Cristina Giménez dice que no hace adivinación, hace «astrología en serio». Mira el cielo, lo analiza y estudia. Recuerda que en astrología los planetas son símbolos, lo que ella hace es interpretar. Habla con El Ciudadano sobre los significados de la alineación de los planetas Júpiter y Saturno este 21 de diciembre, el eclipse solar previo y la carta astral que se viene desde el 20 de marzo de 2021.
«En el cielo los diez planetas forman como una geometría entre ellos, es lo llamamos los aspectos astrológicos, ningún año es igual a otro. Este año 2020 predominaron los planetas en signos de tierra, hubo una triple conjunción de Júpiter, Saturno, Plutón en Capricornio», cuenta. Explica que para la astrología mundana -que estudia los movimientos a nivel mundial- Júpiter y Saturno con sus conjunciones son importantes para dar cuenta de los cambios que se producen en el mundo.
«Saturno son las imposiciones y los límites, Júpiter la expansión y el crecimiento. En 2020 estuvieron en Capricornio, signo de Saturno, fue muy restrictivo todo. Y se juntó también con Plutón que es el planeta de las transformaciones profundas, la oscuridad, lo que está abajo que tiene que emerger para ser eliminado, en Capricornio. Por esto fue tan denso el 2020».
La astróloga describe que el 17 de diciembre Júpiter ingresó en Acuario y el 19 de este mismo mes lo hizo Saturno. El 21 de diciembre quedan alineados en el mismo grado, a esto se le llama conjunción. La última vez que estuvieron de esta manera fue en 1226: «Eso habla de que empieza un nuevo ciclo mundial, pero esto no dura un año, son ciclos largos. Entonces, empieza otra historia que recién comienza, por eso se la asocia con la estrella de Belén. Pasaron casi 800 años desde la última vez, son ciclos largos. Se vaticina una etapa diferente».
Aunque la alineación de estos dos planetas ocurre cada dos décadas aproximadamente, el fenómeno particular de este año no se registra desde finales de la Edad Media, precisamente desde 1226. Es un momento excepcional por lo cerca que se verán los planetas entre sí desde la Tierra. Para la astrología, «la gran conjunción» -como se le llama- se da en un nuevo elemento -aire- y en un mismo signo, por eso es un evento tan importante que es interpretado como el inicio de un nuevo ciclo mundial.
Giménez aclara que no significa que el 21 de diciembre en particular pase algo concreto, se trata de cambios mucho más lentos y profundos también. Es recién el inicio. «Esa conjunción después hay que verla combinada con el resto de los planetas porque no se puede tomar sola. Eso te indica que algo nuevo viene pero después esa geometría que se va formando y que va cambiando todo el tiempo, que se llama los aspectos astrológicos que van entrando en aspectos armónicos o inarmónicos con los otros planetas».
Además, destaca que desde la antigüedad quienes estudiaban los cielos y sus posibles significados planteaban que había que prestar atención a la última lunación antes de esta conjunción.
Esta vez fue un eclipse de sol total en luna nueva, que ocurrió el pasado 14 de diciembre. «El sol oscurecido por la luna, por algo muy subjetivo. Fue un eclipse en sagitario de nodo sur de la luna. La luna tiene que ver con lo subjetivo, lo emocional: la luna tapó al sol que es la luz, lo racional. Y sagitario está asociado a las creencias, es el signo que se asocia con la organización la sociedad, a través de las leyes, la religión».
«Esta lunación no fue sencilla. El nuevo ciclo comienza con una lunación anterior que fue un eclipse total de sol, evidentemente hay ahí cosas que van a demandar temas probablemente asociados a sagitario: ideas religiosas, asuntos relacionados a la justicia, que tengan que ser cambiados, reformados, clarificados», plantea.
Saturno y Júpiter son los planetas que se utilizan para describir los grandes ciclos, no etapas de un solo año. «Si una conjunción sigue a un eclipse, como esta última, la virtud de tal eclipse se deberá calcular igual a los años de tal conjunción por lo que un un eclipse podría llegar hasta una secuela de hasta 800 años y uno de luna más de 100».
El cambio más importante, subraya la astróloga, es que después de muchos años se ingresa a un ciclo de un nuevo elemento: aire. Para los mapas que sigue la astrología estos planetas se alinearon en el signo Acuario que es un signo de aire. Esto, sumado a la carta astral desde el 20 de marzo de 2021, indica un cambio sustancial con respecto a este año y los previos.
«Se arma un predominio de todo lo que es el mundo del pensamiento, la tecnología, la inventiva, los cambios que pasan por lo ideológico. Es muy diferente a lo que fue el 2020 que fue muy opresivo y que fue tierra, muy pesado muy concreto, muy material. Esto del aire genera algo diferente, es movimiento. Lo que no quiere decir que sea un año súper liviano, pero va a ser diferente desde marzo, enero y febrero todavía son un poco complicados».
«Acuario es el signo de los inventos, de la creatividad mental, de la cosa comunitaria, está mucho más orientado a lo social, a lo grupal, a armonizar desde lo colectivo. Lo que sucede es que también está Urano en Tauro, que es el signo de la materialidad. Tauro es el arraigo, lo que está asentado. Se lo asocia con posesión y con el dinero, lo material, la forma, la tierra. Entonces Urano que es regente de Acuario mira como se mueve la energía de Acuario, es la innovación, la revolución, los cambios drásticos. Urano está transitando el signo de Tauro todos estos años, porque Urano ya está en Tauro pero se va a poner más fuerte en la segunda quincena de enero con el paso de Marte tocándolo. Urano es el planeta de las revoluciones, de los cambios súbitos».
«La carta de 2021 muestra una combinación muy diferente a la del año anterior, dónde predominaron la tierra y el fuego. Con planetas en aire y agua el 2021 será un año más creativo. Además el planeta Venus, asociado al arte y arquetipo de lo femenino estará junto al sol en la carta del nuevo año, en el soñador y sensible signo de piscis. La luna del año en géminis junto a Marte en este mismo signo, mutable, inquieto, versátil, contradictorio. Mercurio el planeta de la comunicación en Piscis, en un signo más soñador, en aspecto inarmónico con marte puede inclinar a acciones impulsivas, ideas alocadas, traer dificultades en asuntos comerciales y mensajes poco claros o confusos», describe con detalle.
El mapa del cielo en 2020 fue pesado, espeso, difícil. Las vibraciones, a partir de la conjunción de Júpiter y Saturno desde este 21 de diciembre y más aún desde el 20 de marzo de 2021, esperan que se de un giro importante, que haya un año menos difícil que este. A cruzar los dedos.