Los cuatro acusados en el juicio oral y público por el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero tienen otras causas en trámite e incluso con condena firme. El homicidio de Juan Pablo Colasso, ocurrido en noviembre de 2012 en Villa Gobernador, mantiene procesados a Luis “Pollo” Bassi, Milton Damario y Facundo “Macaco” Muñoz. Según dijo ayer el abogado de Bassi, Fernando Sirio, en no más de veinte días puede salir la sentencia en este caso, el único que mantiene preso al Pollo y que se tabula dentro de la interna de la barra de Newell’s y en la pelea por territorio al sur del arroyo Saladillo.
El crimen de Lucas Espina, sucedido en el Fonavi de Hipócrates y Lola Mora en enero de 2013, tiene condenados a Milton y su hermano José a 16 y 17 años de cárcel, respectivamente. Allí, según consta en la causa, se incautaron vainas servidas de un arma que también fue utilizada en el asesinato de Colasso. El móvil del ataque, según la acusación, fue una vieja disputa barrial con un tercero, amigo de Espina, cuya madre (Norma Bustos) sería asesinada un año después en un crimen que sigue impune.
Semanas atrás, la Cámara Penal revocó el sobreseimiento que habían recibido los hermanos Damario por el homicidio de Norberto Armanino, ultimado en mayo de 2011 en la misma zona del Fonavi de Lola Mora e Hipócrates donde Milton y José vivían. El caso también fue ubicado como una disputa por territorio para la venta de drogas, ya que Armanino, integrante de la barra de Rosario Central, había purgado condena federal. Los Damario terminaron de cumplir trece días atrás otra condena por un caso de portación de arma de fuego.
Milton tiene encima también una condena por la ley de drogas a 4 años de cárcel por un caso ocurrido en 2009. También en el fuero federal está procesado Macaco, quien coordinaba la distribución de drogas desde prisión según estableció la Justicia federal local en el marco del operativo Guaraní, desatado en marzo de 2016. El líder de esa banda era, según el fallo, Carlos “Betito” Godoy, uno de los condenados como autor material del crimen del ex jefe de la barra de Newell’s Roberto “Pimpi” Caminos.
Macaco, asimismo, tiene una condena a tres años de cárcel por encubrimiento agravado que le fue unificada en 4 años y 8 meses al sumar pena por resistencia a la autoridad.
En tanto, Osvaldo “Popito” Zalazar tiene en su haber una condena condicional a un año de cárcel por encubrimiento y otra a doce años de prisión, que aceptó en juicio abreviado, por el crimen de Aldo Acosta (padre Norma, quien denunció la connivencia del clan Bassi con el ex intendente villagalvense Pedro González para la venta de drogas), la tentativa de homicidio de un hijo adolescente de éste (en el mismo ataque), y tres hechos de robo calificado, además de una portación de arma de fuego.
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