Un hombre fue condenado este miércoles en un juicio oral realizado en La Plata por el crimen de su esposa, la instructora de fitness Claudia Salgán, a quien asesinó a golpes y a puntazos aplicados con un destornillador en su casa de la localidad platense de Gorina en 2015.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Plata consideró culpable a Núñez en un adelanto del veredicto, tras lo cual informó que el 3 de junio próximo dará a conocer los fundamentos de la sentencia.
En los alegatos, tanto la fiscalía, como la querella y la defensa coincidieron en pedir la pena de prisión perpetua para el acusado, por lo que se descarta que esa será la pena impuesta, aunque el tribunal tendrá que definir si hace lugar al agravante de violencia de género.
La fiscal de juicio Victoria Huergo, pidió que se lo condene a Núñez por los delitos de «homicidio doblemente calificado por el vínculo y en un contexto de violencia de género».
La fiscal ponderó como elementos de prueba los testimonios del entorno familiar de Salgán, quienes coincidieron en relatar los maltratos que sufrió la víctima durante los 23 años de matrimonio con Núñez.
Además, dieron detalles del antecedente ocurrido en 1997 cuando Salgán fue atacada a golpes por su marido, lo que derivó en una separación momentánea de la pareja.
«Esta es la perspectiva que tenemos que tener al momento de analizar los elementos que fueron presentados (en alusión al contexto de violencia de género que sufría la victima) y los testimonios acerca de cuál fue la situación interna e intrafamiliar de la vida que llevaba Claudia Salgan con Núñez», remarco la fiscal.
La fiscal negó que Núñez haya estado bajo un cuadro de emoción violenta, algo que también descartaron los peritos psiquiatras, y aludió a la declaración del imputado quien en un primer momento atribuyo las heridas que presentaba su mujer a un ataque producido por asaltantes.
En este sentido, Huergo remarcó «la actitud del acusado de impedir a ocasionales testigos que asistieran con maniobras de RCP» a Salgán, y los elementos de pruebas como las «ropas con manchas de sangre halladas en un cesto del domicilio».
Por su parte, la abogada Sofía Caravelos, representante de la familia de Salgán, pidió la pena máxima por similares delitos a los esgrimidos por la fiscalía.
«En este caso había un hecho previo, de 1997, un ataque a golpes que manda al hospital a Claudia y habían habido otros hechos violentos que relató una de las hermanas de la víctima; estaba presente la violencia psicológica con celos, insultos y la violencia en el ataque donde no sólo buscó el resultado de matarla sino de hacerlo acusándola de ‘puta’, algo que el mismo Núñez reconoció haberle gritado, ‘la maté por puta’, dijo», explicó Caravelos.
Pablo Cuomo, abogado de Núñez, pidió la pena de prisión perpetua pero consideró que se trató de un homicidio calificado por el vínculo, sin el agravante del contexto de violencia de género.
El letrado consideró que no se pudo probar que la pareja viviera en un contexto de violencia de género ni siquiera reconoció la posibilidad de una violencia simbólica contra la mujer.
Cuomo destacó que si Salgán hubiera vivido en un clima de violencia de género «no lo hubiera salvado a él cuando se infartó, ni hubiera dejado a los hijos con él y hubiera pedido medidas de protección».
Florencia Cabrera, madre de Salgán, al conocer el adelanto de veredicto condenatorio, reclamó a los jueces que dijeran que se trató de un femicidio, y expresó su desaliento por tener que aguardar 15 días para conocer el delito que se le imputó a Núñez.
El hecho que se juzga ocurrió el 8 de julio de 2015 en una casa de las calles 493, entre 132 y 133, de Gorina, cuando Cabrera fue asesinada a golpes y puñaladas aplicadas con un destornillador.
