Pablo Pinto, quien les dictó la prisión preventiva por el plazo de ley.
Los fiscales de la Unidad de Flagrancia, y Paola Aguirre, de Violencia Institucional explicaron en la audiencia que la investigación fue en base a un hecho ocurrido el 21 de noviembre de 2016, cuando Martín Alejandro C. fue divisado por personal policial en Palestina y Camino de los Granaderos, en zona norte, a metros del inicio de la autopista Rosario-Santa Fe, conduciendo un Peugeot 505 con pedido de secuestro del 16 de ese mes. Según quedó registrado, se inició una persecución que terminó en Granadero Baigorria con el sospechoso detenido cuando había abandonado el vehículo e intentaba huir a pie.
Fuentes del Ministerio Público de la Acusación (MPA) explicaron que en el acta de procedimiento del móvil que protagoniza la persecución y detención se encontraban Basualdo y Fernández, quienes manifestaron que el detenido portaba un arma de fuego calibre 38. Martín Alejandro C. fue imputado por encubrimiento y portación, se le dictó la prisión preventiva y quedó internado en el hospital Eva Perón por una enfermedad.
Pero el 16 de diciembre de ese año Martín Alejandro C. se fugó. Cinco meses después, en mayo de 2017, fue recapturado cuando, en una persecución, chocó un Peugeot 408 –con pedido de secuestro por robo en La Plata– contra una columna en Larrechea y Colombres, a tres cuadras del hospital Alberdi.
El acusado fue imputado y quedó en prisión preventiva hasta el juicio oral. Ese juicio es el que comenzó el pasado 16 de septiembre: Martín Alejandro C. se sentó en el banquillo para responder por los cargos de encubrimiento simple (por conducir dos autos robados) y portación ilegal de arma de fuego. El 23 de ese mes fue condenado a 11 años de prisión efectiva ya que la pena se le unificó con una causa anterior, describieron los voceros del MPA.
En ese juicio Basualdo declaró haber sido él junto con Fernández, a bordo del móvil Nº6367 (móvil a su cargo) quienes iniciaron la persecución que finalizó con la detención de Martín Martín Alejandro C. En el estrado también aseguró haber sido testigo presencial de que Martín Alejandro C. bajó del auto y con un arma de fuego en sus manos e intentó escaparse a pie, siendo posteriormente aprehendido por Fernández.
Pero en ese debate oral el imputado dijo que fue apresado por un policía y una policía, no por dos uniformados, y además aseguró que no portaba arma de fuego alguna. La Fiscalía no dejó pasar la discrepancia con el acta de procedimiento presentada por Fernández y Basualdo, y ordenó medidas para corroborar los datos, los cuales también fueron sostenidos por Ayala, quien llegó a la escena en el segundo móvil policial.
Las fuentes agregaron que los resultados de esas medidas comprobaron que Basualdo “no estaba, ya que debía estar haciendo horas extras”. Por ello se determinó que todo el relato había sido falseado y la investigación derivó en el abreviado y la aceptación de la condena por parte de Basualdo, mientras continúan detenidos los otros dos imputados.