«Hace 48 horas que no escribo. Escuché y leí de todo, muchas verdades, mentiras e incoherencias. Voy a seguir sin opinar. Creo que no es el momento. Sí les voy a contar lo que viví al llegar al auto de Guido. Tenía una rotura en su buzo del lado derecho, pensé que algún elemento lo había lastimado. Me pareció que por esa lastimadura podía tener lastimadas sus costillas y me pareció que le costaba respirar. Sólo atiné a decirle ‘Aguantá Guido, aguantá, tranquilizate y tratá de respirar tranquilo. Le Levante la visera del casco y le volví a decir que aguantara», detalló Silva.
«Nunca me habló, nunca miré a sus ojos. Sentí que me escuchaba y que no iba a pasar nada, que sólo estaba aturdido por el fuerte golpe. Se me acercó (Guillermo) Ortelli muy asustado y me dijo, casi llorando, ‘Pato, a esta la veo mal’. Yo no me daba cuenta o no me quería dar cuenta», continuó con su relato.
Luego, contó como se enteró del fallecimiento: «Fui a los boxes. No hablé con nadie. Sólo relaté lo que les cuento. Nunca dije ‘me habló’. Seguía pensando que no iba a pasar nada, quizás porque no vi los momentos posteriores. Salimos para el hospital con Javier y en camino sonó el teléfono y llegó la peor noticia».
Finalmente, le dedicó un parrafo a la memoria de Falaschi: «Se fue un Señor. Un pilotazo. Un amigo, mi compañero de todos los fines de semana al que elegí para que venga al (equipo) HAZ. Mi compañero de los kart. El hijo de dos personas excelentes. La última cena del sábado le cociné unos ravioles excelentes, comió dos platos el gordo».