Romina Machuca, de 28 años y hermana menor de Ramón Ezequiel Machuca –conocido como Monchi Cantero y actualmente juzgado como uno de los líderes de la banda Los Monos– fue condenada anteayer a 7 años y 2 meses de prisión por entrar a robar con un arma en un local de celulares en Mendoza al 6000. A esa pena le sumaron los 8 de meses de prisión domiciliaria que recibió en un abreviado por los delitos de usurpación y portación de arma en agosto de 2015. El fiscal Carlos Covani había pedido 9 años el lunes pasado, cuando se produjeron los alegatos de apertura del juicio oral.
Romina Machuca llegó a esta instancia acusada por el asalto ocurrido el 20 de noviembre de 2015 en un negocio de celulares de Mendoza y Magallanes. En las audiencias presididas por el juez Gustavo Pérez de Urrechu se describió que ese día Machuca entró con un hombre al local y tras sacar una pistola y un cuchillo amenazaron a los clientes y empleados. La dupla juntó la plata que había en la caja registradora, documentación de los clientes y mercadería. Una vez conforme con el botín, la pareja escapó a la carrera del lugar.
Alertados por los gritos y las corridas, los vecinos se asomaron y comenzaron a perseguir a los ladrones. El hombre logró escapar, pero Machuca fue atrapada y retenida hasta que llegó la Policía.
Pasaron 72 horas y la joven fue imputada por la jueza Patricia Bilotta, quien determinó que quedara detenida por tiempo indeterminado con prisión domiciliaria. Sobre la muchacha ya pesaba desde agosto de ese año una condena a 8 meses de cárcel en suspenso.
Luego de escuchar a los testigos y las argumentaciones de la Fiscalía y de la defensa de Machuca, representada por abogado público César Ceragioli, el magistrado la condenó a 7 años y 2 meses de prisión y le revocó la prisión condicional. A esa pena le sumó los 8 de meses de domiciliaria que había firmado en el abreviado acordado en agosto de 2015, por los delitos de usurpación y portación de arma, una pistola calibre 22. En abril del año pasado, Machuca también fue imputada como integrante de una asociación ilícita acusada de entraderas y asaltos a comercios, debido a que se detectó un llamado entre la muchacha y el líder de la banda.
Usurpación y domiciliaria
El 11 de julio de 2015 por la mañana, una mujer se presentó en una vivienda en la cuadra de Humberto Primo al 5700 y le exigió a moradora, quien resultó ser Romina Machuca, que desocupara la casa porque era de su propiedad.
La dueña de esa vivienda contó que todo empezó cuando se tuvo que retirar de Empalme Graneros por problemas con los vecinos. Una vez que la denunciante dejó el lugar, la vivienda fue ocupada por Machuca y su pareja. La mujer no dejó de reclamarle a Romina que se mudara. Cada vez que se encontraban, protagonizaban importantes grescas.
Con este precedente, la propietaria no se arriesgó y llegó acompañada de personal policial, el que llevó una orden judicial para que desalojara la casa. A la moradora no le importó y se paró en la puerta con una pistola calibre 22 en la cintura.
Luego de unos minutos, Romina quedó detenida y le secuestraron el arma cargada con ocho balas de punta hueca, contaron fuentes judiciales en dicha oportunidad.
Un mes más tarde, el juez Javier Beltramone aceptó un acuerdo entre el fiscal Guillermo Apanowicz y el defensor Fausto Yrure, y la condenó a 8 meses en suspenso. Dentro del acuerdo se fijaron reglas de conducta que Romina debía cumplir por los siguientes dos años, entre ellas fijar domicilio –que asentó en la misma cuadra de la casa usurpada– y abstenerse de consumir drogas o abusar de bebidas alcohólicas.
Secuelas del trágico accidente
Dos meses antes del incidente en la vereda de Humberto Primo al 5700, Romina había sufrido graves lesiones en un accidente ocurrido la tarde del miércoles 22 de abril, en la esquina de Moreno y San Juan. Ese día, Romina iba como acompañante en la moto que conducía su entonces pareja, Damián “Tacuara” Córdoba, cuando chocaron contra un auto. A su vez, un tercer vehículo participó del siniestro al embestir la entrada a una cochera para esquivar a los ocupantes de la moto.
Producto del choque, Tacuara falleció en el acto mientras que la joven sufrió fractura de cadera, tobillo y heridas cortantes en el cuero cabelludo.
Tras el accidente, los pesquisas indicaron que una de las hipótesis era que Tacuara aceleró para evitar un control vehicular que estaba por Mendoza entre Moreno y Dorrego.
Sobre la base de esa presunción, el muchacho intentó escapar porque contaba con una prisión domiciliaria, mientras se resolvía la apelación que presentó su defensor a una condena a 7 años y 6 meses dictada en octubre del año pasado.
Lo que Tacuara no llegó a saber fue que hacía un día que la Cámara Penal había revocado parcialmente la condena que le fue impuesta por el homicidio de Beatriz Heredia, 67 años, ocurrido en 2014. Los camaristas dejaron sin efecto la sentencia respecto de la tentativa de homicidio agravado por el uso de arma y sólo respaldaron la figura de homicidio culposo.