Los ocho civiles muertos el pasado martes durante una operación de militares y policías contra un bloqueo a una planta de hidrocarburos en El Alto, en Bolivia, fueron alcanzados por disparos de armas de fuego, informó este jueves oficialmente la Defensoría del Pueblo.
“Todos, sin excepción, presentaban lesiones y traumas provocados por proyectil de arma de fuego”, dijo un informe emitido por el Instituto de Investigaciones Forenses tras la intervención de médicos, un radiólogo y un perito en criminalística, destacó la Defensoría.
La operación fue montada para romper un bloqueo que seguidores del derrocado Evo Morales desplegaron frente a la planta de combustibles de Senkata, en momentos en que comenzaban a notarse signos de desabastecimiento de gasolina en La Paz.
Los manifestantes acusaron a los militares de haber disparado en forma indiscriminada contra las personas que sostenían el bloqueo, pese a las desmentidas de los agentes de seguridad.
El Alto, ciudad vecina de La Paz, es foco de protestas contra el gobierno golpista de Bolivia, en manos de la autoproclamada presidenta Jeanine Añez, que las califica de actos de “terrorismo” y asegura que en las acciones de respuesta no se ha disparado ni una bala por parte de los militares.
La Defensoría instó a los posibles testigos de los disturbios a declarar ante el Ministerio Público para colaborar en la investigación y determinar quiénes hicieron los disparos que apagaron las vidas de estas ocho personas, todos hombres de entre 23 y 38 años.
El velatorio de estas víctimas se llevó a cabo este jueves en el templo San Francisco de Asís, donde se sucedieron los discursos de rechazo al gobierno de Añez.
Incluso, se discutió una iniciativa para marchar desde El Alto hacia La Paz con los féretros de los caídos en la refriega.