La Justicia condenó a dos años de prisión por los delitos de estafa, fraude a la administración pública y violación a las medidas adoptadas por la pandemia de coronavirus a dos imputados en la causa que investiga la fabricación de barbijos truchos con el logo ATOM-Protect y otros.
La causa se originó a partir de una investigación de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental, de Carlos Rolero Santurián, y fue llevada adelante por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales y por la División Delitos Informáticos Complejos de la Policía de la Ciudad.
La condena se logró tras un juicio abreviado en el Juzgado PCyF 19, a cargo del juez Carlos Aostri -en el que los imputados reconocieron los hechos, se establecieron las penas de dos años de prisión en suspenso por la producción, distribución y comercialización de barbijos apócrifos con el logo de Conicet ATOM-Protect, como así también otros barbijos sanitarios de los conocidos en el mercado como Ion Positivo, KN-95, 3M y Protective MASK, y de muchos otros genéricos.
Los imputados –que además de los dos años de prisión en suspenso deberán cumplir normas de conducta y responder a los requerimientos judiciales- eran los principales cabecillas de la organización por cuanto estaban a cargo de la primera etapa de la estructura delictiva desarticulada, en uno de los talleres clandestinos allanados, de grandes dimensiones, que funcionaba sin autorización y sin cumplir ningún tipo de medida de seguridad, y en el que se fabricaban, almacenaban y ponían en circulación para su comercialización, grandes cantidades de los barbijos apócrifos mencionados.
La causa se había iniciado de oficio cuando el doctor Santurián tomó conocimiento de la venta de barbijos truchos ATOM-Protect y llamó a declaración testimonial a la gerenta de la empresa fabricante de los barbijos del Conicet, que se constituyó como denunciante en la causa y aportó información respecto de los procedimientos de elaboración y distribución de los originales.
La investigación llevada a cabo pudo determinar la existencia de una red dedicada a la fabricación, almacenamiento, distribución y venta de barbijos apócrifos de características visuales similares a los del Conicet, con la leyenda trucha en el envoltorio «desarrollo conjunto Conicet NanoDak» pero que no contaban con las propiedades protectoras del barbijo original ni las medidas de seguridad exigidas por la Anmat, precisó la información judicial.
En este contexto se realizaron 11 allanamientos simultáneos en Ciudad y Provincia de Buenos Aires en los que se logró secuestrar más de 50.000 barbijos apócrifos, así como la maquinaria y materia prima para su producción.
Por esos allanamientos tres personas ya fueron condenadas, a pedido de la fiscalía y mediante resolución de juez Carlos Aostri, titular del Juzgado PCyF 19 de la Ciudad.
De los operativos participaron el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) junto con personal de la División Delitos Informáticos Complejos de la Policía de la Ciudad, inspectores de la Agencia Gubernamental de Control, de la Dirección General de Protección del Trabajo del GCBA y de la Dirección General de Migraciones del Ministerio del Interior de la Nación.
Los barbijos ATOM-Protect fueron desarrollados junto al Conicet y son uno de los más vendidos ya que además de tres capas las telas son tratadas de tal manera que adquieren propiedades antibacteriales, antivirales y antihongos, algo que no ocurría con los falsificados.