País

Cáncer y muerte en Santiago

Condenaron al Estado nacional, Ferrocarriles y una multinacional por enterrar ilegalmente gamexane

El hecho sucedió en 1990. Dos vagones llegaron con 30 toneladas del pesticida y otros químicos tóxicos, que permanecieron durante años bajo tierra en la pequeña localidad de Argentina


El Estado y una empresa multinacional debe indemnizar a la familia de tres mujeres que contrajeron cáncer y fallecieron como consecuencia de haber estado expuestas durante años a un contaminante altamente tóxico que fue enterrado en la localidad Argentina, al sudeste de la provincia de Santiago del Estero, en el departamento Aguirre, en julio de 1990.

En aquel momento, dos vagones pertenecientes a la empresa Ferrocarriles Argentinos arribaron a la localidad con 30.000 kilogramos de gamexane. El personal ferroviario descargó y enterró a escasa profundidad la totalidad del contenido de los vagones, sin ninguna medida de seguridad.

La titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal 12 de la Capital Federal, Macarena Marra Giménez, consideró acreditado el nexo de causalidad existente entre el enterramiento de los residuos contaminantes y las enfermedades padecidas. En relación a la empresa, la multinacional Nouryon Chemicals –ex Akzo Nobel e ICI Argentina– tuvo en cuenta que la misma era formuladora de los químicos encontrados. Sobre el Estado nacional, lo consideró responsable por uso indebido de la infraestructura y al personal ferroviario para trasladar por varias jurisdicciones un material altamente contaminante y peligroso. Además, por enterrarlo sin ninguna medida de seguridad poniendo en riesgo la salud y la vida de la población lindera.

La Justicia ordenó indemnizar a las familias de tres mujeres que contrajeron cáncer tras estar expuestas al material tóxico durante más de 13 años. La demanda fue presentada por el viudo y los tres hijos de una de las mujeres fallecidas, junto con otras dos víctimas.

La resolución remite a un episodio de julio de 1990. Entonces, los dos vagones de Ferrocarriles Argentinos llegaron al pueblo ubicado a 300 kilómetros de la capital santiagueña con más de treinta toneladas de Gamexane, producido entonces por la empresa ICI Argentina, hasta que quedó prohibido por el decreto 2121/90.

Una cuadrilla ferroviario de 14 personas enterró la carga “en bolsas de polietileno de baja densidad” a unos ocho metros de profundidad en un terreno a la vera de la estación del ferrocarril. El producto era una mezcla de compuestos como el BHC, DDT y Lindano, todos ya prohibidos para la venta por su alta toxicidad.

En 1994, el ambientalista Juan Schroder denunció el hecho ante la Justicia Penal Federal de Santiago del Estero, lo que derivó en una inspección y un peritaje químico por el cual se verificó la presencia del pesticida, ya constatada su peligrosidad para la salud y el medio ambiente.

Luego se desplegó una extensa saga administrativa con la intervinieron de autoridades provinciales y nacionales. En 2003, se dispuso la remoción de más de 200 toneladas de tierra contaminada, que fueron enviadas para su tratamiento y deposición final a una planta alemana, en la ciudad de Hamburgo.

El daño ya estaba consumado, y dos vecinos del paraje Argentina presentaron sendas demandas. Una, por una mujer que padecía cáncer de endometrio. La restante, un hombre y sus tres hijos, debido al fallecimiento de la esposa del primero por cáncer de páncreas.

Otra más fue por una mujer diagnosticada con cáncer en la columna.

Todos los demandantes atribuyeron las enfermedades a la exposición prolongada al Gamexane enterrado, y dirigieron la acción contra el Estado Nacional, en particular a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. También a Ferrocarriles Argentinos, el ex Onabe y por último a la empresa química ICI.

La jueza determinó una existencia de nexo causal entre el enterramiento y las enfermedades de las demandantes, con apoyo en informes del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia que la convencieron de los efectos perjudiciales del Lindano, DDT, DDE y otros compuestos organoclorados.

La responsabilidad por los daños fue atribuida en proporciones diferentes a los demandados. Ferrocarriles Argentinos, luego el Ministerio de Economía de la Nación, con el 50%. El Estado Nacional, mediante el Ministerio de Salud, el el 20%. Y la firma y Nouryon Chemicals, el restante 30%.

La indemnización de la sentencia reconoció “daño moral” para todos los demandantes, “daño físico” para una de las mujeres y el “valor vida” para otra.

 

Todo ilegal

El Gamexane es un insecticida que se dispersa rápidamente en el agua o el suelo y permanece durante más de 20 años. Entre sus compuestos figura el hexaclorobenceno y el dicloro-difenil tricloroetano, más conocido como DDT, un poderoso insecticida rechazado por la legislación en casi todo el mundo. En la Argentina fue prohibida la circulación de estos productos por su alta toxicidad a partir de 1989.

Según datos proporcionados por la Secretaría de Agricultura de la Nación, durante 1989 habían sido importados 15 mil kilos de gammexane y, en 1990, otro tanto. La carga, en lugar de ser reexportada al Reino Unido, como lo indica la ley, fue enterrada en Argentina, como lo sugieren los documentos ferroviarios correspondientes a los vagones 1.304.851 y 632.364, del ex Mitre, que transportaron 15 toneladas cada uno, desde Zárate.

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