Más de 80 mil personas recorrieron los galpones 11, 13, 15 y 17 en la Franja del Río entre este viernes y el domingo. Renovados en su totalidad por el gobierno provincial, conforman un nuevo corredor cultural junto al Galpón de Juventudes y el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) para uso público. «Esperamos que este lugar se siga llenando de gente todas las semanas, que vengan de todos los barrios y desde otros lugares a conocer, apoyar, colaborar en las creaciones colectivas y a comprar productos en el Mercado de Frutos Culturales”, dijo la ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González.
Festejar lo nuevo
Para celebrar la apertura de los galpones se programó una variada agenda de actividades para todas las edades, que se desarrolló entre el viernes y el domingo. Se destacaron la muestra Cantar-Volar, Volar-Cantar de Martín Churba, que contó con la performance de reconocidas cantantes como Mariana Baraj y Carolina Peleritti, entre otras; o la intervención y construcción de esculturas del Museo Aerosolar, del artista, arquitecto y performer Tomás Saraceno, quien triunfa en el mundo a partir de un uso de la tecnología para encontrar formas de vida sostenibles para los humanos y el planeta.
Los visitantes también pudieron disfrutar de un fragmento de Vangart, espectáculo creado por directores del Cirque du Soleil; y de las múltiples propuestas de indumentaria, diseño de objetos y accesorios, junto a flores, plantas, productos de almacén artesanales, golosinas, juegos, juguetes, CDs, DVDs, vinilos, mercería, revistas, comics, manga, coleccionismo, papelería, afiches y postales, que se ofrecen en el Mercado de Frutos Culturales que funciona en el galpón 17.
En el galpón 13, denominado La Mutualidad, una importante cantidad de personas se acercó para colaborar a través de la confección de mantas, bufandas y cartucheras.
Además, hubo varias propuestas para llevar a cabo, entre ellas Tardes de tareas, donde docentes se acerquen a ayudar a los chicos a hacer la tarea; y Ajuar para bebés, para confeccionar ropa para recién nacidos y que eso se reparta en las maternidades. Otro dato destacado es que en el primer fin de semana se anotaron más de 500 personas para ser socios de La Mutualidad para impulsar ideas, diseñar estrategias y materializar proyectos colectivos.
Los nuevos nombres y qué ofrece
El galpón 11 fue bautizado El Muelle. Culturas Urbanas. Es un espacio dedicado a las culturas urbanas emergentes. Cuenta con un ámbito para la música, totalmente equipado y suma ahora la experimentación de la imagen y el sonido, comprendiendo las llamadas cuatro pantallas con nuevas tecnologías que alienten la experimentación y la participación. Será el galpón para proyecciones, grabaciones, mezclas y todo lo que consolida hoy nuestros entornos digitales. Propone múltiples conversaciones entre la imagen y el sonido, la experimentación tecnológica y las búsquedas de las y los jóvenes. En este ámbito, el programa Ceroveinticinco garantiza una pluralidad de iniciativas de formación, cooperación e invención, que darán al espacio una posibilidad única en la construcción de políticas y poéticas públicas.
El galpón 13 lleva el nombre de La Mutualidad. Construcciones ciudadanas. Es un espacio público y gratuito donde las voces individuales puedan formar parte de un gran trabajo colectivo. Aquí las materialidades y el tiempo compartidos se vivirán en clave de intercambio, solidaridad y fraternidad. Un ámbito portuario que lleva en sus muros el sudor del puerto y el trabajo, los olores y colores de la yerba y azúcar a granel, ahora se transforma en abrigo, celebración, comunidad, lazos. Los proyectos que aloja La Mutualidad serán creados con la imaginación y hechos con las manos, los ojos y la voz.
La propuesta se consolida como una escuela de todas las cosas y recupera la memoria de estas espacialidades en una sociedad que -como la de aquellos inmigrantes- encuentra un motor en la ayuda y en el aprendizaje mutuo. Desde esta mirada, las otras y los otros son viajeros de un mismo viaje, cooperadores de ideas y creaciones ciudadanas que asumen la responsabilidad de dar otro sentido a sus vidas. El galpón cuenta con amplios espacios para conversatorios, piano público, biblioteca, miradores, lugares para ensayos y otros. También tiene El Sótano, para realizar aprendizajes múltiples: servicio de diseño e impresión y muestras; y A la vera del río, un lugar para pequeños espectáculos, encuentros de baile, grupos de caminatas, clases de yoga, etc.
El galpón 15 tiene el nombre de El Fabuloso Mundo del Cuerpo. Estará destinado al cuerpo y sus múltiples lenguajes. Se realizarán propuestas vinculadas al teatro, las danzas y rituales, técnicas corporales (yoga, reiki, senso, tai chi, entre otros), la alimentación y la nutrición, el cuerpo pensado desde nuevos paradigmas. En este espacio además, seguirá funcionando la Escuela Municipal de Artes Urbanas (EMAU), una de las instituciones más reconocidas en Latinoamérica.
El galpón 17 fue bautizado Mercado de Frutos culturales. Es una una tienda cultural de bienes reproducibles santafesinos se expande a lo largo y a lo ancho de este espacio, como sostén y fomento del trabajo de sellos editoriales, trabajo de diseñadores, sellos discográficos y emprendimientos culturales. Desde las acciones del rograma cultural Espacio Santafesino y otras iniciativas ciudadanas, este espacio destaca la innovación y la creatividad de objetos de diseño, productos de software y computación, películas, productos digitales, merchandising, discos. Además, habrá presentaciones de libros, espectáculos de cámara, recitales, lecturas de poesía y maratones de experiencias creativas. El valor patrimonial también será valorado en este espacio, ya que se realizarán exposiciones que recuperen y recorran la historia de los distintos soportes y sus transformaciones.