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Conocido manochanta fue otra vez denunciado por abuso sexual

Una joven dijo que lo visitó para curar un mal de amores y terminó escapándose de dos hombres que quisieron violarla.

Fue por un anuncio en el diario que le prometía “curar el mal de amores” y cayó en la trampa de dos abusadores de 40 y 54 años que la drogaron y la manosearon. La joven de 26 años logró escapar y los atacantes fueron detenidos. El curandero y dueño de la vivienda, de 54 años, tenía dos pedidos de captura por orden de un juzgado de Sentencia. Seis años atrás, el vidente había sido detenido acusado por igual delito.

El caso se conoció anteanoche cerca de las 22 cuando personal de Comando Radioeléctrico llegó a una vivienda de bulevar Avellaneda al 700. En la vereda los esperaban Gladis H., de 50 años, y su hija de 26. La chica contó que momentos antes había estado en una casa de esa cuadra, donde se presentó tras leer un aviso en el diario sobre un curador de amores, explicaron fuentes policiales.

En su desesperación por olvidar un amor no correspondido, la joven pidió un turno y anteayer fue. Apenas entró la recibieron dos hombres, quienes le ofrecieron algo para tomar. El brebaje la dejó mareada. En ese momento, los hombres revelaron sus verdaderas intenciones y comenzaron a manosearla. La quisieron retener pero la joven logró escapar, ganó la calle y llamó a su madre, contaron los voceros policiales.

Tras escuchar el relato, los policías ingresaron a la casa y detuvieron a Fernando V., de 40 años, y a Antonio Ribas, de 54, quien dijo ser el propietario de la vivienda de Avellaneda y pasaje Cortés, con jurisdicción en la comisaría 6ª.

Una vez en la seccional, los uniformados descubrieron que el mayor de los detenidos contaba con dos pedidos de captura emitidos por el magistrado a cargo del Juzgado de Sentencia Nº 2.

Denuncias en las redes

A la noticia por la detención del curandero se sumaron las denuncias en las redes sociales, donde al menos cuatro mujeres contaron cómo había sido su experiencia cuando fueron hasta el lugar por una entrevista de trabajo. “Tenían pedido de captura y hace años que están en ese lugar. En la entrada tienen cámaras y adentro es terrible la seguridad. Hace unos años fui a una entrevista de trabajo para secretaria y cuando vi todo la verdad pensé que eran prestamistas o cosas peores y después me explico el señor que es vidente. CHANTA TOTAL!!”, comentó una usuaria a quien le respondieron otras tres contando una experiencia similar.

A este comentario se sumó otro en que se alertaba que esa dirección era la que daba en un clasificado para la compra de perfumes por menor y mayor, y un par coincidió en que hacía alrededor de 15 años que el hombre daba esa dirección para poner en práctica sus poderes chamánicos.

El pasado del curandero

El nombre de Antonio Ribas no sólo se publicó en las páginas de clasificados sino también apareció en las secciones policiales. En marzo de 2005, se decía “experto en unión de parejas” y en los avisos daba un número de teléfono de la capital provincial. Fue por este “trabajo” que cayó preso en la estación de servicios de Córdoba y Avellaneda, bajo la acusación de extorsionar a un muchacho de Arroyo Seco. Fabián T. contó por ese entonces a los agentes de Seguridad Personal que “venía con decaimiento psicológico y vio el aviso en el diario. Llamó al teléfono y se encontró el 6 de diciembre con este tipo en Arroyo Seco. Ahí este curandero le dio un líquido que lo dejó dormido y, cuando despertó, el tipo le pidió 19 mil pesos para solucionarle la vida. Entonces, le entregó tres cheques de mil pesos, luego 300 pesos más, y días después, otros 1.300”, contó una fuente de la pesquisa. Fabián se negó y le dijo “que lo iba a hacer pelear con la novia, lo iba a dejar mal parado ante la prensa y lo iba a hacer matar”. Tras la denuncia, fue detenido Ribas en el surtidor mencionado con 280 pesos y 1.200 en tarjetas de celulares.

El 11 agosto de 2011, Antonio volvió a las crónicas policiales cuando la misma brigada de Seguridad Personal lo apresó por una denuncia por abuso sexual radicada por una chica de 20 años.

Los policías esperaron en la cuadra de bulevar Avellaneda al 700 hasta que Antonio salió de su casa y lo apresaron.

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