“Es un dolor muy duro que está viviendo la familia, fue algo que nos dejó un vacío enorme. Yo comprendo que se pudo haber apresurado, equivocado y me doy cuenta de la situación”, dijo Luis Ratari, padre de Matías, asesinado de un balazo en abril de 2016 en Cochabamba al 300, luego del pedido de disculpas de Lucas Fernández, quien lloró ante las palabras de hombre. Esta situación se dio en el marco de una audiencia oral para homologar un procedimiento abreviado en el que se acordó que Fernández deberá cumplir 5 años de prisión por homicidio agravado con exceso de legítima defensa y portación de armas. Además, deberá pagar una fuerte suma de dinero en concepto de reparación y brindar una disculpa pública.
El 15 de abril Lucas Fernández festejaba su cumpleaños en el departamento de su novia, en el tercer piso de un edificio de Cochabamba al 300. Cerca de las 4.30, su mamá, su tía y dos amigos bajaron a esperar un remís. Estaban en la puerta del edificio cuando Matías Ratari y otro chico –que fue imputado por robo– llegaron en una moto Honda Tornado. Según relató la fiscal Marisol Fabbro no estaban armados y comenzaron a robarles lo que tenían. Desde el departamento, Fernández comenzó a disparar con un arma de fuego calibre 9 milímetros. Efectuó tres detonaciones, uno de esos proyectiles le entró por la clavícula a Ratari y recorrió el tórax causando lesiones en órganos vitales que le produjeron la muerte.
El relato lo hizo la fiscal Marisol Fabbro, quien llegó a un acuerdo en el caso con la defensora Malena Copello. Fijaron una pena de 5 años de prisión por el delito de homicidio agravado por el uso de arma en exceso de legítima defensa y portación de arma de guerra. Para la funcionaria, si bien el imputado obró en defensa de su madre y su familia cuando en su creencia les estaban robando, fue desproporcionado el medio que utilizó para defenderlos. Pudo usar otro que no le causara la muerte a Ratari, explicó.
El acuerdo además implica una reparación económica de una importante suma de dinero y un pedido de disculpas públicas que “limpie el buen nombre y honor de Matías Ratari”. Fernández se mostró nervioso y pidió disculpas ante la atenta mirada de su padre, que se sentó en un rincón de la sala. “Me siento muy mal por el dolor que está pasando la familia Ratari”, dijo el condenado mientras se tomaba la cara. Estoy muy arrepentido, aseguró.
Entonces Luis, que estaba sentado junto a su abogado Gustavo Feldman, le aceptó las disculpas. “Es un dolor muy duro que está viviendo la familia; fue algo que nos dejó un vacío enorme. Yo comprendo que se pudo haber apresurado, equivocado y me doy cuenta de la situación”, dijo. Ratari quiso dejar en claro “la mala actitud” del jefe de la Comisaría 4ª. Desde un primer momento mintieron, aseguró. Dijo que le devolvieron la cadena que llevaba su hijo sin los dos dijes de oro y sólo le dieron 30 pesos de los 4900 que llevaba la víctima aquel día. Para Luis lo peor es que le haya dicho que su hijo “murió en su ley”.
Contó que el mismo día que velaron a Matías le entraron a robar a su casa, le tiraron una bomba molotov y les llegó una nota con 6 balas. “El dolor más grande, aparte de haber perdido a Mati, es la falta de sentido común de la comisaría”, aseguró.
“Él (por Fernández) tendrá su conciencia, su mundo de ahora en más. Lo que sé es que va a tener una vida por delante. Yo a mi hijo lo veo todos los domingos en el cementerio. No hay rencor”, aseguró. El hombre y su familia quieren terminar con el tema de una vez: “Todos hemos cometido errores. No era la forma que se pague el error como se pagó pero le pido a Dios, como soy creyente, que mi hijo descanse en paz y que este chico revea su situación a futuro y lo disculpo”, aseguró mientras Fernández se secaba las lágrimas. El acuerdo fue homologado por la jueza Patricia Bilotta.