Un tribunal de Quilmes condenó este viernes a prisión perpetua al padrastro de una niña de tres años que fue asesinada y violada en 2016 en esa localidad bonaerense y a 14 años a la madre biológica, en un caso en el que por primera vez se aplica la figura de «femicidio infantil», informaron fuentes judiciales.
Los imputados son Daniel Manzanares (27) y Yamila Coronel (23), quienes el miércoles fueron hallados culpables del crimen de Alma Jazmín Benítez Coronel (3) y hoy se les aplicó la pena correspondiente.
«No se conoce otro fallo donde se haya aplicado la figura de femicidio infantil. En general, vemos que la violencia de género se comete contra mujeres más grandes, pero en este caso había claramente componentes de que fue asesinada por su condición de mujer», dijo a Télam la fiscal de Berazategui María de los Angeles Attarián Mena, quien intervino en el juicio oral.
La representante del Ministerio Público destacó que la niña sufría graves diferencias respecto de su hermano varón.
«Alma dormía en el piso, era constantemente golpeada y no la llevaban nunca al médico. Al hermano (hijo de Manzanares y Coronel) lo vacunaban y a ella no», subrayó Attarián Mena, quien se mostró conforme con la sentencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5, Mónica Rodríguez, Gustavo Farina y Federico Merlini.
La fiscal afirmó que la nena sufría todo tipo de tormentos al punto que la encerraban en un gallinero para hacerla picotear por gallos y la tiraban en una pileta de agua fría.
Loa magistrados hallaron a Manzanares autor de «homicidio agravado por su comisión contra una mujer cuando sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género (femicidio) en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, agravado por la situación de convivencia».
En tanto, a la madre de Alma la hallaron responsable de «abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo», pero seguirá en libertad hasta que el fallo sea confirmado por una instancia superior.
Consultada sobre si Coronel también era víctima de violencia de género, la fiscal sostuvo que sí, pero entendió que fue responsable porque «pese a que se había logrado sacar a la niña de ese ámbito, ella la volvió a llevar y condujo a su propia hija a la muerte».
«El padrastro la menospreciaba y se pudo comprobar que la niña tenía desfloraciones de larga data y que incluso fue abusada el día del crimen», explicó.
En los alegatos, Attarián Mena había pedido que se aplicara al padrastro la pena máxima e introdujo de forma novedosa la figura de «femicidio infantil», lo cual fue aceptado por el tribunal, mientras que para la madre había pedido una pena de 14 años de prisión y finalmente se le aplicaron dos menos.
El hecho que se ventiló en el debate ocurrió el 30 de enero de 2016 en una vivienda situada en Las Heras y Mozart, de la localidad de Quilmes, en el sur del conurbano, donde Alma fue violada y luego golpeada de forma brutal.
La madre la llevó al Hospital Iriarte, donde aseguró que la nena se había caído de una mesa y golpeado la cabeza, pero días después falleció por la gravedad de las heridas.
Cuando se realizó la autopsia, los forenses determinaron que había sido víctima de abusos reiterados y que algunas de las lesiones también eran de vieja data.
En ese momento, la pequeña vivía con su madre y su padrastro y, según se dio por acreditado en el debate, Coronel le restringía las visitas al padre biológico de la niña.
El hombre, Alexis Benítez, asistió al juicio junto a otros familiares y celebró el fallo, que el principal imputado prefirió no escuchar ya que pidió quedarse en el penal donde deberá cumplir la prisión perpetua.