Un empleado judicial fue condenado por estafar a un taxista. Se trata de Gonzalo Oviedo, quien se subió al coche de alquiler en Buenos Aires y se hizo traer hasta los Tribunales locales. Le dijo al chofer que iba a buscar la plata para pagar el viaje, 42 mil pesos, y nunca regresó. La sentencia, una pena de ejecución condicional de un año y medio y el pago de 60 mil pesos en concepto de reparación, incluyó además el delito de encubrimiento, ya que fue ubicado circulando en un coche con pedido de captura por robo que tenía la patente cambiada.
Cerca de las 2 del 14 de junio último Oviedo, según quedó acreditado ahora, se encontraba en la playa de estacionamiento de la estación de ómnibus de Retiro, en la ciudad deBuenos Aires, y se subió a un taxi. Le preguntó al chofer si lo podía trasladar hasta los Tribunales de Rosario, en Balcarce y Pellegrini. Pactaron un precio de 35 mil pesos por el servicio.
El chofer se dirigió a la ciudad y llegaron a destino a las 5.20; Oviedo le dijo que ingresaba al edificio a buscar el dinero para pagarle, se bajó y entró. Diez minutos más tarde lo hizo el chofer para reclamar el pago pero no logró el cometido.
Pasaron algunas horas y el chofer denunció el hecho. El sospechoso fue ubicado luego de la colaboración de varios testigos y del personal policial en una de las dependencias: se había cambiado de ropa. Marchó preso y fue imputado por el hecho.
Para la Fiscalía, aparentó intención de pago sabiendo que no contaba con la posibilidad de afrontarlo al arribar a destino. Agregó que el conductor engañado cumplió con el traslado, sufriendo un perjuicio económico que sumado a las horas que esperó para volver a Buenos Aires asciende a 42 mil pesos.
Además se lo imputó por adquirir o recibir sabiendo su procedencia ilícita un auto Citroën C3 robado. El auto contaba con pedido de secuestro y fue detectado por las cámaras de monitereo de la Policía, el 19 de mayo último, por Oroño hacia el norte. Al llegar los efectivos vieron el vehículo en el estacionamiento de un supermercado en Oroño y Ombú y en su interior estaba sentado en el asiento del conductor Oviedo, contó la fuente fiscal.
El uniformado solicitó el informe sobre el vehículo y se determinó que la chapa patente no pertenecía al coche sino a otro auto con pedido de incautación por robo. Por este hecho fue imputado de encubrimiento.
Este jueves, el acusado reconoció su responsabilidad en ambos hechos en una audiencia de procedimiento abreviado. El fiscal Franco Carbone expuso el acuerdo al que arribó con la defensa de Gonzalo Sebastián Oviedo, quien a su vez consintió el convenio que incluyó una pena condicional a un año y medio y el pago de 60 mil pesos en concepto de reparación económica al chofer del taxi y el cumplimiento de reglas de conducta.
La jueza María Trinidad Chiabrera admitió el acuerdo, lo homologó y dictó condena en los términos convenidos. Fijó el cumplimiento de reglas de conducta por dos años: entre ellas tiene prohibido acercarse en un radio de 300 metros a la víctima, o a los lugares donde este habite o desarrolle sus actividades laborales, recreativas, educativas, lo que incluye además cualquier tipo de contacto virtual o a través de llamadas o mensajes de texto o cualquier otro medio de comunicación.