A veces la justicia llega tan tarde que pierde un poco su sentido de ser. Sin embargo, como dice un viejo refrán, más vale tarde que nunca. Este jueves, el comisario retirado Osvaldo Raúl Bejarán se convirtió en el segundo policía en ser condenado por enriquecimiento ilícito. Fue en el marco de una causa que comenzó hace 20 años, cuando su patrimonio empezó a incrementarse de forma acelerada y desmedida en relación con sus únicos ingresos legales como flamante jefe policial de la entonces División de Leyes Especiales de Santa Fe.
Desde entonces, la causa pasó por diferentes instancias administrativas y judiciales, donde más de una vez quedó largos años encajonada, lo que permitió que en 2008 el uniformado cumpliera 30 años de servicio en la fuerza y se retirara con el cargo de comisario general de la Unidad Regional (UR) X del departamento Iriondo. Había entrado en 1978, en plena dictadura cívico militar.
Ya jubilado, el derrotero burocrático de quienes debían investigarlo continuó con varios intentos de archivo hasta que finalmente la entonces jueza de Instrucción Alejandra Rodenas lo procesó en 2016, en el marco del viejo sistema penal. Cinco años más tarde llegó a un juicio oral y público, ya en el sistema procesal que se inauguró en 2014, que este jueves concluyó con una condena, la segunda sentencia contra un policía por enriquecimiento ilícito, a tres años de prisión condicional y una multa de poco más de 5 millones de pesos.
La Fiscalía había pedido que la pena de prisión fuera efectiva pero los jueces Héctor Núñez Cartelle, Valeria Pedrana y Hebe Marcogliese, quienes dieron por probado el enriquecimiento ilícito, decidieron que la cumpla en libertad.
En relación al monto de la multa, dispusieron una suma equivalente al 75 por ciento del valor del enriquecimiento total pretendido por la Fiscalía que calcularon en 5.218.818,98 de pesos.
Durante el juicio, el fiscal de la Unidad de Violencia Institucional Gonzalo Fernández Bussy le atribuyó haber incrementado injustificadamente su patrimonio en su calidad de funcionario público. Según la acusación, a partir de 2001 Bejarán comenzó a cumplir funciones como jefe de la División Leyes Especiales y en un lapso de dos años arrancó el aumento infundado de sus bienes registrables.
En ese sentido, el fiscal detalló que en 2003 adquirió una licencia de taxi en conjunto con un rodado Fiat Siena y en el mismo año compró un automóvil 0 km Chevrolet Corsa. Y el incremento de su patrimonio continuó.
Un ex jefe policial a juicio oral y público por enriquecimiento ilícito
En 2004 se hizo de una finca y otro vehículo marca Renault, todos bienes conseguidos con su único ingreso como personal de la Policía de Santa Fe.
A partir de 1978 y durante 30 años ininterrumpidos, Osvaldo Raúl Bejarán pasó por distintas jerarquías policiales hasta su retiro en 2008 como comisario general de la URX de Iriondo.
Además de la condena, el tribunal dictó algunas normas de conducta que deberá cumplir durante los tres años que dure la condena condicional. Entre ellas abstenerse de abusar de bebidas alcohólicas y de consumir estupefacientes y realizar trabajos no remunerados en favor del Estado o de una institución de bien público, a razón de cuatro horas semanales.
Un día pasó: condenaron por enriquecimiento ilícito a ex jefe policial que no pudo justificar bienes
En diciembre de 2020 Omar Pintón se convirtió en el primer policía en ser condenado por enriquecimiento ilícito. Lo sentenciaron en juicio oral a pagar 2,3 millones de pesos y cumplir regla de conducta, bajo apercibimiento de convertir en efectiva la prisión condicional a dos años y medio.
En cambio, quien fue absuelto por el beneficio de la duda fue Hugo Giuliano, emblemático comisario que terminó sin condena, tras un juicio, luego de un proceso que se demoró nada menos que 17 años.
El aletargado juicio por enriquecimiento ilícito al comisario Hugo Giuliano terminó en absolución
