Los investigadores del tiroteo entre bonaerenses y federales, ocurrido el 29 de marzo último en la localidad de Avellaneda, confirmaron este sábado que el comisario de la bonaerense que murió en el hecho fue el primero en disparar y que lo hizo siete veces contra dos policías de la Federal.
Según informaron fuentes judiciales a la agencia de noticias Télam, a poco más de dos meses del hecho, en los últimos días se empezaron a realizar los peritajes balísticos pendientes en la causa para reconstruir las circunstancias de la muerte del comisario Hernán David Martín, de 43 años, y de las heridas sufridas por el cabo primero de la Policía Federal Argentina (PFA) Claudio De Carlo, de 38, y su compañero, el sargento Sergio Arán, de 41.
El vocero judicial informó que los peritajes balísticos comenzaron a realizarse este jueves, mientras que las pruebas de dermotest se iniciaron el viernes y continuarán el lunes. Además, explicó que las muestras para el dermotest, en el caso de Martín, fueron obtenidas en la noche del hecho mientras era examinado su cuerpo. En tanto, en el caso de los uniformados de la Policía Federal heridos, De Carlo y Arán, fueron extraídas en el hospital Churruca, donde estuvieron internados tras ser baleados.
«La prueba fue preservada de una manera impecable, con las correspondientes cadenas de custodia. Intervino en la toma de las muestras personal de Gendarmería Nacional y de la Policía de la Ciudad», indicó la fuente.
Para los investigadores, las muestras más importantes son las de Martín y las de Arán, ya que el resultado del peritaje en el arma reglamentaria de De Carlo arrojó negativo en restos de pólvora, hecho que coincide con su declaración, en la que negó haber disparado.
De esta manera, los pesquisas están reconstruyendo el enfrentamiento entre policías bonaerenses y federales, a metros de una estación de servicio situada sobre el Acceso Sudeste y Madariaga, en cercanías del ingreso al centro comercial Parque Avellaneda Shopping.
Según fuentes judiciales, De Carlo se identificó dos veces como oficial de la PFA y le pidió a Martín que se entregara, luego de que el comisario intentara embestirlo con un Toyota Etios.
Tras ello, los federales lo corrieron unos metros para intentar detenerlo, pero Martín abrió la puerta del vehículo y comenzó a dispararle a corta distancia a De Carlo, por lo cual intervino Arán, que estaba parado atrás del auto, y empezó un enfrentamiento que culminó con el comisario muerto y los dos federales heridos.
De acuerdo con las pericias, Martín realizó siete disparos, los cuales impactaron dos en Arán y los restantes en De Carlo; mientras que el comisario recibió un total de siete impactos de bala, la mayoría por la espalda, pero en su cuerpo sólo quedaron alojados cuatro proyectiles, según concluyó la autopsia.
Al declarar ante la fiscal de Avellaneda Soledad Garibaldi, De Carlo aseguró que si Arán no disparaba desde su posición, Martín lo hubiera matado porque estaba a muy corta distancia,
Al respecto, la familia de Martín tiene otra postura y Edgar García, abogado de Sandra Ojeda, viuda del policía muerto, dijo a Télam que «al comisario Martín lo fusilaron de siete tiros por la espalda» y que durante el operativo «no se preservó la vida de nadie», ya que «directamente fueron a asesinarlo».
Una banda mixta de bonaerenses y civiles
En la causa continúan detenidos con prisión preventiva el capitán Eduardo Franicevich; el oficial principal Raúl Elías Hernández, jefe de operaciones de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) Avellaneda-Lanús; y el teniente primero Claudio Saldivia, del Gabinete Antidrogas de esa seccional. La fiscal les imputó “privación ilegal de la libertad agravada y extorsión”, pero la pesquisa avanza hacia una “asociación ilícita”.
Es que para los investigadores, los policías integraban una banda junto a civiles que denunciaban a narcos, quienes luego eran extorsionados para no abrirles causas y para que pudieran seguir comercializando estupefacientes.
La pesquisa se inició un día antes del tiroteo, cuando una mujer se presentó ante la fiscal y denunció que supuestos policías le habían exigido dinero para no armarle una causa por drogas, la tuvieron 50 minutos esposada en un auto perteneciente a la fuerza y luego fueron hasta su casa y le pidieron 30.000 pesos a su marido, de origen dominicano.
La mujer pactó con los extorsionadores que la noche del viernes iba a entregarles los 170.000 pesos restantes en la estación de servicio de Avellaneda.
Entonces se organizó un operativo con la División Antidrogas Urbanas de la Policía Federal, se marcaron los billetes que se iban a entregar como coima y doce policías se distribuyeron en forma encubierta en la estación de servicio.
Luego de la entrega del dinero, los federales redujeron y detuvieron al capitán Franicevich, mientras que Martín trató de escapar en un Toyota Etios y allí se inició un tiroteo en el que el comisario de la bonaerense murió.