La politóloga Natalia Del Cogliano afirmó que «debe haber una ampliación del concepto de paridad de género, ya que para avanzar hacia una democracia paritaria necesitamos que en la justicia haya avances en esa línea», y enfatizó que «sería interesante» que el puesto vacante de la Cámara Nacional Electoral (CNE), máximo órgano de la justicia electoral, sea ocupado por una mujer.
En diálogo con Télam, Del Cogliano señaló que «En todos los ámbitos hay muchísimas mujeres en las base piramidal pero se va achicando a medida que se asciende».
La doctora en ciencias políticas es autora de un estudio de paridad de género en todo el país, el que se llamó Proyecto Atenea del Programa de Desarrollo (PNUD) para Argentina, que marca la poca participación de la mujer en puestos de liderazgo en la justicia.
Además recordó que «hoy está en debate el cargo de la Cámara Nacional Electoral y sería interesante empezar a ver avances del ingreso de mujeres tanto en la Cámara como en la Corte Suprema y en las cortes provinciales».
«La justicia tiene el rol, la potestad, de interpretar la norma en términos más igualitarios no solo a nivel electoral, sino también administrativo, con perspectiva de género», evaluó Del Cogliano, integrante del Observatorio Político Electoral del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda.
En tanto, la politóloga María Inés Tula, quien participó del proceso de reglamentación de la ley de paridad de género que empezará a aplicarse este año para la renovación del Congreso y el Parlamento del Mercosur, recordó que la norma «obliga a los partidos a incluir 50 por ciento de mujeres».
Tula expresó que es gravitante que «el orden va a ser orden secuencial, es decir uno a uno, entonces la lista paritaria va a ser independientemente de quien encabece y tiene que ser correlativa y secuencial».
Acerca de la participación de la mujer en puestos decisorios en la justicia, la politóloga dijo que «la esfera del poder judicial es uno de los peor ranqueados en todos los índices que se puedan encontrar».
Tula también mencionó el estudio del Proyecto Atenea del PNDU, de 2011, que evaluó que «la estructura de la justicia federal muestra un típico fenómeno de ‘techo de cristal’, ya que la presencia de mujeres decrece a medida que se asciende en las escalas jerárquicas».
El Congreso se renueva bajo la ley de género
Las elecciones del 27 de octubre para renovar parcialmente ambas cámaras del Congreso y parlamentarios del Mercosur presentarán por primera vez la aplicación de la ley de Paridad de Género, lo que significa que las listas legislativas deberán tener un 50 por ciento de candidatas mujeres de forma intercalada y sucesiva, aunque la novedad es que ello no implicará que este año necesariamente se alcance esa equidad.
La ley es obligatoria para todos los partidos políticos, a partir de las elecciones de este año, pero especialistas en materia electoral consultados por Télam advirtieron que no logrará aún la equidad de género exacta, es decir 50 por ciento mujeres y 50 por ciento hombres en el Congreso.
Cuando se aplicó la ley de cupo votada en 1991 que obligó a tener un 30 por ciento de mujeres en las listas se tardaron varios años hasta alcanzar ese porcentaje de mujeres y hoy ya se ha superado.
La ley de paridad de género no está reglamentada aún, pero fuentes del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda -a cargo del proceso electoral- dijeron a Télam que «es inminente» y aclararon que «si bien la esencia es la misma, se la reglamentará para hacer énfasis en determinadas cuestiones que quizá la ley no lo hace».
En la actualidad el Congreso, según las páginas web, se encuentra integrado por 99 diputadas del total de 257, que representan casi un 39% total de la Cámara, y por 30 senadoras de 72, es decir casi un 42% del cuerpo.
Según un estudio de los politógos Natalia Del Cogliano y Danilo Degiustti, del Observatorio Observatorio Político Electoral, dependiente del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, al trazar una «proyección del impacto de la paridad en la composición de las dos cámaras para este año, si bien la correcta aplicación de la ley permitiría alcanzar la estricta paridad de candidaturas en las listas legislativas, ello no implica inmediata ni necesariamente la conformación de cámaras legislativas compuestas en un 50% por mujeres».
El estudio afirma que «ello se debe a que en su aplicación entran en juego otros factores como el número de bancas que se elige en cada provincia y, sobre todo, quienes encabezan las listas».
Al respecto, Del Cogliano, en diálogo con Télam, explicó que «si un distrito elige tres diputados nacionales y éstos se reparten entre tres fuerzas políticas cuyas listas son encabezadas en todos los casos por candidatos de un mismo género, tendremos listas paritarias pero legisladores de un solo género».
El secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, consultado por Télam, destacó que «este año se innova en la elección porque vamos a tener por primera vez el cumplimiento de la ley nacional de paridad de género y por lo tanto las listas estarán alternadas entre mujeres y hombres».
Pérez recordó que en el desarrollo de la reglamentación de la ley participaron mujeres expertas en temas electorales como María Fernanda Rodríguez, subsecretaria de Acceso a la Justicia, las diputadas de Cambiemos Brenda Austin, Karina Banfi, Silvia Lospennato, Alejandra Martínez, y del Frente Renovador Carla Pitiot.
Agregó que colaboraron también Alejandra Lazzaro, secretaria de la Cámara Nacional Electoral; María Elena Barbagelata, apoderada del PS; María Luisa Storani, parlamentaria del Mercosur; Natalia Gherardi, directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género; y la politóloga María Inés Tula, entre otras.
La politóloga Del Cogliano valoró que el país «ha sido pionero en la sanción de una ley de cupo femenino como medida de acción afirmativa para asegurar la representación de las mujeres» en el Parlamento.
En ese marco, recordó que el puntapié inicial fue en 1991 con la ley 24.012 que «estableció un piso mínimo de representación de mujeres en las listas partidarias para los cargos legislativos nacionales y también que las mismas debían estar compuestas de al menos un 30% de mujeres».
Por su parte, la politóloga María Inés Tula dijo a Télam que «hay cierta confusión sobre el tema» y marcó que «la paridad obliga a los partidos a incluir el 50 por ciento de mujeres, que sería la composición en porcentaje».
«Ahora, como ordenar ese porcentaje, porque ese porcentaje podría estar 50 por ciento de varones arriba y 50 por ciento de mujeres abajo, por eso el orden va a ser secuencial, es decir uno a uno; la lista es paritaria independientemente de quien encabece y tiene que ser correlativa y secuencial», afirmó Tula.
Según el documento del Observatorio, la participación femenina en ambas Cámaras ha alcanzado un promedio del 40% en los últimos años. Por eso, a principios de 2018 el país se ubicaba en el puesto 15 del ranking de Mujeres en los Parlamentos de la Unión Interparlamentaria (IPU, 2018).