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Condenan a uno de los tres acusados por matar a golpes a David Moreira

El caso generó gran conmoción social y empujó a la familia de la víctima a exiliarse. Tras 5 años, el caso alcanzó una primera decisión judicial de fondo. La sentencia a tres años de prisión condicional a uno de los tres acusados fue por un acuerdo abreviado

“Basta loco por favor”, gritó David Moreira con su último aliento mientras era víctima de una feroz paliza que recibió tras ser señalado por un intento de arrebato. La respuesta fue: patadas, piñas por doquier, escupitajos, insultos. Hubo gente que se tapó la cara para arremeter contra David. El chico quiso con sus últimas fuerzas salir del centro de los golpes, pero lo agarraron. Esa acción le valió más y más patadas y piñas. Después, los asesinos lo arrastraron hasta la esquina donde lo tiraron y lo dejaron con la moto –que conducía un amigo, quien logró escapar de la jauría– encima. Convulsionó y terminó inconsciente con pérdida de masa encefálica. El ejemplo claro de la dicotomía entre la justicia por mano propia y el grito desesperado de una parte de los vecinos que pidió parar la faena de un pibe de 18 años. David murió en el hospital tres días después. Uno de los muchos casos de linchamiento que hubo en la ciudad, éste se cobró una vida y gracias a un video de unos segundos se identificó a algunas de las personas que participaron en este atroz asesinato. Uno de ellos, de 28 años, aceptó este jueves un procedimiento abreviado. Se hizo cargo de su participación del homicidio en agresión de David y aceptó una pena de tres años de prisión en suspenso y el cumplimento de unas reglas de conducta. Otros dos esperan juicio. La acusación pidió para ellos seis años de cárcel.

Cerca de las 17 del 22 de marzo de 2014 David Moreira fue retenido  por varios vecinos en calle Marcos Paz casi Liniers cuando intentó escapar tras ser sindicado por el arrebato fallido de una cartera. David iba en una moto con Isaías Ducca, quien logró sortear a los vecinos y escapar del lugar, pero David cayó al piso de una piña, luego fue golpeado y pateado por varias personas durante unos interminables 15 minutos, en forma brutal.

David intentó pararse pero lo tomaron de los pelos y lo arrastraron hasta la esquina mientras otros vecinos pedían que pararen y dieron aviso al 911. Cuando llegó la Policía recién ahí los atacantes de esfumaron. David quedó tendido en el piso con lesiones en la cabeza, la espalda y las piernas. Tenía dificultades para respirar.

Lo trasladaron al hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) donde lo operaron por una lesión craneal que le produjo pérdida de masa encefálica. Pasado el mediodía del 25 de marzo de ese año murió como consecuencia de los golpes recibidos, especialmente en la cabeza que le produjo un traumatismo encefalocraneano grave.

Según algunos testimonios, el intento de arrebato ocurrió por Liniers al 900, en barrio Azcuénaga. Mientras uno de los ocupantes de la moto se bajó a manotear la cartera de una mujer, el otro mantenía el rodado en marcha. La víctima gritó y el ladrón corrió sin llevarse la cartera mientras un utilitario chocó a la moto que quedó tirada en el piso a mitad de Marcos Paz.

Ducca, acompañante de Moreira, quien luego fue condenado por el intento de arrebato en un procedimiento abreviado, dijo que ambos corrieron. Él lo hizo por Marcos Paz hasta Teniente Agneta y siguió hasta Córdoba. Esperó unos diez minutos pero David no apareció.

David corrió por Marcos Paz pero pegó la vuelta.  Se topó con un grandote que le dio una piña y lo tumbó, contó un testigo. Se acercaron otros y lo agarraron a patadas.

Otra testigo recordó que “no paraban de pegarle”, una de esas patadas le hizo salir sangre de la boca y se le empezó a hinchar la panza, a convulsionar. Muchos de los que pegaban eran jóvenes y la mayoría tenía la cara tapada.

Mientras que otro testigo agregó que pasaba gente le pegaba y seguía.

Había un tumulto y todos le pegaban pero también había gente que gritaba que pararan.

El video

Un video de unos segundos que captó parte del ataque se viralizó. En esas imágenes se vio a un joven alto y flaco con el rostro tapado. Un pariente de David que supo trabajar por años en el barrio vendiendo cosas y cortando el pasto lo reconoció.

El dato llegó al a Fiscalía por la querella y se avanzó en la investigación. Estudios de perfiles de Facebook, intervenciones telefónicas, fueron algunas de las herramientas que se usaron en el caso.

En septiembre hubo allanamientos. Nahuel Yamil Pérez y Gerardo G. fueron detenidos. Los imputaron por homicidio calificado.

Luego fue el turno de Cristian Ariel A., en 2017, pero la Fiscalía prefirió ir por una nueva calificación, homicidio en agresión con una pena mucho menor de 2 a 6 años de cárcel. Ello le generó una diferencia con la querella a cargo de Norberto Olivares que perdió la pulseada.

Los tres acusados esperaban fecha de juicio oral y público con la nueva calificación y el pedido de la pena máxima, 6 años.

Abreviado

Uno de los acusados, Nahuel Pérez, decidió hacerse cargo de sus acciones y asumió la responsabilidad en el hecho a través de un procedimiento abreviado. Este jueves la fiscal Georgina Pairola y el defensor Jorge Bedouret presentaron un acuerdo que estuvo consentido por la querella que fijó una sanción de 3 años de prisión en suspenso para Pérez como coautor de homicidio en agresión. Planteo que fue homologado por el juez Hernán Postma.

La condena y una sociedad partida

«Es una primera condena y un objetivo esencial», dijo Olivares.

Para el abogado este caso que tuvo incluso rebote internacional “mostró la división de aguas en el tratamiento de un delito chico”. Olivares dijo que el arrebato se resolvió en 85 días y el crimen de Moreira en 5 años con una condena en una abreviado de acuerdo con una calificación de la justicia santafesina que no es la del homicidio agravado, como habían pedido. Contó las sensaciones encontradas por un lado porque tenían otro horizonte, especialmente en cuanto a la pena y, por el otro, la alegría de que no quedó impune.

“Ha habido en estos tribunales otras causas emblemáticas que han tenido una impunidad casi obscena”, remarcó Olivares.

Lorena, la madre de David, prestó su consentimiento a la distancia para este abreviado pero dijo que jamás va a conseguir justicia por su hijo, según contó el letrado.

“La sociedad está partida y no todo está perdido, hay un sector que sigue considerando que está bien lo que pasó. Hay que darse un debate y creo que esto puede ser un espacio válido que dice que esto se puede hacer. Hubo mucha gente que llamó al 911, que pidió que pararan, que se presentó a declarar incluso con identidad reservada. No se puede vivir de esta manera, resolver el conflicto de la inseguridad del robo pequeño de esta manera. Me parece que es parte de esa pelea”, resumió el querellante.

“La Fiscalía siempre estuvo siempre condicionada por una opinión punitivista de una parte de la sociedad y también por una política judiciaria. Creo que tuvo incidencia, por ejemplo en el cambio de calificación penal”, concluyó Olivares.

 

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