El gobierno provincial y su par municipal comenzaron la semana pasada con la intervención en parte del denominado Cordón Ayacucho, el asentamiento irregular más extenso y poblado de zona sur. La apertura de la calle Centeno entre Ayacucho y Patricias Argentinas permitirá la circulación de servicios públicos, antes dificultada. La nueva arteria contará con pavimento, alumbrado público y desagües pluviales. Los trabajos demandarán entre 4 y 5 meses y una inversión cercana a los 2 millones de pesos. Desde la Secretaría de Hábitat santafesina indicaron que como segunda etapa de esta intervención se abrirá la calle Ameghino también para conectar con Ayacucho. Corolario del inicio de la primera intervención se habilitó una plaza en la esquina de esa intersección, que fue bautizada por los vecinos como “De los Niños”.
La traza estaba hasta hace poco ocupada por una treintena de viviendas que ocupaban informalmente el terreno. Según señalaron desde el gobierno provincial, desde principios de año los equipos sociales dialogaron con ellos para poder llegar a diferentes soluciones de traslado, necesarias para poder realizar la obra. Una buena parte de las familias serán re localizadas en un predio cercano al lugar, que el gobierno provincial está urbanizando. Este operativo implica un desembolso por 6,4 millones de pesos.
Integración social
La intervención se dan en el marco de un proceso de integración social y territorial que requiere una inversión total de 9 millones de pesos y es promovido por el Gabinete Social provincial, que si bien tiene como acciones más significativas la apertura de calles contempla un abanico de intervenciones sociales.
A fin de octubre finalizaron los trabajos de construcción de la nueva plaza bautizada por los vecinos como “De los Niños” en la esquina de Centeno y Patricias Argentinas. Este espacio público implicó la ejecución de un escenario central, senderos peatonales, pista de breakdance, colocación de juegos y arenero, instalación de cestos y bancos, plantación de árboles e iluminación en el sector. La obra demandó una inversión de 400 mil pesos. A la par de esta intervención se desarrollaron actividades junto a los vecinos, que implicaron la elección del nombre del nuevo espacio, la pintura de un mural en la pared lindante del predio, vacunación y detección de la diabetes con el personal del Centro de Salud “Luis Pasteur”, vacunación para mascotas por parte del Imusa, demostraciones de baile de niñas y adolescentes que pertenecen al grupo del Centro de Conviviencia Barrial “La Tablada”, y juegos con dispositivos lúdicos del programa “Rosario Más Limpia” y del área de Deportes municipal.
Desde Hábitat, repartición que dirige Gustavo Leone, calificaron a las intervenciones como respuesta a un reclamo histórico de los vecinos de la zona sur. Y además, apuntaron que relevaron gran expectativa de quienes viven en el barrio ya que la apertura de la calle significa la posibilidad de ingreso de las ambulancias, los camiones recolectores, los móviles policiales, entre otros servicios públicos. “La verdad es que es una alegría muy grande poder ir avanzando con pie firme en esta meta que nos pusimos al comienzo de la gestión. Es una tarea ardua, que involucra tener en cuenta un número importante de factores y que demanda un trabajo hacia adentro del gobierno bastante coordinado”, señaló Leone, quien remarcó que con estas acciones el gobierno provincial apunta a democratizar el acceso a la ciudad: “Trabajamos para integrar urbana y socialmente a todos los sectores, contribuyendo a una mejora en la calidad de vida de la población a través de la llegada de los servicios que ofrece el Estado”, afirmó.
Sur partido en dos por un asentamiento irregular
Según el diagnóstico que realizan desde el gobierno provincial, el Cordón Ayacucho es el asentamiento irregular más extenso y poblado del Distrito Sur. Según evalúan desde la cartera de Hábitat, hay unas 1.300 viviendas informales extendidas en esa zona.
Ese asentamiento se desarrolla formando un eje norte-sur sobre calle Ayacucho, generando una pantalla en el sentido este-oeste que interrumpe el trazado urbano de un significativo número de calles. Además, conforma una barrera urbana que obstaculiza la comunicación con otros sectores de la ciudad tanto para la circulación vehicular normal, como para el desarrollo en la zona del servicio de transporte público, lo que se traduce en reclamos de los vecinos.
