Los padres de Cristian “Salteño” Villazón (25), el sindicado narco del asentamiento “Los Pumitas” cuya casa fue baleada el 5 de marzo por una banda rival y derivó en el asesinato de Máximo Jeréz, de 11 años, fueron condenados este martes a penas de cumplimiento condicional por amenazas a familiares de la víctima, informaron fuentes judiciales.
El juez Gonzalo Pérez Urrechu homologó este martes el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y aceptado por la defensa de los acusados, por el que se condenó a Juan José Villazón (50) y su pareja Claudia Campos (48) a 2 años y 6 meses de prisión condicional por los delitos amenazas coactivas y tenencia ilegal de arma de fuego, informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Villazón y Campos fueron detenidos el 6 de marzo pasado, cuando un grupo de vecinos se presentó en su vivienda de calle de Cabal al 1300 bis, en el asentamiento “Los Pumitas” del barrio Empalme Graneros, a reclamarles por la balacera del día anterior.
Según la investigación, en la madrugada de la jornada previa un grupo de personas pasó por esa cuadra en un automóvil y disparó contra la casa, señalada como un punto de venta de drogas al menudeo.
La balacera derivó en el asesinato del niño Máximo Jeréz, de 11 años, y en heridas de dos primas de 13 años y otra de 2 que estaban junto a él en la calle esa noche.
Por el crimen y las lesiones fueron imputadas tres personas como autoras de los disparos, y otras tres por encubrimiento al guardar el automóvil empleado en el tiroteo, según la investigación judicial.
Los seis están detenidos con prisión preventiva por el plazo de dos años, recordaron voceros del MPA.
La teoría del caso del fiscal Adrián Spelta, que investiga el asesinato, es que la balacera fue encargada por otro vendedor de drogas del mismo barrio que compite con la banda de “Los Salteños”.
De acuerdo a la investigación de la fiscal María de los Ángeles Granato, los padres de Cristian “Salteño” Villazón, un joven que está preso en una causa por homicidio, amenazaron a un familiar de Máximo Jeréz “con el propósito de obligar a la víctima a que no colabore con la investigación fiscal por el homicidio. De esa manera, sostuvo la fiscal, causaron “un temor cierto en la víctima, grupo familiar y vecinos”.
Además, cuando la policía acudió al domicilio de los Villazón ante la protesta de los familiares y vecinos de “Maxi”, que luego derrumbaron una parte de la construcción, le secuestró a la pareja una pistola semiautomática calibre 22 largo marca Bersa y 15 cartuchos calibre 38, según la causa que hoy se cerró con una condena.
Por las amenazas y la tenencia ilegítima del arma, Villazón y Campos fueron condenados en un juicio abreviado a 2 años y 6 meses de prisión de cumplimiento condicional, informaron las fuentes.
Mientras que por el asesinato del niño están imputados los hermanos Maximiliano y Nicolás Castillo y en abril pasado fue detenido y acusado también como autor otro joven, identificado como Nicolás Torres.
Para los investigadores, ese grupo responde a un joven que está preso, identificado como Alexis “Araña” Ibáñez, quien también sería un “transero” del barrio ligado al líder de una banda más sofisticada, conducida también desde prisión por el piloto civil dos veces condenado por narcotráfico Julio Rodríguez Granthon, alias “Peruano”.