Estados Unidos anunció ayer que la coalición internacional que combate al Estado Islámico (EI) en Siria, asesinó este mes a diez líderes del grupo yihadista, entre ellos Charaffe al Moudan, vinculado al supuesto cerebro de los atentados perpetrados en París el 13 de noviembre pasado.
Según el portavoz de la misión estadounidense contra el EI en Irak, el coronel Steve Warren, la muerte de Al Moudan, ligado directamente a Abdelhamid Abaaoud, fallecido líder de los ataques de en París, ocurrió el 24 de diciembre pasado.
Warren dijo que Al Moudan era el “enlace directo” de Abaaoud, un belga que murió poco después de los atentados de París en una operación policial en los suburbios de la capital francesa.
Al Moudan es uno de los diez supuestos líderes yihadistas que murieron en los ataques aéreos de este mes, cuyos nombres fueron dados a conocer ayer en una teleconferencia celebrada el día después de que las fuerzas armadas iraquíes expulsaran de la ciudad iraquí de Ramadi a los radicales sunnitas del EI.
El vocero sostuvo que Al Moudan y los otros líderes muertos estaban planeando activamente atentados contra países de occidente, aunque no detalló qué planes tenían o si eran inminentes.
Warren confirmó que uno de los diez líderes del EI muertos en los ataques es Siful Haq Sujen, un bangladesí que estudió en Reino Unido y tenía conocimientos para realizar ciberataques y operaciones de contrainteligencia.
También acabaron con la vida el 7 de diciembre pasado de un responsable de gestión de finanzas y equipamiento del EI y con el emir del EI en la provincia iraquí de Kirkuk, Abu Wadha. En fechas posteriores, los ataques de la coalición mataron a un responsable de explosivos y uno de los jefes financieros del EI en Mosul, la segunda ciudad de Irak, aún en manos de los yihadistas.
Warren también mencionó la muerte de Abdul Kadir Hakeem, caído en Mosul y un especialista en falsificaciones vinculado a la red que preparó los atentados de París, en los que fallecieron más de un centenar de personas.
Victoria clave en Siria
El ejército sirio reconquistó ayer una estratégica ciudad en el centro del país luego de combates con insurgentes del Estado Islámico (EI), mientras que Arabia Saudita y Turquía pidieron una vez más que el presidente sirio Bashar al Assad abandone el poder como única salida al conflicto.
La agencia estatal Sana, que citó una fuente militar, señaló que unidades de las fuerzas armadas recuperaron el dominio de un cuartel y de una colina en las proximidades de la localidad Al Sheij Masakin, ubicada junto a una de las carreteras que unen la provincia meridional de Dera’a con Damasco, tras “causar fuertes pérdidas humanas y materiales en las filas de organizaciones terroristas”.