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Condenaron a un ex jefe policial por recibir coimas de la timba clandestina

La investigación data de 2017; los garitos funcionaban en cíbers y locales de videojuegos, la mayoría en Esperanza. Gran parte de los implicados ya fueron penados en procedimientos abreviados, como el comisario Giménez: 3 años de ejecución condicional

Un ex jefe policial fue condenado este miércoles a tres años de prisión en suspenso por recibir coimas de explotadores del juego clandestino en las localidades santafesinas de Esperanza, Rafaela, Pilar y Recreo. Se trata de Dante Marcelo Giménez, el entonces subjefe de la Unidad Regional XI, del Departamento Las Colonias, en 2017.

En junio de ese año la entonces Policía de Investigaciones (PDI; hoy Agencia de Investigación Criminal) realizó 19 allanamientos que permitieron desarticular una red de timba clandestino. Diecisiete personas fueron detenidas, y doce quedarían vinculadas con la causa, entre ellas el entonces subjefe, comisario Giménez.

Cae jefe policial en Esperanza por sociedad con el juego clandestino

Las fiscales de la Unidad de Delitos Complejos Mariela Jiménez y Laura Urquiza se encontraban investigando los delitos previstos en los artículos 301 bis (explotación, administración, operación y organización de juegos de azar sin la autorización correspondiente) y 256 (cohecho) del Código Penal.

A tres años y medio de esos operativos, dos de los doce implicados aguardan resolver su situación procesal. El resto, incluido el ex comisario Giménez, fue condenado a penas de ejecución condicional a través de procedimientos abreviados. Las dos personas por las que la Fiscalía preparará la acusación para llevar a juicio son Andrés Sánchez y el policía Aldo Wettstein.

Giménez fue condenado como autor del delito de cohecho reiterado en seis casos a tres años de prisión en suspenso. Además, quedó inhabilitado de por vida para ejercer cargos públicos.

Giménez hizo su descargo durante la audiencia imputativa en  2017. Explicó que cuando se hizo cargo de la subjefatura de la URXI, en abril de ese año, tomó la iniciativa de investigar el juego clandestino en Esperanza y la región. «Yo sabía lo que estaba haciendo, en todo momento me dediqué a combatir el delito», explicó el malogrado policía. «Yo únicamente necesitaba lugar, monto y fecha para luego llevarle la investigación a la doctora Urquiza», expuso, y dijo que inició ciertas tareas de inteligencia con el otro agente policial, Aldo Wettstein, quien se desempeñaba como numerario de la unidad y que además oficiaba como cocinero de la dependencia.

Las tareas investigativas se iniciaron en marzo de 2017 a partir de información que surgió en otra investigación. El fiscal regional Carlos Arietti precisó en conferencia de prensa que se hicieron escuchas telefónicas, seguimientos e inspecciones hasta coronar el trabajo con los allanamientos.

Las fiscales Jiménez y Urquiza se refirieron a los secuestros realizados: “Seis automóviles; máquinas tragamonedas; ruletas; slots; armas de fuego; teléfonos celulares; dinero en efectivo; cámaras de vigilancia; máquinas contadoras de billetes; y documentación de interés para la investigación”.

Con relación a los policías detenidos, las fiscales explicaron en ese momento que estaban siendo investigados por la presunta comisión del delito de cohecho, es decir, “por el amparo a la actividad ilegal a cambio de dinero”. En tal sentido, precisaron que “algunos de los locales allanados estaban habilitados como ciber y de videojuegos”.

También estuvo presente en la conferencia de prensa el jefe del Departamento de Investigaciones de la PDI, Mario Monzón, quien precisó que “las armas secuestradas son las provistas a los policías, pero también otras armas cortas y largas”.

Del total de allanamientos llevados a cabo, diez fueron en Esperanza; cinco en Pilar; dos en Rafaela y dos en Recreo. Las diligencias fueron realizadas por personal de PDI bajo la dirección de las fiscales Jiménez y Urquiza. La mayoría de los implicados recuperó la libertad al firmar un juicio abreviado, haciéndose cargo de los delitos y recibiendo una condena en suspenso.

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